Nico llevaba deseando este viaje mucho, mucho tiempo. Hacía años que no visitaba Italia, y cada vez que pensaba en volver a casa, aunque solo fuese una semana, se le iluminaba el rostro.
Ahora, sentado en el avión, con Will dormido en su hombro, no hacía más que pensar en todo lo que harían al llegar. Nico tenía todo organizado, por primera vez en su vida, para que no les quedase nada sin ver. Había escrito una lista con todos los lugares que visitarían, y aunque la lista había acabado con 200 apartados, Nico esperaba que pudiesen verlos todos.
Al bajar del avión cogieron un taxi que les dejó en el hotel en el que se instalarían durante la semana.
-Nico, tranquilízate - intentaba calmarle el rubio. Di Angelo llevaba dando saltos desde que se subieron al coche, y aunque a Will le encantaba verlo tan feliz, estaba seguro de que como siguiese así acabaría saliendo disparado en cualquier momento.
Y así fue durante la semana entera. Nico dando vueltas de la alegría y Will intentando que no le atropellase un coche.
Hasta que finalmente se encontraron en su última noche en Italia, sentados en un elegante restaurante a la luz de las velas.
Nico estaba más pendiente de la pizza en su plato que del paisaje, y no se daba cuenta de la mirada de Solace que llevaba sobre él desde que comenzó la cena.
-No quiero irme - murmuró Di Angelo sin apartar la vista de la comida.
Will sonrió, apenado. A decir verdad, el tampoco quería despedirse de Italia, ni de la encantadora sonrisa de Nico, que por mucho que le doliese, sabía que se quedaría ahí.
Solace acercó la mano a la del menor y envolvió esta con sus dedos.
-Volveremos de nuevo, te lo prometo - Nico por fin alzó la mirada para encontrarse con los ojos azules de su novio que le miraban fijamente.
-Ojalá pudiésemos quedarnos - susurró el moreno -. De mayor volveré, pero esta vez para quedarme. Y tú vendrás conmigo, quieras o no - Nico hizo un puchero y Will rio suavemente. Estaba dispuesto a vivir en un vertedero con tal de no separarse nunca de su novio.
-De acuerdo.
Al acabar la cena, ambos chicos se dirigieron al último lugar que les quedaba por ver. Lo habían dejado el último para que fuese lo primero que recordasen de Italia.
El Coliseo.
Por la noche, el monumento era una maravilla. Las luces lo adornaban como si fuera el cumpleaños del edificio, y decenas de personas exclamaban asombradas al ver tal maravilla. Las estrellas iluminaban la noche oscura kilómetros más arriba, y Will podía asegurar que fue una de las vistas más bonitas de su vida.
Alrededor del monumento había mercadillos y niños que correteaban persiguiendo a las palomas. Muchos de los turistas sacaban fotos como si no hubiera un mañana, pero a Nico tan solo le hacía falta la mente para grabar uno de los momentos más bellos de su vida.
Entonces, sintió unas manos en su cintura, y un ligero peso en su hombro izquierdo.
-Gracias por traerme - susurró la voz suave de Will en su oído, produciéndole escalofríos.
Nico sonrió y se giró para besarlo con ganas, por tan hermosas vacaciones.
-Gracias a ti.
Al llegar al hotel, lo primero que hicieron fue tirarse en la cama. Estaban exhaustos, todo el día de un lado para otro les había dejado agotados.
Will se tumbó en la cama y enterró la cara en la almohada. Nico sonrió al verle, y se acercó para tumbarse sobre él. En un punto dado, Nico comenzó a dejar tiernos besos en el cuello de Solace. Normalmente era el rubio quien comenzaba, pero esta vez se armó de valor para ser él quien diese el primer paso. Will soltó un gruñido y se giró para atrapar los labios de Di Angelo en un beso. Quería tocarle, sentirle, tenerle para él solo como nunca nadie antes. Sentía el estómago revuelto, como si alguien se hubiese puesto a jugar al fútbol con él. Sin embargo, poco a poco, a medida que avanzaban, se fue tranquilizando, al igual que Nico, que dejó de fruncir el ceño inseguro, y pasó a acariciar los brazos de Will con deseo.
Al estar junto al rubio se sentía tan bien. Normalmente no le gustaba que le tocasen, pero con Solace era distinto. Quería que sus manos acariciasen cada centímetro de piel, y que su lengua recorriese hasta los sitios más secretos del cuerpo de Di Angelo. Quería que Will le hiciese suyo, quería sentirse suyo. Le daba igual su orgullo, le daba igual su dignidad, lo único que deseaba era gritar el nombre del rubio a los cuatro vientos.
Y así lo hizo cuando Will empezó a subir su camisa. Las manos de Solace comenzaron a pasearse por la delgada cintura de Nico, y subieron por sus ligeramente marcados abdominales. Will dejó pronto sus labios para pasar al cuello de Di Angelo. Nico soltó un leve jadeo cuando los dientes del rubio mordieron su clavícula.
-Will - murmuró con la respiración entrecortada -. Quítate la camiseta tú también.
Solace sonrió y se deshizo de la prenda en apenas unos segundos, para después continuar con su tarea. Nico jadeó y colocó sus manos en el pecho de Will. Arañó su espalda, suplicó por más y se pasó toda la noche recitando el nombre de su amado.
Pero eso es otra historia que por ahora no voy a contar.
Buenas noches, días, tardes o lo que sea, como estáis? He estado a punto de seguir con el shot y acabar en 7u7, pero al final me ha dado mucha corte. Si algún día me atrevo, lo haré lo mejor posible e intentaré que de alguna manera sea especial. Por ahora os tendréis que conformar con esto, porque es muy improbable que escriba smut en los siguientes shots.
Los otros shots los iré subiendo a lo largo de la noche, porque aún me falta uno por escribir y otros dos por revisar y corregir. Hay otro que ya tengo escrito, pero lo quiero dejar para el final.
Y sin más que decir, me voy.
Bai.
🖤✨
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ONE-SHOTS SOLANGELO
FanfictionCientos de ideas por escribir sobre esta hermosa pareja. SOLANGELO. Todos los derechos reservados. #3 en Solangelo 10/12/20