Verano. Por fin. El campamento estaba hecho un revuelo a causa de la llegada de todos los campistas que habían decidido pasar esos meses en el lugar. Percy acababa de llegar con espléndidas noticias, y es que Paul, su padrastro, le había dejado a su disposición la casa en la playa de sus padres. "Lleva a tus amigos", le había dicho, y Percy no iba a desperdiciar tal oportunidad.
Así que cuando llegó, lo primero que hizo fue ir corriendo a avisar a sus amigos.
Tras convencerlos a todos ellos, fue a la Cabaña 13 a llamar a Nico, el que supuso sería él más difícil de convencer.
-¿Qué quieres, Jackson?
-Bueno, Nico, verás, es que... - Percy en serio quería que Nico fuese con ellos a la playa, pero no sabía cómo decírselo sin que le diese un "no" por respuesta - He pensado en que vengas con nosotros a la playa. Mi padrastro, Paul, me ha dejado su casa y querría que vinieses.
Nico le miró fijamente, como intentando adivinar si lo decía en serio o solo estaba burlándose de él.
-Gracias por tenerme en cuenta, pero no.
Iba a cerrarle la puerta, cuando vio aparecer a un rubio y atractivo chico al lado.
-¡Sombritas!
Nico se sonrojó y Percy tuvo que contener la risa para que Di Angelo no le mandase directo al Tártaro.
-¿Le has comentado ya lo de la excursión? - le preguntó Will a Percy.
-Sí - murmuró Jackson apenado -. Pero ha dicho que...
-¡Sí! - exclamó Nico - ¡He dicho que voy!
-¿Eh?
-¡Estupendo!
Tres días después
Will despertó cuando las gaviotas ya revoloteaban sobre la casa. Se incorporó levemente y vio una cabellera oscura sobre su pecho. Sonrió.
-Eh, Nicks.
Acarició el pelo de Nico y le dio unos golpecitos en el hombro para que despertase.
El moreno se removió y soltó un gruñido. Le pasó un brazo por el pecho al mayor y ocultó la cara en su pecho.
-Vamos, fantasmita, ayer quedé con Jason para echar un partido de volley.
Dos horas después
Nico, sentado en el porche de la casa, veía a un sexy Will sin camisa jugar al volley con un Jason sin camisa pero no sexy.
No se cansaba de observar el hermoso cuerpo de Solace, y estaba seguro de que podrían pasar mil siglos y nunca se aburriría de verle. Sus músculos bien trabajados, su bronceada piel que parecía hecha de oro y sus pecas adornando su cuerpo le parecían la cosa más bella de este mundo.
Pero aunque le encantaba repasar una y otra vez la esbelta figura de su novio, ahora mismo había otra cosa que le apetecía más.
Dormir.
Pero Will no tenía esos planes. Cuando el partido acabó, se acercó a él.
-¡Nico! - el chico se quedó pasmado viendo el cuerpo de Will tan de cerca - ¿Vienes a darte un baño?
A Nico por poco se le va el alma. ¿Darse un baño? Ni de broma.
-No, Solace.
-Por favoooooooor.
Nico odiaba cuando Will ponía esa adorable mueca de perrito abandonado, porque con tan solo hacer eso, era capaz de convencerle para lo que fuese. Sin embargo, había una cosa que le preocupaba más. Su cuerpo. No podía hacer nada contra el cuerpo de su novio, ni siquiera contra el de sus amigos. Todos ellos tenían figuras bien tonificadas, con los músculos marcados y la piel suave y bronceada. Y él, carecía de todas esas cualidades. Delgado, sin músculos de los que presumir, y con la piel más blanca que la nieve. Y Will, como siempre, pareció leer su mente.
-Nico, si es por tu cuerpo...
-No pasa nada, Will - Di Angelo bajó la mirada avergonzado.
El mayor se arrodilló frente a él y le tomó las manos.
-Nico, no tienes porque avergonzarte de tu cuerpo. Eres precioso. Hay personas que no tienen buen gusto, yo si lo tengo, y sé que lo eres. Y si alguien te dice lo contrario, lo siento, pero esa persona está ciega. En todo caso, no soy yo él que te tiene que decir esto, tú ya deberías saberlo. ¿Es qué acaso no te miras al espejo? Porque si lo hicieras, te darías cuenta de que eres guapísimo. Si tú te dices a ti mismo que eres atractivo, ¡entonces, lo eres! Porque tú opinión es la única que cuenta. Nico, todos los cuerpos son diferentes y no te tienes que comparar con el de nadie, ¿entendido? Si no te quieres tú, ¿quién va a hacerlo? Yo, desde luego, tu hermana y tus amigos también, pero ese no es el caso. Y si alguien te dice que eres feo, que tú cuerpo no es de su agrado, pues mira, dos cosas. La primera, pásate su comentario por el arco del triunfo, porque nadie lo ha pedido. Y la segunda, si sigue jodiendo, le dices: "siento si no cumplo tu estereotipo de chico perfecto, pero cumplo el mío. Tal vez no tenga más cuadraditos que el cuaderno de matemáticas, pero tengo un gran corazón. Tal vez no tenga una sonrisa perfecta, pero tengo una personalidad única. Y tal vez no tenga la piel suave como algodón, pero tengo el cerebro que a ti te falta." Porque mientras esa persona se dedica a insultarte, tú vas camino de la cima, mientras esa gente despreciable se queda en los charcos por los que tú pisarás. Quiero que tengas la autoestima hasta el cielo, que si te caes, tardes años, siglos, en llegar al suelo. Y cuando aceptes y asimiles que tienes el cuerpo ideal, mirarás atrás y pensarás, ¿en serio estaba yo así por esa estupidez?
-Will...
-No, Nico, no aceptó un no por respuesta. Piensa en todo lo que tu cuerpo te ha permitido hacer. ¿Te sientes desgraciado por tu figura? Imagínate un paralítico. Deja de ser tan egoísta, y date cuenta de que tu cuerpo es MA-RA-VI-LLO-SO. Y el de un paralítico también, no me malinterpretes. Quiero que veas, que seas consciente de que tu cuerpo es único. Te gusta mucho entrenar con la espada. ¿Alguna vez te has planteado que pasaría si de repente te ataran a una silla de ruedas para el resto de tu vida? Ya no podrías moverte como antes. Si lo que te preocupa es tu físico, permíteme decirte que eres un poco idiota. Lo que importa está dentro, lo que te permite hacer todo lo que haces. Acéptate.
Nico tenía lágrimas en los ojos cuando Will acabó de hablar. Nunca nadie le había dicho algo así. Se abalanzó sobre el rubio, y por poco le tira al suelo.
-Te quiero mucho, Nico - murmuró el mayor en su oído -. Pero quiero que tú también te quieras.
-Te prometo que lo haré.
-Pero no por mí, sino por ti.
Nico estrechó más a Will, y por un momento se paró a pensar en todo lo que el rubio había dicho. Si no fuera por su cuerpo, ahora mismo no estaría así, sintiendo el calor de su novio, dándole besos en el cuello con todo el amor del mundo, acariciando sus rizos suaves y desordenados... Y por primera vez, se quiso a si mismo más que a nada. Se aceptó y se sintió feliz de ser como era. Will tenía razón. Si no se apreciaba él mismo, ¿quién lo haría?
Hellooooooooooooo. No hay mucho que decir, solo que disfrutéis del shot y que tengáis cuidado con el coronavirus.
Chau.
🖤✨
ESTÁS LEYENDO
ONE-SHOTS SOLANGELO
FanfictionCientos de ideas por escribir sobre esta hermosa pareja. SOLANGELO. Todos los derechos reservados. #3 en Solangelo 10/12/20