Percy nunca había sido el tipo de chico perfecto. Pasaba más tiempo metiéndose en problemas que utilizando su tiempo para algo productivo. Pero a fin de cuentas, era un buen chico.
Por eso, cuando Will lo escuchó hablar de un tal Nico, le costó horrores acabar de creerse que era su primo. Aquel chico del que hablaban todos, tachándole de desobediente, rebelde y salvaje.
Excepto Frank, que hablaba con una mano en el corazón, como si le hubiesen dedicado el peor de los insultos.
-¿Cómo es que nunca me has hablado de él? - exigió saber, mirando a Percy con reproche.
-¿Por qué iba a tener que hacerlo? - refunfuñó Percy -. Nunca fue plan que ninguno de vosotros lo conocieráis. No quiero que me lo corrompáis con vuestras sucias mentes.
-¿Sucias las nuestras? - rio Leo como si se tratara de un chiste -. Ese tío está más corrompido que los creadores de películas porno.
-De hecho, fue él el que me corrompió a mí - intervino Jason -. Me pensaba tener una mente sucia hasta que el me enseñó las 64 posiciones que hay en la cama.
-¿Solo te enseñó la teoría? Conmigo practicó como si fuese un juguete.
-Ojalá solo hubiese sido la teoría. A la mañana siguiente apenas podía caminar. Tiene cara de ángel pero es todo un salvaje - explicó Jason como si hablase del clima. Cosa que molestó a Percy en sobremanera.
-¡Os dije a los dos que teníais prohibido tocarle! ¡No es más que un pobre e inocente chaval!
-¿Inocente? Inocente era yo antes de conocerle. La gente no es sucia con él, él es sucio con la gente.
-Además, ¡él me tocó primero! - exclamó Leo.
-¡Haberle apartado!
-¿Apartar a tremendo bombón? ¿A ti te pegan en casa? Si no fuese tu primo, tú también te lo habrías comido hace tiempo.
En ese instante, Will tuvo la sensación de que Percy parecía querer estrellar a Leo contra una piedra, pero se contuvo en el último momento, conformándose con dedicarle una extrema mirada de odio.
Pero mientras ellos dos descargaban su ira el uno contra el otro, Will no pudo evitar pensar en el hecho de que lo que habían dicho, indicaba que el primo de Percy era todo menos hetero. Quizá gay, simplemente bi, o como decía su mente, igual era de esos que se tiraba a todo lo que se movía. Pero de que le gustaban los chicos, le gustaban los chicos. Y de todos los tipos, siendo Will incapaz de encontrar algo que Jason y Leo tuviesen en común.
Pero si se paraba a pensar, Will era reacio a imaginarse a Percy dejando que esos salvajes hiciesen actos indebidos con algún familiar suyo, por muy rebelde que este fuera.
Aunque quizá...
-¡Él fue el que me cogió de la cintura cuando bailábamos!
-¡Le hubieses metido una patada!
-¡Ese crío es el mismísimo diablo! ¡Si le meto una patada, me devuelve tres!
-¡Pues le metes cuatro!
-Alto, alto, alto - interrumpió Frank, sus palabras destilando calma, aunque su ceño fruncido indicaba una ligera confusión que pronto expuso con palabras -. Entiendo que a veces hay niños salvajes - se detuvo un momento, como si no supiese formular lo que fuese que quería decir -. Pero cuando lo llamáis crío, no os referís a uno de verdad, ¿no?
-Claro que no, Frank, ¿por quién nos tomas? Tiene dieciocho, él mismo me lo dijo - contestó Jason, tranquilo.
Pero a pesar de la calma que acompañó a las palabras de Jason, Will podía jurar que nunca, absolutamente nunca, había visto a Percy con los ojos tan abiertos. Y como si le leyese el pensamiento, en ese mismo instante, el moreno pegó un brinco que por poco le hace salir volando. Cogió aire varias veces, como si quisiese hablar pero no pudiese, y Will no pudo evitar compararlo con un pez fuera del agua; moviéndose frenéticamente, agitando los brazos y moviendo la cabeza de lado a lado, con tanta brusquedad que parecía estar retando a la niña del exorcista.
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ONE-SHOTS SOLANGELO
FanfictionCientos de ideas por escribir sobre esta hermosa pareja. SOLANGELO. Todos los derechos reservados. #3 en Solangelo 10/12/20