NIÑERA

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Nico se levantó con menos ganas que nunca de hacer algo. Había dormido fatal, ya que Solace no había estado con él a causa del trabajo en la enfermería. Y por eso, cuando Jason le pidió que cuidase a su prima pequeña, por poco le da un infarto.

-Verás, Nico - había dicho el hijo de Zeus -. Sé que lo último que quieres es cuidar a una cría de tres años, pero de verdad lo necesito.

-Olvídalo, Grace - Nico iba a cerrarle la puerta en la cara, pero Jason se consiguió colar antes de que la puerta se cerrase.

-No pienso irme hasta que accedas a cuidarla - el rubio se sentó en la cama de Di Angelo con la niña en brazos -. Sabes que soy capaz de quedarme aquí lo que haga falta.

Nico se frotó la sien intentando mantener la calma, y es que sabía que Grace podía llegar a ser muy pesado.

-Está bien - finalmente aceptó con un gruñido -. Pero que sepas que es la última vez que accedo a hacer algo así.

Jason sonrió y poco le faltó para lanzarse a abrazar a Di Angelo. Salió feliz de la cabaña y se fue a cumplir su misión.

Nico se acostó en la cama con la esperanza de poder seguir durmiendo. Sin embargo, en cuanto cerró los ojos, pudo notar que alguien le observaba. Los abrió de nuevo y pudo ver el rostro de la pequeña a tan solo unos centímetros. Decidió hacer caso omiso de la niña, y se giró para intentar descansar. Pero la niña quería jugar.

Di Angelo sintió un peso sobre él, y unas diminutas manos agitándole. Dio manotazos al aire con tal de apartar a la chiquilla. Entonces vinieron las cosquillas.

Soltó una carcajada, y de milagro no manda a la niña a China de una patada. Le pequeña también se reía mientras movía sus deditos por el cuello de Di Angelo.

-¡Basta! - gritó Nico entre risas. Sabía que el campamento debía de esta alucinando, pues sus risas no eran de las silenciosas y discretas, si no de las que se oían a tres cuadras.

El moreno se incorporó y se sacó de encima a Grace 3.

-¿Qué es lo que quieres? - preguntó.

La niña se bajó de la cama y fue a por un juguete de los muchos que Jason había traído.

-¿Quieres jugar a la comba? - Nico agarró la cuerda de la enana y la miró como si de un explosivo se tratara.

-Ño - la niña negó con la cabeza y señaló a Di Angelo -. Pelito.

-¿Pelito?

-Yo mamá, tú pelito - Nico seguía sin entender -. Mamá cuidar a pelito.

Entonces, cuando lo comprendió, abrió los ojos incrédulo.

-¿Quieres que haga de perro?

-Zi - Grace 3 sonrió con picardía -. Ponte en cuatlo.

Nico se atragantó con su propia saliva.

-¿Perdona?

-Ponte a cuatlo patas, tonto.

Nico se tragó su orgullo y se bajó de la cama para apoyarse con ambas manos y rodillas en el suelo.

La niña le ató la cuerda en el cuello y por poco le ahorca. Maldito Jason, pensó Nico.

Cuando ya estuvieron listos para jugar, la pequeña Grace decidió seguir aplastando la dignidad de Di Angelo.

-¿Cómo hace el pelito?

-Guau.

-No te oigo.

ONE-SHOTS SOLANGELODonde viven las historias. Descúbrelo ahora