11.- Accidente

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Ya temprano en la mañana ------ en un pasillo miraba una pequeñas fotografías que estaban sobre una mesa, donde se mostraba la vida pasada de Ciel.

------: (pensando) mmm así que ellos eran los padres de Ciel y este niño alegre es él cuando era pequeño... ¡que adorable era! y al parecer ahí si tenía sus dos ojos descubiertos, ¿habrá tenido un accidente y perdió el ojo? bueno mejor no le pregunto, no quiero incomodarlo.

Dejó de mirarlas, bajó y llegó al comedor, el conde la estaba esperando.

Ciel: buenos días ------.

------: (sonriendo) buenos días Ciel.

Ciel: pensé que no bajarias ¿por qué tardabas?

------: (sonriendo) oh, lo siento es que me distraje un poco.. miraba unas fotografías tuyas.

Ciel: ¿fotografías mías? ¿que clase?

------: (sonriendo) fotografías donde eras pequeño.. tienes una linda sonrisa en esas.

Por una parte se había alagado un poco pero por la otra sintió dolor de que ya no podía volver a sonreír como en esas fotografías.. o al menos eso creía.

Sebastián llegó y puso diferentes platos con comida para que Ciel y ------ escogieran, Ciel decidió desayunar un té de limón acompañado de unas patatas rellenas, ------ al ver que en una esquina había un plato que tenía servido arroz con leche lo tomó sin dudar con un vaso de agua.

Ciel: ¿hay algo que hacer hoy Sebastián?

Sebastián: (sonriendo) sí, al parecer hoy le tengo que enseñar a montar caballo y...

Ciel: (sorprendido) ¡¿que?! ¡no! ni muerto me vuelvo a subir a esas cosas.

------: ¿por qué lo dices Ciel?

Ciel: son demasiado salvajes y hacen mucho ruido.

Sebastián: (sonriendo) no tiene nada que temer bocchan, estaré cerca de usted.. no le pasará nada, en cuanto terminen de desayunar vayan afuera, estaré esperándolos, me retiro.

El mayordomo salió, ------ rio un poco.

------: a mi también me dan miedo los caballos, son muy bonitos pero a veces algo revoltosos.

Ciel: (sonriendo) por fin alguien lo entiende.

Al terminar de desayunar salieron afuera, Sebastián los estaba esperando, sostenía un caballo, el peliazul al verlo comenzó a ponerse nervioso.

------: no te asustes, debes estar lo más calmado posible.

Sebastián: (sonriendo) sí bocchan, recuerde que estos animales sienten el miedo.

Ciel: sí, como sea ayúdame a subir Sebastián.

El mayordomo cargó a el pequeño conde, y lo subió al caballo Ciel se sujetó rápidamente.

Sebastián: (sonriendo) bien durante este espacio lo acompañaremos la señorita ------ y yo pero cuando lleguemos a aquél árbol que está por allá se irá usted solo.

Ciel: muy bien.

Y así pasó, la chica y el mayordomo acompañaron al peliazul hasta que llegaron al árbol, Sebastián soltó al caballo y este se fue muy tranquilo hasta que desapareció de sus vistas.

------: ¿crees que sea buena idea que Ciel recorra el camino solo?

Sebastián: claro señorita, además bocchan tiene que aprender a andar solo, es algo que suelen hacer los miembros de la nobleza.

Tú, mi destino | Ciel Phantomhive y tú Donde viven las historias. Descúbrelo ahora