Viaje Astral

Capítulo 47: Tres corazones

Cada vez me siento más confundida, me apena hablar con ambos, me sonrojó al verlos y tartamudeo cosas que ni yo misma entiendo, ¿porque al hablar con ellos se me complica tanto ahora? Estás sensaciones que me provocan me incomodan, me preguntó si ellos ya se habrán dado cuenta de que siento algo más que una amistad hacía ellos, ¿Me odiaran por amar a dos personas, Por ser tan indecisa?, Las cosas hubieran sido mejor si no me enamoraba de ellos, podía hablar cómodamente, abrazarlos, verlos a los ojos...

En este momento me encuentro en la escuela. Normalmente saludo a mis amigos cuando llegó, pero hoy hice la excepción e incluso los ignore y me negué a verlos a la cara... Debió molestarles mi actitud y no los culpó.

En el receso fué peor, Tenchi y Hana platicaban con normalidad, pero yo era cortante y fuí la primera en irse al salón en cuando sonó la campana.

no sé exactamente que sienten por qué no puede verles la cara, por qué se que en cuanto lo haga se me pondrá la cara roja y tartamudearé y ellos se darán cuenta, aún que es muy posible de que ya lo sepan.

Me fuí a mi casa y para mí sorpresa me encontré con la vidente parada en frente de mi hogar.

—¿Violeta? ¿Que haces aquí?

—quiero hablar contigo —me dijo con normalidad.

—¿Cómo supiste de que vivo aquí?

—la bola de cristal me lo dijo además de que estoy al pendiente de tí, básicamente te vigilo.

—¿Que? ¿Porque? —exclame con asombro ante su declaración.

—por que me preocupó por tí cariño —me mira con una mirada coqueta que provoca que me ponga nerviosa.

Entramos a mi casa, subimos a mi cuarto y nos acomodamos en mi acogedora cama.

—tu cama es un desastre —critica mientras ve mis sábanas revueltas.

—lo siento, no tenía contemplado en tener visitas y pues... Suelo ser un poco desordenada —dije con pena.

Violeta se levanta y toma mis cobijas con la intención de acomodar mi cama.

—no Violeta, yo lo hago.

—descuida, me encantaría ayudarte.

—¿Y de que querías hablar? —le pregunté mientras ella ponía la cama.

—tengo nueva información de los pecados —dice con calma.

—¿Que? ¿Encerio? —dije con asombro y emoción.

—linda, se me olvidaba, quería preguntarte el ¿porque tenías una cara larga cuando llegaste a casa? ¿Alguien te hace algo? Para golpearlo.

—no, no es nada de eso, es... Complicado —suspire con amargura y con algo de melancolía.

—dime linda, te escucho —se sienta en mi cama mientras me mira con atención, recargando su rostro en sus manos.

—me gustan dos personas, Hana y Tenchi —dije de manera desalentadora.

—¿La niña psíquica?

—si.

—si, es muy bonita.

—¡oye! —me quejé.

—no traquila, no pienso conquistarla.

—Hana me confesó que estaba enamorada de mi y Tenchi no me lo ha dicho pero puedo notarlo, los dos son mis amigos, no puedo elegir... ¿Tu que harías?

—¿Que? ¿Estas pidiendo mi opinión? Lo siento cariño pero tengo muchos enredos amorosos, también tengo problemas en el departamento del amor.