Viaje Astral

Capítulo 3: Un amigo

Hola soy Alicia, ha pasado un mes después del accidente y ¿que creen? Sigo sin tener amigos, además de ustedes claro, aún que sean imaginarios... son imaginarios ¿no? Amm... Como sea, hago todo lo posible para hacer amigos, ser amable y sonreír, supongo que necesito más que eso, si de por si nadie quería ser mi amigo antes del accidente, menos ahora, todos creen que estoy loca, que tengo problemas mentales y que me quiero suicidar.
¿Por qué piensan eso? Es muy fácil de contestar, todos creen que yo me aventé por las escaleras, ese rumor se a circulado por toda la escuela, algunos parece importarles mucho al punto de hacer teorías locas del por qué lo hice y a estas alturas siguen hablando y chismorreando, a otros simplemente no les importa (cabe aclarar que son muy pocos y que al igual de que no les importa lo que me pudo haber sucedido, menos les debo de importar yo)
¿Y cómo se todo eso? Sencillo, los escucho hablar a pesar de que ellos susurren, y piensan que no los escucho y que no tengo orejas o algo parecido y yo simplemente no me he tomado la molestia de negar todo lo que creen acerca de ello y explicarles lo que sucedió, aún que quisiera, no tendría caso, no me creerían, supongo que es mucho mejor pensar en que yo trate de suicidarme a que solamente tropecé.

Toda esta plática hizo que se me hiciera tarde, al no tener amigos, me gusta imaginar que alguien me escucha y supongo que me emocioné y me pase un poco, lo siento no mire la hora, en estos momentos voy corriendo, ni siquiera me dió tiempo de desayunar.

Al llegar a la escuela, a unos pocos metros de mi salón, tropecé con un chico. Llevaba unos libros en sus manos y se los tiré todos

–Discúlpame, déjame ayudarte a levantar– le di la mano

rechazo mi mano –puedo levantarme sólo– se levanta y acomoda sus lentes

–entonces levantaré tus libros– los empecé a recoger

–te lo agradezco–

le di los libros en sus manos –aquí tienes–

–bueno, dejaré esto en la biblioteca, ah y por cierto, el profe ya no deja entrar a nadie más a su clase y ya te puso falta

–Gracias... por avisarme...– dije algo triste

–de nada–

–amm... Puedo acompañarte?, ya que no tengo nada que hacer–

–bueno, no me vendría nada mal que me ayudarás a cargar los libros–

Tomé la mitad de los libros y lo acompañe a la biblioteca, él es un compañero de mi clase, casi no nos hablamos, muy apenas nos saludamos, su nombre es Tenchi, es muy inteligente, dedicado y estudioso y bueno, es muy serio y le gusta leer, es lo único que se dé el.

Llegamos a la biblioteca y mientras él dejaba los libros, me quedé mirándolo, estaba pensando en que él no tiene amigos al igual que yo y que quizás querría ser mi amigo y bueno, no es mal candidato, juntandome con el talvez se me pegue lo inteligente, eso es lo que decía mi mamá, acaso ¿no funciona así? Desearía que si, aún así sigue siendo un buen candidato.

El mi miro confundido y levanto una ceja –Oye, ¿que tanto me vez?–

–amm...yo solo pensaba en ¿por qué no tienes amigos?–

–¿y eso que?, Tú tampoco tienes amigos–

–pues, que te parece si nos juntamos en receso–

–me parece bien–

Valla, ¿así de fácil me dijo que si?, creí que sería más difícil siendo Tenchi (chico amargado, serio y solitario).

Salimos a receso y nos sentamos en una jardinera.

–¿Quieres?– me preguntó mientras me acercaba su sandwich

–no gracias, oye Tenchi, ¿que piensas acerca de los viajes astrales?–

–Viajes astrales... Es cuando tu alma sale de tu cuerpo, tu cuerpo descansa mientras que tú forma astral viaja y explora lugares. Hay muchos testimonios que afirman la existencia y la posibilidad de tener experiencias extra sensoriales, pero la ciencia es algo que aún no comprende. ¿Por qué preguntas?–

–amm...es que yo.... leí un libro...que habla de viajes astrales y todo eso–

–suena interesante, ¿como se llama?–

–amm...yo... olvide su nombre–

–mmm... no importa, ¿podrías prestarme el libro?–

–si... claro–

Pasaron unos minutos y empecé a sentirme cansada, mi cuerpo se fue de lado cayendo encima de Tenchi, y mi alma salió de mi cuerpo, estaba parada enfrente de él...y de mi, ví como el se preocupa me sacudió un poco y escuche su voz diciendo "Alicia, Alicia", y eso hizo que volviera a mi cuerpo, desperté y me levanté.

Él tomo mi mano, se veía bastante preocupado –Alicia, ¿estás bien? ¿Que te paso?– hablando rápido y agitado

Susurré –qué raro, solo me pasa en las noches...–

–¿Que?–

–Nada– mis dos manos tomaron la suya –Tenchi, estoy bien, solo me mareé, supongo que es porque no desayuné

–¿Estás segura?

–claro– le sonreí

–bueno, pero vamos a la cafetería a comprarte algo de comer, yo invito

Reí un poco –gracias Tenchi–