Dulce Compañía

Capítulo dieciocho

El moreno juntó una muda de ropa y la colocó en un pequeño bolso de viaje. No estaba muy

convencido del viaje, pero si era la última vez que vería al rubio, iría con él hasta Marte si quisiera.

El rubio lo esperaba al pie de la escalera y observó cada paso que dio Harry al bajarlas.

- ¿Qué tengo? - preguntó el Gryffindor un poco preocupado.

- ¿Sabías que con el jogging se te marca más el bulto?

- ¿Qué?

- ¿Qué?

Harry no tuvo tiempo de hacer otra pregunta ya que Malfoy tomó su mano y desaparecieron para aparecer en la recepción de un hotel.

- Bienvenidos al hotel Dogwarts, ¿en qué puedo ayudarlos?

- Buenas tardes, tengo una reserva a nombre de Malfoy.

- Muy bien, ahí los registro. -dijo escribiendo algo en su computadora. - Bien, aquí tienen la llave del dormitorio. El horario de desayuno es de 07:00 a 10:00. El ascensor está por allá.

- ¡Muchas gracias!, vamos – dijo tomando al moreno de la mano.

- ¿Cómo sabías que iba a aceptar venir contigo?- pregunó Harry una vez en el ascensor.

- Porque soy irresistible.

Harry rodó los ojos.

La habitación era acogedora. Tenía alfombra en el suelo, a mano derecha había un armario y a mano izquierda el baño que era amplio e iluminado. Siguiendo estaba una cama matrimonial con cabecera sobre la pared derecha y frente, en la pared contraria, había una televisión. Al final, había una gran ventana que daba hacia el patio del hotel donde había una piscina.

- Me daré una ducha. - dijo el rubio dirigiéndose al baño con una toalla en el hombro.

El moreno esperó sentado en el borde de la cama mirando la televisión.

Draco salió del baño llevando esta vez la toalla al rededor de la cintura dejando al otro joven sin respiración.

El torso desnudo del pálido joven no era tan musculoso como sus piernas, pero tenía un abdomen firme y la línea pelviana bien marcada. Varias gotitas de agua chorreaban de las puntas de sus mechones rubios por su espalda y otras permanecían en sus hombros. La mitad de sus piernas estaban tapadas por la toalla, por lo que solamente se podía observar las carnosas y peludas pantorrillas.

Ni bien pasó por delante del moreno, le guiñó un ojo dirigiéndose al bolso de mano que había dejado al lado de la ventana. Dejó caer su torso hacia abajo para tomar algo de su bolso, dejando a plena vista de su enorme trasero cubierto por la toalla.

Harry tragó y sintió como su pene empezaba a ponerse duro, por eso se acomodó mejor en la cama, se sentó con las piernas cruzadas y colocó una de las almohadas en su regazo.

El rubio se colocó desodorante y se acostó de lado al lado de Harry, aún con la toalla en su cintura.

- ¿Miramos una película? - preguntó Draco tomando el control remoto con una mano y con la otra sosteniendo su cabeza.

Harry solo asintió.

Comenzó a mirar las películas que ofrecía el servicio y terminó eligiendo Guardianes de la Galaxia que estaba comenzando. El moreno se recostó pero mantuvo la almohada en su falda. Ambos miraron sin interrupciones hasta que aparecieron los cortes comerciales. Harry mira a Draco y ve que el rubio lo estaba observando de hacía rato