Clon(es)

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1 Semana después. Monte Justicia.

—Vamos, hazlo de nuevo —animó el pelirrojo a su nuevo amigo trapecista, que se mantenía de pie cerca de las barras de la sala de entrenamiento después de hacer una acrobacia. 
—Es la tercera vez que lo hago Walls, es suficiente —sonrió. 
—Pero solo lo he visto tres veces, ¡por supuesto que no es suficiente! —se quejó infantil el velocista. 
—El dijo que no —habló Conner desde una esquina. Hacía solo una semana que estaban allí, pero ya estaba seguro de odiar al pelirrojo. Ahora, con ropa normal y no esas feas batas de laboratorio, se sentían vigilados por el equipo de héroes, siempre había alguien haciéndoles compañía, y para desgracia del clon, está vez era turno del pecoso. 
No seas malo Con, solo tiene curiosidad de lo increíble que soy. Tranquilizó el petirrojo a su compañero. 
Sabes que nos vigilan, ¿por qué muestras lo que puedes hacer?
Es que, no hay otra opción, no tenemos otro lugar a donde ir, y aquí es donde están ellos, aquí es a donde pertenecemos, lo sabes. 
Ya no me impartan ellos, y nosotros tampoco les importamos. Soltó el mayor con un aire de decepción. Pensé que serían diferentes.
—Hey, nada de lazos mentales, inclúyanme en su conversación —reclamó el velocista al notar el silencio de sus acompañantes. 
—Lo siento Walls, cosas de clones. —contestó aún distraído el acróbata, no reaccionó hasta que se dio cuenta de sus propias palabras, volteando a ver a un impactado Wally. 
—¿También eres un clon? —preguntó aún procesando la noticia, pero automáticamente dándose cuenta de que esa no era en realidad la pregunta correcta —¿De quién?
El par de chicos frente a el se miraba con preocupación.
No le digas Dick, sabes que no es tan sencillo. Sentenció el más alto adivinando las intenciones de su amigo, que ya se iba acercando más al pelirrojo. 
Lo sé, no le voy a decir. Cuando caiga al suelo corremos ¿ok? 
Conner no dijo nada después, pero una sonrisa diminuta se formó en sus labios.

En el momento justo en que Robin se acercó lo suficiente al confundido velocista la puerta de la sala de entrenamientos fue abierta de golpe por el resto de la  JJ, sus miembros no parecían sospechar de las intenciones del trapecista, que se detuvo en seco al escuchar el ruido, pero los rostros de todos ellos lucían igual de perplejos que su pelirrojo compañero. 
Mierda.

Sentados en el sofá frente al televisor ambos experimentos aguardaban en silencio una reacción por parte del equipo. 
—Entonces, ¿no nos dirán? —preguntó Kaldur con una expresión dura en su rostro —saben lo que tendremos que hacer ¿no? Saben a quien le diremos —dijo preocupado el Atlante, en el fondo ambos chicos habían terminado por agradarle, pero eso no quitaba que tenía un deber.
—Lo sabemos —contestó el mayor de los dos, su compañero se había quedado cayado desde hacía un rato y para sorpresa de todos, siendo que normalmente era el único que le seguía el paso a Wally durante una conversación —Llámenlos, no importa —dijo mirando a su lado donde el petirrojo empezaba a hacerse un ovillo. 
Ignorando las demás presencias en el lugar se acerco lo suficiente a su compañero como para que los demás no escucharan lo que tenía que decir. 
—No es tu culpa Dick, iba a pasar en algún momento —tranquilizó con voz dulce para después voltear al grupo que los miraba a ambos. 
—¿Podemos esperar en la habitación?
No creo que intenten escapar. Dijo Megan desde el lazo mental.
Aún así, que alguien vigile afuera. Ordeno Kaldur para asentir al dúo.
Con delicadeza el kriptoniano se apresuró a tomar en brazos a su amigo, que solo se dejó hacer y se mantuvo callado.
—Yo voy —Se ofreció la rubia para empezar a caminar detrás de la pareja.

—Richard, mírame —pidió el mayor una vez estuvieron en la privacidad de la habitación. El nombrado estaba acostado sobre el colchón mientras su compañero lo observaba preocupado desde la puerta. —Mírame —insistió con más fuerza, aún así sus palabras daban la sensación de un ruego. Azul contra azul, sus ojos se encontraron, el más pequeño aguantaba las lagrimas valientemente. —No es tu culpa. 
—Claro que lo es, fue mi error. 
—Entonces no me importa. 
—Pero ahora nos van a interrogar, nos echarán, ¡nos enviaran de vuelta a Cadmus! —lloró horrorizado el petirrojo escondiéndose entre las sabanas. 
—Claro que no, tengo un plan. 
La pila de sabanas se removió inquieta para que la cabeza del chico se asomara.
—¿Tú? ¿Un plan? —soltó inocente. 
—Yo también puedo hacer planes —refunfuñó un  poco más alegre Conner al ver como su amigo parecía calmarse. 
—¿Entonces?
—Diremos la verdad —contestó confiado el mayor ante la cara perpleja de su compañero. —Tu lo dijiste, no tenemos muchas opciones, si no funciona los noqueamos a todos y corremos por nuestra vida, somos geniales haciendo eso.
La carcajada del chiquillo resonó entre las cuatro paredes, su rostro recuperando la habitual sonrisa. 
—Solo no me olvides durante la fuga, Coni. —sonrió brillante.
—¿Por quién me tomas? Jamás haría eso. —contestó entre risas, pero con sus palabras cargadas de seriedad. No tenían idea de lo que pasaría a continuación, pero esperaban desde lo más profundo seguir juntos. 

Afuera, en la sala, el equipo esperaba impaciente la llegada de los leaguers. 
El ascensor se abrió, dos pares de pasos sonaron por el lugar lugar que había quedado en silencio. El cabalero de Gótica y el hombre de acero entraron con la seriedad plasmada en sus rostros, el hombre con el traje oscuro habló:
—¿Dónde están?


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Hey, después de una semana sin actualizar he vuelto. Durante estos días espero volver al largo normal de los capítulos. 
La crisis con los aliens fue resulta, espero verlos MUY pronto. Besotes.

+++Carambanita :) 

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