ROBIN

Padres

—Estúpido Superman —refunfuñaba molesto el petirrojo junto a su compañero mientras caminaban de regreso a la habitación del pequeño —El hombre más fuerte del mundo, ya veremos cuando le ponga un poco de kriptonita entre la ropa interior.
—No harás eso —dijo el mayor mientras le miraba con burla.
—¿Y por qué no? 
—Porque obviamente no olvidaste que yo soy su clon y que por eso la kriptonita también me hace daño... y porque me quieres mucho. 
—Ah, cierto... —contestó el acróbata pensativo —...seguramente Lois Lane necesita llenar su cuota de secuestros, no te preocupes —agregó con malicia.
—No vas a secuestras a nadie. No VAMOS a secuestrar a nadie —dijo Conner con firmeza —de hecho, lo único que haremos los próximos días será practicar con los demás para esa misión de prueba.
—Por favor Coni, sabes que estamos sobrecalificados para esa misión de niños, será tan aburrido —se quejó. 
—Claro que lo sé, pero quién fue el tonto que le dijo a Batman que no tenemos ninguna clase de preparación. 
—Rayos, debió ser un gran tonto.
—Lo eres Dick, eres un gran tonto.
—Bien, ya entendí, es mi culpa —dijo haciendo un puchero, Conner de inmediato volteó su mirada a otro lado, de lo contrarió se sentiría culpable y de algún modo las próximas dos semanas de entrenamiento con los niños-héroes serían su culpa.
—En realidad, no es tan malo si lo piensas —una mirada curiosa del contrario le indicó que continuara —solo sabemos "jugar" entre nosotros, ya sabes, yo odio practicar con alguien que no seas tu y tu odias practicar con cualquiera que no sea yo —señaló con obviedad —y hasta ahora nada era tan malo porque vivíamos en un laboratorio y todo era una simulación, pero aquí...
—Okay, si, ya entendí, no sabemos jugar en equipo.
Claro que podríamos terminar casi cualquier misión solos.
Sabes que no es el punto Rob.
—¿También clonaron el absurdo sentido moral de Superman?
No hubo respuesta después de eso, solo una sonrisa burlona de parte de Conner. Ambos chicos entraron a la habitación, dispuestos a tomar un largo descanso pero aún soltando comentarios absurdos de vez en cuando mediante el lazo mental. En ese momento ni siquiera se pararon a pensar por un momento que cada uno tenía su propia habitación, en realidad no podía importarles menos.

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—¡Chicos despierten! —gritó emocionado el velocista desde afuera del cuarto. Golpeaba periódicamente ambas puertas de metal mientras adentro ambos clones se tapaban las orejas con molestia.
Cambio de planes, prefiero vivir en un basurero. Se quejó el acróbata.
Odio su estúpida energía de superhéroe. Agrego el mayor de acuerdo.
Con total flojera ambos se prepararon para salir, ignorando mundialmente los llamados del pelirrojo y con los movimientos más lentos de los que fueron capaces.
—Estamos listos —anunció Robin sin emoción cuando ambos salían de la habitación. Wally estuvo ligeramente confundido cuando se percató de que se habían quedado juntos, pero decidió ignorarlo, las extrañas costumbres de ambos no tenían por qué ser su problema. 
—¡Genial! —dijo recuperando la misma energía —la rutina es simple, desayuno ligero, entrenamiento y después de eso pueden hacer lo que quieran —explicó. 
Al llegar al comedor el resto del equipo les saludo amigablemente, todos tenían n tazón de cereal en las manos y miraban la televisión atentos. 
En la pantalla se podía ver perfectamente como Arkham se consumía lentamente por el fuego de una explosión, como explicaba la reportera frente a la cámara, detrás de ella decenas de personas se movían de un lado a otro, las sirenas llenaban el lugar con su luz roja.

Todo el caos había sido causado por la fuga de varios de los presos, algunos de los ya identificados por las autoridades eran Poison Eve y el Acertijo, la ubicación del payaso de Gótica aún era desconocida. 
Sentado a la barra del comedor y con su desayuno entre las manos Robin descubrió que había estado apretando los puños con fuerza, confundido por sus propias acciones siguió comiendo bajo la atenta vigilancia de su compañero. 
Sabes que debe estar por ahí, no se quedaría sin hacer nada... y va a estar bien. Le aseguró.
Con un sentimiento procuró ignorar la televisión y concentrarse en las hojuelas de cereal que revoloteaban en el plato, no tenía por qué importarle. 

Diez minutos después el grupo de adolescentes se dirigía a la sala de entrenamiento. Cuando la puerta se abrió dos mujeres en sus identidades de heroínas saludaron levemente al equipo para luego fijar su atención en el par de clones.

No puedo creer que estoy viendo a Wonder Woman y Black Canary justo ahora.
No empieces Dick, terminarás avergonzado. Pensó Conner después de recordar el "modo fanático" de su amigo. No lo culpaba.
Cuando eran más pequeños ambos se preguntaban como sería que los héroes originales los encontraran, fantaseaban con el padre perfecto. Conner no tenía mucho para quejarse, es decir, su padre sería Superman, el mejor hombre del mundo, y si bien su rechazo al conocerse le había dolido y ahora estaba mas que decepcionado, durante su niñez había sido reconfortante imaginarlo. 
Con Dick no había pasado lo mismo. El niño también pensaba que Bruce Wayne y  Batman eran geniales, incluso se alegró infinitamente cuando se enteró de que tenía un hermano, un chico llamado Jason que había sido adoptado por el multimillonario. No solo tendría un padre, sino un hermano mayor. Después de eso, en una de las tantas  "inyecciones educativas" se enteró de que Jason Todd había muerto. La actitud del padre parecía ser la misma de siempre, fría como el hielo, el héroe pareció volverse más cruel de un momento a otro, y el niño que le quería sin conocerlo empezó a temerle. Fue por eso que imaginaba a otros héroes cuidando de el, y de alguna forma ambas mujeres habían asumido la imagen de la madre ideal.

Ustedes deben ser Conner y Dick —saludo la Mujer Maravilla. 
Ambos muchachos asintieron con seriedad, cuando la voz del velocista les interrumpió.
—¿Tu nombre es Dick? —soltó, entre alegre y divertido al trapecista.
—Es mi apodo —aclaró —¿Algún problema? —pregunto para clavar profundamente su mirada azul en el pecoso, que de inmediato se trago su siguiente comentario.
—No, ni uno —aseguró nervioso. 
—Genial, mi nombre es Richard, pero pueden decirme Dick —dijo al resto de las personas en el lugar con una sonrisa. 
—Bien, en un momento se unirán a Canario Negro y los otros en el entrenamiento, yo estoy aquí para preguntarles algunas cosas —aclaró la amazona colocando una mano sobre su cintura, donde el lazo de la verdad brillaba intensamente.

Estos héroes con sus interrogatorios absurdos. 

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Para compensar mi ausencia aquí está un capitulo relativamente largo!
La semana pasada fue de locos, y en realidad no pensé en publicar nada hasta la próxima semana, pero al final el yaoi vence de nuevo!
En siete días, cuando salga de este periodo de tortura, volveremos a las actualizaciones regulares. 
Espero les haya gustado el capítulo.

+++Carambanita

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