Escape

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—¿Qué acaba de pasar? —la vista de la YJ seguía fija en los escombros del edificio donde aquella bestia estaba sepultada. 
—Conocieron al doctor Desmond —contestó juguetona la voz de Robin. 
—¡Pues no fue un placer! —le gritó Wally a los restos del lugar —Ahora, por favor, por favor, por favor, vamos a casa —rogó. 
—¿Nos llevarán a su base secreta? —preguntó el más joven emocionado.
—No —llegó la respuesta de lejos,  ese tono terroríficamente grave solo podía pertenecer a una persona.
Mientras los siete chicos caminaban para salir de la zona del desastre pudieron ver como los miembros de la liga llegaban uno tras otro, volando, corriendo, y lo que sea que haga la mujer Maravilla al balancearse con su lazo.
—Vamos a estar tan castigados —suspiró Artemisa junto a sus compañeros.
Tres figuras se acercaron hacia ellos, Batman, Flash y Superman.
—Su misión era infiltrarse sin ser detectados —comenzó el murciélago —ahora explíquense.
Los tres miraban a los chicos con reproche cuando repararon en las dos personas extra en el lugar.
—¿Quiénes son? —pregunto el mayor de los velocistas mirando curioso a los desconocidos que permanecían al final del grupo.
Todos guardaron silencio y se hicieron a un lado para que los mayores pudieran acercarse.
—Los encontramos adentro, son experimentos, experimentaban con ellos...
—Soy Robin —sonrió alegre el muchacho. El murciélago de Gótica fijo la mirada en el.
Al mismo tiempo el kriptoniano se quedaba helado al ver el escudo en la ropa del clon.
—Supongo que pueden venir —rio Flash para empezar a andar. 


Monte Justicia  

—¿Un clon? —preguntó por cuarta vez el hombre de acero. Con un bufido de desesperación Wally le explicó como es que se habían encontrado con su clon. 

—¿Tu qué eres? —preguntó ahora el murciélago a Robin. 
—Ya les dije que pueden decirme Robin —contestó este bastante incomodado por las preguntas del hombre. Quince minutos de interrogatorio en aquella dura silla, el trasero empezaba a dolerle. Volteó a ver a su compañero, que mantenía la vista fija en sus manos. 
—¿Podemos comer helado? —dijo al aire. Todas las miradas en la sala se posaron en el con curiosidad, sus mejillas adquiriendo un tono carmesí de inmediato. Superboy levantó entonces sus iris azules para observarles amenazante hasta que dejaron al pequeño en paz. 
—Yo lo traigo —habló el pecoso para salir huyendo... corriendo. 
Cuando todos los niños estuvieron fuera de la sala de entrenamiento (a excepción obvia de el clon y Robin) el petirrojo se levantó de su asiento para caminar tranquilamente hasta llegar frente al héroe de Metrópolis y luego hablar dirigiéndose a los tres héroes. 
—No le digan clon —dijo con enojo para luego mirar a su amigo —¿Coni? —animó.
El mencionado se apresuró a llegar a su lado para devolver la mirada a los héroes. 
—Conner, mi nombre es Conner —habló con orgullo y una diminuta sonrisa formándose en sus labios —Conner Kent —dijo finalmente, dejando sin palabras al hijo de kriptón. 
—Ahora, ¿Dónde dormiremos? 
Los adultos en el lugar salieron un momento de la sala para hablar sobre lo que harían con el par. Al momento en que la puerta se cerró y quedaron solos el más alto se volteó hacia su compañero con preocupación. 
—¿Por qué no le dijiste nada?
—Es el mejor detective del mundo, ¿no? Se dará cuenta solo —sonrió con un deje de tristeza —Pero ve el lado bueno, comeremos helado. 
El contrario soltó un suspiro mientras negaba. 
—Nunca cambiarás Dick. 
—Por favor, te encanta que sea así —contestó guiñando a su compañero. Segundos después los dos rompieron en carcajadas que se escucharon por todo el lugar.

*** *** *** *** ***

—Parece que se divierten —dijo la arquera a sus compañeros. Después de haber salido de la sala de entrenamiento todos habían ido a parar a la cocina donde Megan comenzaba a hornear galletas de nuevo.
—¿Deberíamos ir allá? Darles la bienvenida y eso... —supuso el pecoso.
—No sabemos si van a quedarse —contestó el atlante con firmeza. No sabía si podían confiar en ellos, pero no les habían demostrado lo contrario, incluso podría decir que le agradaban. 
—Se quedarán, por ahora —sonó la voz de Batman que regresaba del área de entrenamiento acompañado  de sus dos coloridos compañeros. 
—Asombroso, les mostraré sus habitaciones —exclamo Wally a punto de salir corriendo con sus nuevos invitados cuando su mentor le interrumpió. 
—Todavía no terminamos. 
—Tendrán que sacarles toda la información que sea posible —dijo el kriptoniano, su rostro estaba ligeramente descompuesto, quizá por el hecho de conocer a su ¿hijo? pero daba a notar que no le agradaba las dos presencias ajenas en el lugar. 
—El clon tiene un nombre —siguió Batman al ver que su compañero se quedaba callado —Conner, asegúrense de usarlo;  pero el otro, ¿Dicen que Robin es solo su nombre clave?
Los cinco chicos asintieron al mismo tiempo. 
—¿Alguna otra información recopilada sobre él?
—"Relación: B" —recordó Speedy —solo decía eso. El caballero de Gótica solo movió la cabeza de forma afirmativa, lo investigaría a penas llegar a la baticueva.
—¿Eso es todo? —preguntó inquieto el pelirrojo. 
—Si, pueden retirarse. Asígnenles una habitación a cada uno, manténgalos vigilados y reporten todo lo que pase.
El chico del traje amarillo desapareció apenas terminadas esas palabras, el resto de sus compañeros, los que vivían a una velocidad más normal, caminó lentamente hasta el lugar burlándose por la conducta de su amigo.

—!Hey adivinen... —las palabras del chico quedaron a medias ante la imagen frente a él —¿Qué rayos?
Entre las barras una figura se balanceaba, si es que esa es la palabra adecuada. El petirrojo, entre saltos y piruetas, parecía ser capaz de volar, Wally incluso sopesó la idea de que ese fuera uno de sus poderes. Su rostro estaba radiante, como si aquello fuera lo que más amaba hacer en el mundo. La figura, distraída por la intromisión del velocista, perdió la concentración de pronto, su cuerpo precipitándose inevitablemente hacia el suelo. Hubiera caído en lo que sería un golpe bastante feo, pero un par de brazos fuertes estuvieron a tiempo para parar su descenso. 
—¿Estás bien? —el rostro del clon expresaba una preocupación absoluta, sus ojos escaneaban cada parte del chico en sus brazos en busca de alguna herida. 
—Todo bien Coni —sonrió este, como si hace un momento no hubiera pasado nada. Una vez comprobado el estado del menor fue colocado en el piso con extrema delicadeza, como algo precioso (aunque tal vez lo era).
—Amigo, ¿Te hiciste daño? —preguntó alterado el pecoso.
—Estoy bien, mira —contesto para dar un par de giros en su lugar. 
—¿Cómo haces eso? ¿Es por tus po- 
—¿Qué quieres? —interrumpió un Conner bastante molesto. 
Wally se quedó en su lugar, evidentemente incómodo. 
No seas crosero Con-Con regañó el acróbata a su amigo. 
Casi caes por su culpa. 
Claro que no, me atrapaste. 
¿Y si no lo hubiera hecho? Te habrías lastimado. 
Tu siempre me atrapas.
Ambos chicos se miraban el uno al otro, con gestos por parte del Clon y sonrisas del pelirrojo Wally pensó que en definitiva se estaba perdiendo de algo. En ese momento entró el restó del equipo, encontrándose con un velocista mudo ante lo que pasaba y dos chicos que parecían estar en su propio mundo.
Megan, ¿puedes saber si están usando un lazo mental?
Claro, pero pensé que meterse en las mentes de los demás está mal, además, se darían cuenta. 
Esta bien, solo preguntémosles
. Sugirió Roy. Después de todo, nosotros los salvamos.
—Amigos —empezó Kaldur —queremos saber algo.
Los chicos voltearon sorprendidos, estaban tan distraídos que no se dieron cuenta del momento en que llegaron los demás. 
—¿Qué ocurre? —preguntó apenado Robin. 
—¿Tienen una conexión mental?
Esto es absolutamente tu culpa, ¡eres un mal Coni! 


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Les dije que estaría listo pronto!
¿Qué tal les parece?
Me ENCANTARÍA leer sus comentarios. 😉😉😉 

++Carambanita.

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