〔42〕

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Jungkook despertó cuando escuchó algo quebrarse, parpadeó varias veces y observó el reloj, antes de dar un salto en su lugar y sacudir a Taehyung, que había terminado con medio cuerpo fuera de aquél sofá cama. 

—¡Yah, despierten! 

—... cinco minutos más—se quejó el alfa a su lado, logrando que Jungkook lo pellizcara y corriera hacia el baño, si no se apuraba llegaría tarde. 

Estúpido Taehyung y sus cócteles extraños, se maldijo al entrar a la ducha para poder bañarse y prepararse después de casi diez meses de preparación por fin tendría una boda de ensueño con Seokjin. 

Llamó a su madre mientras arrastraba a Taehyung a la ducha y sacudía a Namjoon y a Hoseok, que estaban a metros del alfa de cabello negro, en el mismo estado. 

—¡Si no se levantan juro que voy a dejarlos y manejaré yo mismo a mi boda! —Les gritó al arrastrarlos al baño también, mientras corría a su habitación para comenzar a vestirse, verificando que su traje estuviera en perfecto estado, solo para notar una arruga en su camisa. 

Gritó al salir a la cocina, conectando la plancha y esperando unos segundos antes de civilizadamente alisar su camisa blanca, una vez hecho esto, desconectó la plancha y regresó a su habitación, no sin antes asegurarse de gritarles a los otros que si no se apuraban los haría ir desnudos. 

Se abotono la camisa y calzó los pantalones, amarrando su corbata lavanda de la manera que le había enseñado la organizadora y soltando otra maldición al no poder arreglar su cabello. 

Debía haberlo cortado, pero Seokjin había dicho que le gustaba como se veía con el cabello largo y él, tan simp como ninguno, simplemente le había hecho caso. 

—Ven, Jungkook. 

Namjoon tuvo compasión de él al verlo tan desesperado y le ayudó a peinar su cabello, además de sacudir su traje y darle varias palmadas en la espalda al notar que estaba temblando. 

>>Todo estará bien, Jungoo, tranquilízate —Le dijo, viéndolo tomar respiraciones profundas para poder calmarse. Hoseok manejó hasta el salón donde se haría la boda, viaje que se le hizo eterno al alfa menor, al que le regresó el alma al cuerpo cuando pudo bajarse y entrar al salón. 

Los altos ramos, las piezas de cristal que se reflejaban arcoíris cuando la luz las golpeaba, además del resto de las decoraciones, hacían parecer que estaba dentro de un cuento de hadas. Seokjin había querido algo más sencillo, pero Jungkook quería darle eso y más, porque el omega lo merecía y viendo el resultado, solo podía sentirse complacido. 

Era un cuento de hadas para su propio príncipe omega, pensó al acercarse al borde de la escalera donde esperaría por el mayor. El juez estaba sentado frente a una mesa donde ellos se sentarían una vez Seokjin llegará, lo que lo tenía un poco ansioso. 

El omega no le había querido mencionar nada de su traje y no lo había visto desde el miércoles, donde todos se habían dispuesto a permitir que no lo viera porque antes de la boda no se podía ver al novio. 

Aunque eso no lo había detenido de llamarlo en la madrugada, más borracho que sobrio para decirle que lo amaba y que realmente estaba esperando pasar el resto de su vida junto a él, luego había empezado a llorar porque no había soportado la emoción y había dicho cosas vergonzosas que había suprimido de su memoria. 

El sonido de la música comenzando hizo que todos se enderezaran en su puesto y que Jungkook tragara duro, la puerta se abrió en un sonido estridente que hizo que Jungkook comenzará a temblar. 

Rumor   ➯「KookJin」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora