Jeon Jungkook es un alfa soltero, director general de una de las más grandes empresas de Corea del Sur a sus cortos veintidós años de edad, que vive estresado por los rumores que se crean a su alrededor como para preocuparse por buscar una pareja, t...
Jungkook despertó primero en esa oportunidad, el omega estaba acurrucado contra su brazo izquierdo, utilizándolo como almohada. Le observó durante unos segundos, disfrutando ver sus suaves rasgos y lo relajado que se veía en su lugar. Sus cortas pestañas apenas rozaban sus pómulos y sus labios estaban ligeramente separados, de esa forma hasta parecía un pecado despertarlo, pero sabía que debía hacerlo.
—Hyunggie... —le llamó en voz suave, sin obtener respuesta alguna—. Seokjin... Despierta.
El omega gruñó y trató de jalar las sábanas, no pudiendo hacerlo debido a que Jungkook estaba recostado encima de ellas y no debajo, como él.
—Cinco minutos más...—musitó, con el ceño fruncido, soltó una risita y le revolvió el cabello.
—Iré a darme un baño primero, entonces.
—No, quédate—Se quejó, aferrándose a él—. Estás calentito.
—No puedo, y tú tampoco, vamos, Hyunggie, si salimos de aquí temprano podemos desayunar juntos y luego puedo dejarte en el tribunal.
—Es por eso que no quiero movermeeee. —Se quejó este, con un puchero.
—No te quejes tanto y vamos, Hyunggie—El omega finalmente abrió los ojos, observándolo con el ceño fruncido—, todo saldrá bien.
—Eso lo dices porque no eres tú el que irá a ese lugar a ser juzgado. —Jungkook le acomodó un mechón por detrás de la oreja, antes de sentarse en su lugar—. No quiero aguantar eso. No hice nada malo.
—Entonces ve y demuéstralo, eso es todo, Hyunggie. Tienes la conciencia limpia, solo tú sabes que ocurrió.
—No estaría tan seguro de eso.
—Anda—El omega soltó un suspiro y se levantó, caminando al closet para tomar su toalla—. Volveré luego de bañarme.
—Bien.
—... —Jungkook se levantó de su lugar bostezando y estrujo la nariz al pasarle por un lado, caminó hasta su departamento rascándose la nuca, su brazo estaba algo dormido, pero la sonrisa que llevaba en los labios no se la quitaba nadie.
Se dio un largo baño y se vistió con algo semi formal, peinó su cabello hacia atrás y bajó con la misma sonrisa, encontrando a Seokjin calzando sus zapatos en la entrada.
—¿Estás listo?
—Nuh—le respondió con un mohín, que Jungkook quiso besar, pero solo se acercó a él y lo abrazó, sobando su espalda—. Koo...
—Te quiero, Hyunggie—El mayor se tensó en sus brazos y al sentir como temblaba casi de manera imperceptible, se dio cuenta que estaba llorando—, eso no cambiará mañana, ni pasado. Incluso si el mundo decide darte la espalda, yo seré tu refugio, nunca olvides eso.
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