Et opertis oculis ceciderunt ( Y cayó la venda de los ojo) [+Extra Mario]

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Varios días de entrenamiento junto a mi padre han dado buenos resultados, aunque estoy muy agotada. La barriga ha crecido demasiado y ya no me deja tanta movilidad como antes. Procuro ejercitarme y no perder el ritmo, sé que pronto los bebés nacerán y vendrán a por ellos y aunque dije que no quería hacerme cargo de ellos... No logro imaginar que será de ellos si los atrapan. El día que pude sentirles y ellos a mí, fue una sensación donde sus pensamientos se instalaban dentro de mí. Fue una experiencia que hizo cambiar mi parecer respecto a sus vidas. También es cierto que no noto que se halla desarrollado dentro de mí ningún poder diferente a la conexión con mis bebés, que ya me parece algo extraordinario.Me he mantenido tan ocupada que deje de asistir a las terapias grupales, la hipnosis, los entrenamientos y mis consultas prenatales me ocupaban mucho tiempo.Esa tarde estaba algo cansada, pero quise salir a dar un paseo. Elliot se encontraba en la puerta de su casa arreglando el coche. Me acerque hasta él desde atrás y le rodee con los brazos todo lo que mi barriga me lo permitió. Él sé hecho a reír. 

   —Buen intento, pero estás enorme para poder rodearme. — se dio media vuelta y me acurruqué metiendo mi cabeza en su pecho, beso mi cabeza y después la levantó para besar mi nariz. —En cualquier momento reviento. 

   —Al final vas a firmar adopción abierta o cerrada. —Pregunta Elliot con curiosidad. 

   —He cancelado la adopción. — Sus ojos se abren por la sorpresa, hasta ahora no le había comentado nada. — Hace un tiempo que algo me hizo cambiar de parecer con los bebés.Él continúa esperando una respuesta, yo no sé qué decirle. ¿Le cuento la verdad? Al final se acabará enterando, y es mejor que lo sepa por mí. 

   —He decidió quedarme con ambos, pero eso no es lo único. —Agarro su mano y la dejo con delicadeza sobre mi barriga. Su cara cambia volviéndose inexpresivo, desapareciendo el color de sus ojos. Pasados unos segundos vuelve en sí. 

   —¿Qué fue eso? -Dijo Elliot bastante sorprendido. 

  —¿Eran ellos? -Recalcó señalando mi tripa. Yo asentí y después le sonreí. 

  —Pero... ¿Cómo? —Pregunto con curiosidad. —Creo que es algo que ver con los efectos secundarios de todo lo que me hicieron. 

   —¿Tienen poderes? —Asentí. Él se quedó bastante sorprendido, tampoco quiso preguntar nada más.Comenzamos a caminar en silencio, escuchando los ruidos que la noche tenía para ofrecernos. Agarro mi mano y se acercó un poco más a mí y así continuamos un rato más hasta volver a la puerta de mi casa, antes de darme media vuelta me acerqué a él. Me subí sobre las punteras de mis pies para poder darle un pequeño beso en la mejilla, pero mi gran barriga me impedía poder acercarme a Elliot.

    —Parece que cenaste demasiado. —Los dos nos comenzamos a reír, luego Elliot acaricio mi tripa y de nuevo los bebés se movieron en la dirección de la caricia. Se aproximó un poco más a mí, agarrando la parte baja de mi espalda para estar junto a él. Se posiciona desde atrás y me rodea con sus brazos para después ir dejando un ligero rastro de besos desde mi mejilla a mi cuello, pasando por mi clavícula. Notó como el calor crece en mí cada vez más, me da la vuelta para estar de frente. Se inclina y buscando una buena posición aprieta sus labios contra los míos profundizando el beso, abriendo paso entre los mismos con su lengua. Sumidos en ese momento sin pensar en donde nos encontramos entre caricias, besos y algún que otro mordisco escucho una tos ronca desde la puerta de la casa.Al separarnos mi padre nos mira con los brazos cruzados y el entrecejo fruncido. 

   —Alicia Vázquez Morales creo que en tu estado deberías de estar descansando. El muchacho ya se puede ir a su casa. —Le doy un beso en la mejilla como despedida y me marcho en dirección a la casa. Al entrar mi padre se ve bastante enfadado. 

PROYECTO 4S3S1N0[BORRADOR][+21]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora