Narrador omnisciente:Leo suspiró sintiendo un agradable calor envolviendo su mejilla, el chico se mantuvo completamente sereno con sus párpados cerrados a la vez que envolvía su palma derecha presionando el borde de la cómoda almohada en un intento por obtener nuevamente la completa comodidad, su cuerpo se removió bajo las sábanas intentando acoplarse con la cálida almohada que se encontraba por debajo de su torso, su pulso se disparó en el instante que subió una de sus piernas sintiendo de golpe como su piel hacia contacto con otra completamente suave, su torso se impulsó hacia atrás abriendo sus párpados con pánico, observando con terror como Jennie simplemente sonreía envolviendo sus palmas alrededor de su cuello manteniendo en todo momento sus largas pestañas apegadas con las de abajo, impidiendo que el muchacho fuese capaz de ver el bonito color de su mirada.
—¿J-Jennie?—jadeó el muchacho de manera incrédula, sintiendo como los labios de la mencionada se presionaban contra su comisura, arrebatándole por completo el aliento.
El Tailandés tragó saliva sintiéndose mareado, observando en todo momento como la castaña se acomodaba por debajo de su cuerpo deslizando sus delgadas palmas alrededor de su torso, obligando a que ambos cuerpos nuevamente quedasen en una cómoda posición.
—Es muy temprano Leo, duerme un rato mas...—murmuró la coreana completamente adormilada.
Leo apoyó su palma contra el colchón sintiendo como Jennie se giraba, obligando a su paso, que su cuerpo también se girase, quedando él ahora debajo de la chica. La coreana apoyó su mejilla contra el pecho del pelinegro provocando que le chico se mantuviese completamente quieto escuchando el suave silbido que causaba la calmada respiración de la muchacha.
El tailandés con nerviosismo dejó caer su mano sobre el hombro de la castaña, sintiendo como Jennie se volvía acomodar contra su torso quedando completamente apegada a él. Leo guardó silencio queriendo que Jennie fuese capaz de volver a conciliar el sueño, se cuestionó en sus pensamientos que estaba haciendo en realidad, ¿Por qué estaba permitiendo sentir felicidad?
El chico mordisqueó su labio inferior de manera frustrada, queriendo en lo más profundo de sus pensamientos callar las voces que lograban hacerlo llorar.
Parpadeó completamente confundido en el instante que sintió como la cálida mano de Jennie se entrelazaba con su mano libre que se hallaba apoyado sobre el cobertor, el chico giró de manera ligera su rostro observando como la castaña aun mantenía sus párpados completamente cerrados, al principio creyó que había sido un impulso el culpable de la unión entre sus manos, pero aquel pensamientos rápidamente fue desechado en el instante que el color oscuro de su mirada hizo contacto directo con el de la chica.
—Deja de pensar—susurró la chica a la vez que apoyaba su mejilla contra el cuerpo del menor.
Leo suspiró posando su mirada en el blanquecino techo de su habitación.
—Técnicamente es imposible el no pensar—aclaró el tailandés sintiendo como la coreana deslizaba su pulgar alrededor de su dedo índice, manteniendo en todo momento sus manos conectadas.
—Me refería a tus pensamientos destructivos—respondió Jennie terminando por despertar girando su rostro para apoyar su mentón sobre el pequeño bulto que conformaban los pechos del tailandés.
El chico se incomodó causando que, rápidamente alejara a la chica de su cuerpo optando por tomar asiento sobre el colchón. Jennie velozmente optó por la misma posición observando con determinación como el pelinegro simplemente guardaba silencio, siendo más que consciente que no podía replicar a sus palabras.
¿Por qué muestra tanto interés? se cuestionó nuevamente el muchacho apretando sus labios y mordiendo en el proceso su lengua deteniendo toda posibilidad de que aquella duda brotara de su garganta, pero una parte de él quería oír una respuesta deslizándose entre los labios de la coreana, pero temiendo a su vez que fuese de manera negativa.
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Lost Boy
FanfictionLalisa Manoban tenía una belleza espléndida, algo completamente fuera de este mundo, quienes tenían la oportunidad de ver su perfección quedaban completamente anonadados por tal deslumbre creyendo ingenuamente que ella era una obra de arte, pero el...