Promesa

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Narrador omnisciente:

Leo se había quedado en el hogar de los Kim luego de la insistencia de Hyo-rin para aquello sucediese, el chico durante el transcurso de la tarde se mantuvo en silencio asimilando lo que sus acciones habían provocado; la madre de Jennie lo había protegido sin importarle que saliera afectada a manos de su progenitora, aún estaba conmocionado por el vivo recuerdo de la palma ajena girando con fuerza la mejilla de su madre logrando que aquellas orbes frías se centrarán en su persona. Él la conocía, sabía que no mentía al decir que se iba a arrepentir, porque aquel sentimiento comenzaba lentamente a apoderarse de sus pensamientos; estaba aterrado.

Leo posó su mirada en la forma en que Jennie estaba riendo apoyando su torso contra el cuerpo de su hermano, el pelinegro dio un paso hacia atrás tomando asiento sobre el escalón observando de manera atenta como la chica escuchaba a su hermano y a BamBam como si aquello fuese la mayor entretención de su día. Leo suspiró ante la belleza que poseía la muchacha cuando sonreía, la castaña arrugó el puente de su nariz mientras que mordisqueaba su labio inferior causando que el bonito color de su mirada se perdía entre sus largas pestañas. El tailandés juró perder el aliento ante aquella imagen, sintió como su corazón se apretaba mientras que el sonido de la risa de Jennie acompañada por los dos muchachos lograban inundar la silenciosa habitación.

El pelinegro giró su rostro al oír las voces de los señores Kim, el chico observó de manera atenta como ambos estaban charlando en el interior de la cocina; Taeyang se veía nervioso deslizando su palma por su cuero cabelludo de manera repetida mientras que Hyo-rin tan solo se mantenía de brazos cruzados intentando adoptar una actitud serena.

El muchacho no le prestó mayor intención en el instante que su teléfono vibró, con rapidez tomó el aparato que había estado ocultado en el interior de su bolsillo observando cómo la pantalla se iluminaba con un nuevo mensaje.

Sehun

¿Crees que esa puta barata podrá cuidarte de mi?
18:43 PM
✓✓

¿Eres estúpida Lisa, o aún crees que eres hombre?
18:43 PM
✓✓

No puedes escaparte de mi, me perteneces.
18:43 PM
✓✓

Leo mordió su labio inferior sintiéndose ansioso mientras que el sudor y la adrenalina se deslizaba por sobre su piel. Con rapidez y sin saber muy bien el por qué estaba deslizando sus pulgares sobre la pantalla, el chico comenzó a escribir siendo lo suficientemente ingenuo para creer que el contrario lo dejaría en paz ante sus palabras.

Déjame en paz.
18:44 PM
✓✓

¿Dejarte en paz? ¿Tu no comprendes lo que esta sucediendo, verdad?
18:45 PM
✓✓

Te aclaro que eres mía, no puedo dejar en paz algo que me corresponde por ley.
18:45 PM
✓✓

El pelinegro frunció el ceño, ¿Corresponderle por ley? Cuestionó en sus pensamientos confundido sintiéndose rápidamente abrumado de una posibilidad de que su madre hubiese hecho de las suyas para atarlo de alguna forma al contrario. Leo iba a responder preguntando a que se refería, pero la señora Kim se acercó hacía él tomando asiento a su lado, por instinto el chico bloqueó la pantalla girando su rostro al sentir como la mujer acariciaba su corto cabello de una manera dulce, logrando sacar una sonrisa en el contrario.

—¿Tienes hambre?—cuestionó la mujer siendo completamente inevitable para ella el no tratarlo como si fuese un hijo más. El pelinegro rapidamente sacudió su cabeza en negación apretando entre sus palmas su teléfono el instante que sintió como este vibraba—...—ella guardó silencio por un par de segundos analizando el comportamiento del contrario intentando averiguar si, realmente estaba bien—bueno... si llegas a tener hambre me avisas—comentó levantándose de su lugar para darle un poco de privacidad.

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