Habían pasado cuatro días desde el reto de Emilio y de, probablemente, el día más vergonzoso de mi vida.
Había vuelto a ver a Camilo un par de veces más pero me evitaba y nunca hacía contacto visual conmigo, además siempre que trataba de ir a explicarle lo que realmente había pasado llegaba Emilio de la nada a decirme que iba a quedar como un acosador, así que tuve que aceptar el hecho de que Camilo pensará que era un pervertido que estaba enamorado de él.
- Tal vez le tendría que mandar un mensaje –le dije a Diego mientras caminábamos hacia la librería- aunque no tengo su número de teléfono.
Una de las cosas que siempre me gustó de Diego era que nunca me incomodaba estar al lado de él sin Azul a pesar de que lo conocía hace poco tiempo, además compartía mi mismo gusto por los libros así que solíamos ir a la librería juntos para comprar nuevos libros cuando podíamos.
- Creo que si él nunca te dio su número de teléfono y de repente le llega un mensaje tuyo, llamaría a la policía para poner una orden de restricción para que te mantengas alejado de él.
Me reí.
- Probablemente tengas razón, voy a tener que dejarlo ir.
- ¿Ya sabes cuál va a ser la venganza de Emilio?
Cerré los ojos al acordarme de la venganza que Emilio tenía planeada. Quería que entrenara por un día en el equipo de lacrosse.
¿Qué se le había pasado por su maldita cabeza? No sirvió de nada contarle que soy probablemente la peor persona que existe con los deportes, soy muy torpe y siempre termino ayudando a mis contrincantes más que a mi equipo
Iba a ser un asco y todos se iban a reír de mi, pero obviamente no le importó.- Quiere que juegue en su estúpido equipo de lacrosse –protesté-
Diego se rió y lo miré mal.- Perdón pero no te imaginó con un casco y un palo tratando de arrojar una pelota a un arco.
- ¡Yo tampoco! Con suerte se que usan un palo, no quiero morir así.
- Te compadezco. La verdad nunca supe que le vio Emilio a ese juego.Lo miré frunciendo el ceño, era raro pensar que Emilio jugaba lacrosse desde chico.
- ¿Por qué había dejado de jugar? –le pregunté y me arrepentí de inmediato-
Diego evitó mi mirada y se aclaró la garganta. Era obvio que no quería hablar de ese tema, no entendía por qué pero preferí no preguntar más.
- Lo siento, la verdad es que no se mucho de la vida de Emilio y no es de mi incumbencia..
- No, no te disculpes, solo que no me parece bien contarte cosas de Emilio que seguramente va a querer hacerlo él en su debido momento.. se que no entiendes mucho ahora, pero espero que me comprendas.
Asentí con la cabeza aunque tenía miles de preguntas por dentro. ¿Por qué Emilio había dejado de jugar lacrosse si tanto le gustaba? ¿Y por qué era algo que ponía tan incómodo a Diego?
- Esta bien –le sonreí- pero ya que conoces a Emilio desde hace tanto tiempo tendrás que contarme algunos de sus puntos débiles para patearle su maldito trasero en la cancha.
Diego me devolvió la sonrisa.
- Hecho.
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- ¡Juro que voy a matarlo! –le advertí a Andrés cuando me puse el estúpido casco que usaban en lacrosse. Me quedaba grande y siempre que hacía un movimiento brusco toda la cabeza se me iba hacia delante y ya estaba comenzando a irritarme-- No te ves tan mal...
Inspiré una bocanada de aire para calmarme, iba a tener que entrenar en un juego violento con muchos chicos sudados y molestos. Ni siquiera sabía cual era el objetivo de ese estúpido juego, solo sabía que mi objetivo iba a ser hacerle daño a Emilio.
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¡ᴇsᴛᴏ ᴇs ɢᴜᴇʀʀᴀ! -εмιℓιαcσ- ✓✓
Fanfiction¡EEG! |Emiliaco. - No querrás que actuemos como pareja ¿cierto?.-preguntó el ojos miel horrorizado. Emilio se río. - ¿Estás loco? - ¿Quién sabe? tal vez y terminas enamorado de mí.