Capítulo 11:La Cena.

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–Joaquín ¿No crees que es demasiado? –me preguntó mi madre cuando le conté lo que tenía planeado para Emilio-

- No, él me ha hecho cosas peores mamá.

- Creo que lo que te ha hecho hacer fue muy bueno, te haría bien practicar un poco de deporte más seguido.

- ¡No solo me hizo practicar lacrosse! Me ha hecho parecer una loco en frente de muchos chicos.

- Te llevó a un concierto..

- Solo para que me sentara con él en clases.

- ¿Y no es un lindo gesto? –me preguntó sonriendo- creo que gusta de ti,ya le volteaste el tazo.

Rodee los ojos.

- De la única persona que gusta Emilio es de si mismo.

Mi madre negó con la cabeza y agarró su cartera para ir a trabajar. Tan pronto como abrimos la puerta, escuché el rugido de un motor y maldije por dentro. Estaba esperando no tener que pasar por esa incómoda situación de tener que presentarle a mi madre, Emilio.

Emilio bajo de su moto con una sonrisa de oreja a oreja y se acercó a nosotros.

- Hola Joaquín –me dijo dándome un beso en la mejilla y se dirigió hacia mi mamá- Usted debe ser la señora Gress ¿no es así? Estoy encantado de conocerla.

Mi madre le sonrío mientras me miraba de reojo.

- Oh, por favor, llámame Elisabeth. Tu debes ser Emilio, mi bebé me habló mucho de ti.

La fulminé con la mirada, no le había hablado tanto de él.

Emilio me miró alzando las cejas.

- ¿En serio? Espero que hayan sido cosas buenas.

- Por supuesto, él esta muy feliz de que seas su amigo, eres el primer amigo hombre que tiene luego de Andrés y eso.

- ¡Mamá! –chillé- creo que se te esta haciendo tarde para ir a trabajar.

Ella miró su reloj y se alejó de nosotros con prisa.

- Cuídense por favor ¡y no vuelvan muy tarde! Si Emilio quiere puede quedarse a tomar un té luego de cenar.

- Muchas gracias Eli–le contestó Emilio despidiéndose- lo haré.

Cerré los ojos con fuerza, no me gustaba para nada que a mi mamá le cayera bien Emilio y menos que Emilio actúe tan encantador en frente de ella.

- Ya deja de comportarte así y entra –le murmuré a Emilio-

Cuando entramos a mi casa, le señalé con la cabeza la cocina.

- ¿Qué piensas hacer? –me preguntó entre cerrando los ojos-

- Ya te enterarás.

Emilio se sentó y yo me acerque a la heladera para sacar cubos de hielo y luego fui a buscar una aguja.

Emilio abrió mucho los ojos.

- ¿Qué piensas hacer con eso?

- Te voy a horadar las orejas.

- ¡¿Qué?! ¿No quieres también prestarme un vestido y teñirme el pelo de rosa?

- ¿Prefieres ir con un vestido a que te perfore las orejas?

- ¡Ninguna de las dos! –protestó- yo no te obligué a pasar dolor físico.

- ¿Ah no? Supongo que todas las veces que me caído en el entrenamiento y las veces que me han dado pelotazos no cuenta como dolor físico.

¡ᴇsᴛᴏ ᴇs ɢᴜᴇʀʀᴀ! -εмιℓιαcσ- ✓✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora