Al Fin Nos Encontramos [Tanjiro y Tú]

Capítulo XX

✦Hashibira Inosuke✦

La bala ocasionó una pequeña herida en el rostro de Sanemi, dando en su mejilla y estrellándose en la pared de madera.

Si la chica era franca, falló a su objetivo, sus manos temblaban de manera frenetica y sus sentimientos estaban hechos un revoltijo. No estaba pensando con claridad, se estaba dejando llevar por el momento.

—las gruesas lágrimas de Mey parecían no detenerse— (D-Debo salir de aquí...) 

—¡MIN, ABRE LA MALDITA PUERTA DE UNA VEZ! —Inosuke golpeaba con energía la puerta mientras los demás trataban de abrirla.

—(No tiene caso...es demasiado pesada...) —Zenitsu suspiró y observó a Yuki, quien no hace mucho rato había llegado—, podríamos entrar por la ventana...

—¡Eso es! —exclamó Yuki. Todos corrieron.

—Los ojos de Sanemi estaban abiertos y su cuerpo no respondía— ...(Sé que Mey depende mucho de sus emociones, pero...llegar al grado de matar a alguien. ¿Para qué negarlo? haría lo mismo...)

—Mey suelto el arma y corrió a la puerta— (Se fueron...) —inmediatamente abrió y salió.

—...Mey —Tanjiro quiso tomar su mano, pero ni su cuerpo pudo responder.

La mirada tan vacía y neutral que la castaña le brindó al chico, nunca la había visto plasmada en ella. Tampoco había dolido tanto el hecho de sentirse inútil, sentirse culpable.

Sentirse un estorbó.

Solo pudo observar como el amor de su vida se alejaba....

—Se fue... —la mirada al chico se enfoco en sus amigos, quiénes ya se encontraban del lado de la ventana.

—¡Uno debió quedarse!

—Si.

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Correr y no tener rumbo, no saber que pasaría con ella ni con los demás. Esos pensamientos no hacía que pensará de manera clara, no tenia ni idea de que hacer.

No sabía si confiar de nuevo era lo correcto, pero eso no impediría cumplir con el objetivo de matar a Muzan Kibutsuji.

Sus piernas la llevaron a lo profundo del bosque y sin quererlo cayó de rodillas.

¿Tanto había corriendo en tan poco tiempo?

Solo esperaba que nadie la buscará por un rato, lo suficiente como para acomodar sus ideas.

Claro que no sería posible si cierta aberración de la naturaleza se hiciera presente.

—(¿Por qué...en momentos asi es cuando apareces?...Muzan Kibutsuji) —penso y se sentó en el fresco pasto.

—

Mey...¿tan rápido nos volvemos a encontrar?