Capítulo XXXIII

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✯Parece que fue ayer, pero fue hace años✯

Omnisciente:

Muzan Kibutsuji no morirá sin importar las veces que le corten la cabeza, además la regeneración que posee no es igual a la de algún demonio que haya existido. Su fuerza es descomunal y su velocidad es increíble, por eso la única manera de acabar con el es pelear hasta el amanecer.

No, no de nuevo. Ya habían cometido el error de solo tener la opción de aguantar hasta la llegada del sol, teniendo como resultado la derrota. En este punto de su encuentro ya era momento de tener en mente el plan perfecto para terminar de una vez esta pelea de hace siglos.

El plan de los actuales pilares era enfrentar a Kibutsuji solos, aunque la vida les dió la sorpresa de la llegada de los menores, ahora podían tener más apoyo y altas probabilidades de triunfar.

Entrenarían a los chicos y de paso encontrarían el lirio antes que Muzan, pero de alguna u otra forma se vió interrumpido todo y como consecuencia, vidas se mantuvieron entre el más allá y la tierra, otras dejaron este mundo sin tener otra opción e inclusolas que se mantuvieron a salvo, cambiaron su manera de ver las cosas.

Algunas tuvieron que cambiar para ver por ellos mismos, otras no dejaban que su mente cambiará de pensamientos atroces.

—E-Estarás bien cariño, solo salgamos y te llevaré a un hospital —Ayato apretó el agarre de su diestra, sus pies bajaban rápidamente las escaleras de emergencia y a su par el más pequeño siguiendo su paso.

P-Papá, vas a caerte —la voz de Katsuma temblaba no solo por el miedo, sino también por la preocupación por los mayores de su familia.

—Lo siento Katsu, pero tu hermana ahora necesita ayuda y-

—¡MEY! —los pasos de Tanjiro y otros más resonaron en todo el pasillo.

—Inosuke frenó y tomo aire— ¿¡En qué demonios estabas pensando!? —frunció el entrecejo y sin más, la tomó de los hombros para zangolotear su cuerpo— ¡por algo te ordenamos estar quieta!

—Zenitsu dió un golpe en la nuca del contrario y suspiro—. Relájate salvaje, primero los debemos sacar del edificio.

—Tanjiro movió su cabeza en forma de aceptación, miro a la pequeña familia y sonrió levemente— ¿Están bien?, ¿Necesitan algo?

—E-Estamos bien, Mey es quien necesita ayuda —Ayato inhalo y exhalo—, no escucha. Llevo rato tratando de hablarle y no me ha respondido.

—Me da miedo como se comporta, pareciera que esta pensando en otras cosas —Katsuma agacho su cabeza, abrió sus ojos al sentir algo frió chocar con su piel.

Espera...esos son los auriculares anti sonidos —Kenta los tomo—, oh no...

Eso explica porque no escucha —las manos de Naoko pasaron por su propia cara, soltó un suspiro de frustración—. Debemos salir, a
fuera la atenderán como se debe.

Todos asintieron e iniciaron su rumbo para salir del pobre edificio deshabitado.

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Tenía miedo, mentiría si dijera que estaba bien, que vencería sin problemas a Kibutsuji o que su sordera era temporal.

Mentiría si dijera que todos tendrían una vida pacifica o que todos sobrevivirían ese día. Tenia miedo de decir la verdad, pero en este punto ¿de qué serviría?

Al Fin Nos Encontramos [Tanjiro y Tú]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora