XXXIV: La ira

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¿Cuanto cortes le habían ocasionado?, demasiados, pero no lograba apreciarse por la rápida regeneración de rey demonio.

—¡Ellos se ocuparán de Muzan, debemos ayudarlos con los demás demonios! 

Cientos de exterminadores se dieron a la tarea de salvar o ejecutar a todos los demonios que se cruzaban por su propio camino, los demás se centraban en sacar del campo de batalla a las personas que ya tenían en su sistema en tan anhelado antídoto.

Apenas pasaron unos minutos de haber iniciado su encuentro, el cuerpo de todos ya se encontraban lastimados a raíz de los impactos y rasguños dados por el enemigo. Todavía podían mantenerse de pie sin importar cuan doloroso fuera.

—¡KANROJI! —las piernas de Iguro trataron se acercarse lo más pronto posible. Las extremidades de Kibutsuji se aproximaron hacia la pelirrosa.

—Gyomei, con ayuda de su nichirin logro detener los ataques de este— ¿Estás bien?

—¡Ah!, ¡Muchas gracias! —sus ojos se llenaron de leves lagrimas y sin más se colocó de pie para continuar.

—¡Lanzalo ya, Inosuke! —Sanemi sacó de su chaleco un pequeño zippo y lo encendió.

—¡Arde! —Inosuke grito luego de lanzar unos pequeños frascos que llevaban dentro de si dosis de lejía. El pilar del viento de inmediato aventó a la misma dirección en zippo.

Muzan se encontraba envuelto en llamas debido a la combustión, jugada sucia pero ¿qué importa?

—¡Ahora! —grito Kyojuro.

De nuevo todos atacaron con todas sus fuerzas.

—Zenitsu, con ayuda de su séptima postura, logro cortar uno de sus siete corazones— ¡Sigues vivo, Kyojuro!

¡Concéntrate! —grito Mey. La respiración de la llama le ayudo a cortar dos de los cinco cerebros

—Tanjiro tomo aire e instantáneamente se acerco— ¡Kanao, espera! —sin pensarlo demasiado se interpuso entre ella y uno de los tentáculos de Kibutsuji

Dolió, ese impulso por salvar a la pequeña Tsuyuri le costo una herida bastante profunda en la parte derecha de su cintura , obligandolo a salir del enfrentamiento durante unos segundos.

—¡Tanjiro! —Tomioka miro al chico tendido en el suelo y cuando su cuerpo se dirigía hacia el, la voz de este lo orillo a detenerse.

—¡E-Estoy bien, sigan! —tosió y se colocó de pie.

—Kanao mordió su labio inferior y apretó el mango de su katana— Y-Yo...

—¡Cúbreme! —Mey miro hacia la pelinegra para correr en dirección a Tanjiro.

—¡Si! (Respiración de la flor, cuarta postura: hanagoromo carmesi) 

—(Respiración de la serpiente, tercera postura: espiran inmobilizadora

Gyomei, con ayuda de sus armas, logro destruir la mayor parte del cuello de Kibutsuji.

—(Su nichirin se esta volviendo rojizo...) —Tomioka se alejo por unos segundos para visualizar las armas de sus compañeros.

Algunos ya tenían sus katanas totalmente rojizas, otras apenas se notaba lo tenue del carmín. Observo la suya, sorprendiéndose de lo roja que ya se encontraba, ni siquiera noto los cambios que ya sucedía en su propio cuerpo.

Al Fin Nos Encontramos [Tanjiro y Tú]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora