Capítulo diecinueve

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-Harry, despierta -su agitada respiración y sus manos agitándome por los hombros interrumpieron mi profundo sueño-, vamos Harry, debemos irnos ya -abrí los ojos confuso, notando la desesperación en su mirada- ¿Qué sucede Louis? -Pregunté sentándome en la cama viendo como sacaba de la mesa de noche su arma y la posaba dentro de sus pantalones- ¿Louis? -lo miré desconcertado pero aun no lograba despertarme por completo.

- ¡No hagas preguntas y levántate de una maldita vez! -gritó exaltado y asentí haciendo justo lo que me pedía.

- ¿Qué hago? -pregunté parado frente a la cama mientras el revolvía su armario.

-Tú solo me sigues -tomó mi mano luego de guardar algo que no supe que era en su bolsillo y literalmente me sacó bruscamente de la casa.

Corrí tras él siguiéndolo con prisa.

-Louis, dime que está sucediendo por favor -pregunté subiendo a la moto tras él.

-Ponte esto -dijo tendiéndome el casco, él también se puso el suyo y luego arrancó el vehículo.

En cuestión de segundos, cuando salimos del callejón, luces de patrullas y sirenas invadieron mis oídos, hasta entonces, estaba tan desorientado que ni siquiera había notado que era de noche, y probablemente muy tarde, ya que el frío calaba los huesos y había salido de manga corta y shorts que era con lo que dormía.

- ¡Louis! Me estoy congelando ¿Por qué demonios la policía va hacia tu casa? -pregunté al fin dándome cuenta lo que sucedía.

Él ni siquiera respondió, pasamos más de un semáforo en rojo y cuando quise acordar, entramos en una zona residencial la cual conocía perfectamente, de pronto, él detuvo la marcha.

-Bájate ya -exigió.

Esta vez fui yo quien no respondió pero bajé de la moto quedándome estupefacto al encontrarme parado frente a mi casa. Lo miré desentendido y él se quitó el casco e hice lo mismo.

-Louis ¿Que significa esto?

-Significa que este es tu momento de elegir -me miró serio bajo la oscuridad de la noche donde sus ojos azules se veían oscuros y profundos-, si quieres volver a tu vida habitual o huyes conmigo.

- ¿Por qué de esta manera? ¿Por qué me despertaste en mitad de la noche y me sacaste de la casa? -tragué saliva temiendo la respuesta.

-Zayn huyó y me dijo que venían por mí, si no salía de la casa en ese momento estaría detenido y tu siendo interrogado -soltó un suspiro-. Decide Harry ¿Huirás conmigo o volverás a tu vida de antes?

-Creí que no me dejarías ir nunca -ladeé la cabeza sin entender.

-Eso fue cuando tu vida no estaba en riesgo -tragó saliva-, ahora la decisión está en tus manos Harry.

Me miraba fijamente y volteé a ver aquella casa la cual hacía ya meses había dejado de ver, aquel lugar en el cual había crecido, en donde mi familia me esperaba. Las lágrimas corrían por mis mejillas con nostalgia y las sequé bruscamente volviendo mi mirada a Louis. No dije nada, simplemente me puse el casco una vez más y me paré junto al vi rodado aun encendido.

- ¿Estás seguro que es lo que quieres Harry? Me miró seriamente.

-Tú eres lo que quiero, ya vámonos por favor -casi supliqué sintiendo mi corazón estrujándose dentro de mi pecho lleno de sentimientos encontrados.

-Toma -se quitó su abrigo poniéndolo sobre mis hombros.

-Sentirás frío -quise sacármelo y devolvérselo pero no me lo permitió, subió al vehículo una vez más e imité su acción para que de inmediato lo pusiese en marcha.

Estaba amaneciendo y solo nos habíamos detenido unos momentos para llenar el tanque de la motocicleta con el combustible suficiente. No habíamos vuelto a cruzar palabra. Yo, estaba tras él, abrazándolo con fuerza y cubriéndome con su cuerpo evitando el fuerte impacto del viento que me hacía tiritar, el parecía de acero, inmutable, sus tatuados brazos estaban cubiertos por una tela no demasiado gruesa y al tacto lo sentía helado pero él nada.

Mis ojos se cerraban por momentos y lo apreté con fuerza cuando sentí mi cuerpo aflojarse, estaba quedándome dormido.

- ¡Harry! -Gritó viéndome por el espejo retrovisor, sentí su voz algo distante, a causa de su casco que llevaba puesto y el sonido del viento y otros vehículos que circulaban por la autopista- ¡Harry no te duermas! -hizo su brazo hacia atrás impactando su codo con mis costillas, no de manera brusca, lo suficiente para que reaccionase y pusiese mis sentidos alerta.

-Lo siento -dije casi inaudible por lo cual seguramente no me escucho, pero forcé mis ojos a abrirse y tensé mi cuerpo para no volver a perder el control de este.

La escena se repitió alguna que otra vez durante dos horas aproximadamente de viaje, hasta que al fin, salimos de la autopista. Estábamos lejos de la ciudad, de hecho, ni siquiera estábamos en Cheshire, no tenía idea donde íbamos, pero divisé un cartel que decía Doncaster, nunca había ido allí, no sabía porque estábamos allí, pero Louis se detuvo frente a una bonita casa dentro de la zona residencial.

Una bonita chica rubia con unos enormes ojos color cielo salió de la casa con uniforme escolar y un bolso al hombro.

- ¿Quién es ella Louis? -pregunté quitándome el casco y posando mi mano en su hombro cuando lo sentí sollozar pero él no respondió.

Se quitó el casco cuando la muchacha ya había dado la vuelta a la esquina, minutos después una camioneta escolar estacionó frente a la casa, dos niños idénticos atravesaron las puertas corriendo y una bonita mujer salió tras ellos quedándose en el marco de ésta saludando a los pequeños con su mano hasta que el vehículo volvió a la marcha y ella volteó e iba a cerrar la puerta hasta que Louis se quitó el casco, lo dejó a un lado de la motocicleta, bajo de ésta en cuestión de segundos y cruzó la calle.

- ¡Mamá! -gritó parado el borde de la vereda, un jardín de por medio y un largo sendero lo separaba de la mujer quien volteó a verlo con sus ojos cristalizados por las lágrimas. Ella tocó su pecho y pude notar como sus piernas se aflojaron, entonces, Louis corrió hacia ella y la abrazó con fuerza. Jamás había visto un abrazo tan fuerte y sentido como aquel, la mujer no dejaba de llorar, podía ver su rostro con sus ojos cerrados, su mentón apoyado en el hombro de su hijo y sus labios moviéndose diciendo palabras que no lograba entender ni escuchar por la distancia. Sentí un gran alivio al ver dicha escena, Louis necesitaba aquello, necesitaba ver a su madre, se merecían una charla, merecían aclarar el pasado y poder vivir en paz.

Unos cuantos minutos pasaron cuando ambos se separaron y Louis vio en mi dirección haciéndome seña de que me acercase y eso hice.

Cuando estuve a una distancia prudente, Louis me sonrió y me acercó a él abrazándome de lado.

-Él es Harry mamá, él es mi pareja -mi corazón se aceleró al escuchar aquellas palabras y lo miré con sorpresa pero lleno de felicidad ante lo que acababa de escuchar-, si no fuera por él hoy no estaría aquí y necesitaba que las dos personas más importantes de mi vida se conocieran -dijo un tanto emocionado.

-Es un placer Harry, llámame Jay -ella se acercó a darme un fraternal abrazo-, gracias por esto muchacho, me has devuelto a la vida trayéndome a mi hijo -me dijo al oído antes de separarse y sonreí.

-Yo solo... Yo solo quiero lo mejor para él -sonreí viéndolo tontamente enamorado. Esto era un sueño hecho realidad, solo rogaba en mi interior que durase lo suficiente, aunque desde un principio supe que nuestra historia, no tendría final feliz.

+++

¡Últimos capítulos! Les aviso desde ya que veré si el veinte es el último, debo organizar bien mi cabeza, si queda demasiado largo lo subiré en dos partes y este sería el anteúltimo, ok, no importa, el asunto es que esto se termina y tengo una mezcla de sentimientos encontrados jajaj, amo esta novela, y es raro que esté llegando a su fin pero a la vez me alegra, idk. Solo prepárense para todo, cualquier cosa puede suceder aquí!

Leí todos sus comentarios, como siempre, y los agradezco profundamente, gracias por el apoyo chicas, son lo más!

Stockholm syndrome {Larry Stylinson. EN EDICIÓN Donde viven las historias. Descúbrelo ahora