Mera inhaló profundamente con pesadez mientras clavaba sus ojos en el techo, tratando de que aquella bocanada de aire de alguna manera le regalara algún tipo de ánimo que hiciera más sencillo tocar la puerta que tenía en frente con cautela y dejar la bebida que llevaba en la bandeja sostenida en su mano, pero ni siquiera la complicidad que le traían aquellas respiraciones le infringió la energía que necesitaba para soportar aquello con una sonrisa genuina.
Para cuando el rasposo "pase" se escuchó en el espacio, la rubia no tuvo otra opción que empujar la puerta y forzar un gesto con sus comisuras mientras con respeto bajaba su mentón hacia el hombre que parecía ni notarlo, estaba revisando lo que lucía como papeleo sobre su escritorio y ella no tuvo de otra que acercarse hasta la madera y dejar el licor fjerdano que siempre le servía con hielo y limón sobre la mesa, acudiendo a toda la paciencia que podía poseer dentro de su ser esperó 5 segundos en caso de que le pidiera alguna otra cosa contando uno por uno los números hasta que el tiempo expiró y se sintió libre de dejar el lugar.
Sabía que no recibiría un gracias, nunca lo hacía, así que ni siquiera dudó en caminar de vuelta a la puerta sintiéndose aliviada de terminar con aquella pantomima, sin embargo, justo cuando llevó su mano al pomo de la puerta, Per Haskell carraspeó, provocando que su salida se detuviera.
