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♠️ 💀 🌃 ♥️ 🌫️ ♣️ ꒱࿐ ˚.*ೃ 𝐖𝐈𝐍𝐃 𝐀𝐍𝐃 𝐑𝐄𝐕𝐄𝐍𝐆𝐄 ｡˚ ⁀➷ WRITTEN BY 〳𝘾𝙇𝘼𝙐𝙑𝙀𝙍𝙍𝙔 ｡☆ 𝘈 𝘒𝘢𝘻𝘉𝘳𝘦𝘬𝘬𝘦𝘳 𝘧𝘢𝘯𝘧𝘪𝘤.
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"EN KERCH, la gente se muere todo el tiempo."
Aquellas habían sido las palabras de consuelo que le habían dado cuando la noticia de que su padre había fallecido llegó a sus oídos, de la boca de un bucanero cuyo barco había sido el encargado de llevar a Emil Vervloet a Kerch por última vez y no traerlo de vuelta.
Mera lo había esperado un día entero sentada al lado del muelle junto al desembarcadero del pueblo más cercano a su granja, siempre lo hacía cuando el hombre decidía visitar aquella ciudad maldita, por cuestiones de negocios, él salía los viernes por la mañana y volvía el lunes en la tarde, así que el día anterior al fin de semana la rubia lo despidió con la promesa de prepararle algunas galletas de arroz a su regreso, solo para pasar horas esperando su regreso, hasta que finalmente alguien se dignó a contarle lo que realmente había sucedido.
La información había recorrido las calles de Ketterdam con una rapidez al punto que el capitán del barquillo de transporte la había obtenido incluso el domingo por la noche, las malas lenguas habían hablado de una puñalada al corazón y otros murmuraban cosas sobre un sigiloso corte en la garganta.
No fue hasta que le enviaron el cuerpo para que lo reconociera, que ella vio el agujero de bala sobre su frente mientras se hacía la valiente pretendiendo que la escena no la afectaba, pero sí lo hacía, el rostro inerte del hombre que la había criado la perseguiría muchísimo después de eso, sin embargo, también era consiente de que ninguna otra persona se encargaría de su entierro, porque siempre habían sido solo los dos, nadie más, después de haber perdido a su madre a manos de la crueldad en el Barril desde temprana edad, solo habían quedado una niña y un tipillo que no quería saber nada más de bandas o conflictos, dentro de la ciudad que le había arrebatado a su esposa.
Por eso habían huido, porque Emil no estaba dispuesto a vivir con miedo de que le hicieran algo a su hija, y entonces, se había retirado de los Leones Moneda con la bendición de Pekka, después de tantos años de trabajo y servicio fiel, compró una pequeña propiedad en las Colonias del Sur y ahí había criado a la pequeña con toda la calma necesaria.
