19. calor

591 155 14
                                    

- ¿Por qué lloras? - inquiere Samuel, tomándole el rostro entre las manos, más como un impulso que pensándolo racionalmente, era algo que cargaba consigo desde hacía años, el no poder ver a las personas llorar, supuso que acarreaba eso consigo desde que era un niño, cuando no soportaba ver llorar a su madre. - ¿Dije algo malo? ¿O hice algo malo? - continúa, apartándole las lágrimas de las mejillas con los pulgares, mientras el peliblanco continúa llorando, sin tregua, incapaz de parar su propio llanto. - Perdona, si no te gusta el chal bien puedes quitártelo, o podemos detenernos si estás muy cansad~

- Perdona. - interrumpe el peliblanco, poniendo una de sus manos sobre la de Samuel, está cálido, y él es frío, es tan frío que siente que si lo abraza le quitará todo ese calor, y se siente culpable por eso, pero no quiere hacerlo, no quiere sentirse culpable, porque necesita ese calor, y ni siquiera entiende porqué, pero siente que así es, ese calor sobre sus hombros quizás le devuelva algo de vida, quizás le devuelva algo de sus recuerdos, quizás, y solo quizás, le devuelva algo de aquello que lo hacía humano, si es que alguna vez lo fue. - Es solo que... perdona.

- No tienes que disculparte, - susurra el pelinegro, aún presionando las manos sobre los pálidos hombros. - no pasó nada malo, está todo bien, ¿bien? Y si algo no está bien puedes decirme.

Necesitaba ese calor, en los huesos, necesitaba ese calor, solo un poco, y quizás al pelinegro no le molestase, quizás no le importaba darle un poco de su calor a él, que estaba tan frío, y quizás quiere abrazarlo, con fuerza, esperando que el frío en sus huesos se deshaga, quiso abrazarlo, quizás como no había querido nunca nada, así que lo hizo.

old (love) greece -karmaland-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora