Salida Al Spa Y Clases De Cocina

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El viernes fue un día interesante para ambas chicas. Skara y Cat habían tenido sospechas que algo malo ocurría en Boscha, que estaba actuando un poco raro, aunque Willow logró bajar esas sospechas obligándose a si misma a ser una idiota con los demás, disculpándose cuando las amigas de Boscha no la veían, lo que solo dejaba más confundidos a los chicos, algunos hasta se asustaban, Boscha disculpándose era una señal del final de los tiempos.

Además Willow estaba logrando dominar las pociones, más  con ayuda de Barcus en ese proyecto que estaban haciendo en equipo, aunque el perro no se veía muy feliz, realmente la magia de pociones no era tan difícil, de hecho no era necesario usar magia, solo había que seguir las instrucciones y poner los ingredientes en orden en el caldero, era como cocinar... Así es como Willow y Barcus terminaron en la enfermería con el cabello quemado y otras quemaduras de primer grado. Barcus gruñó a la chica durante todo el tiempo que estuvieron esperando para entrar a la enfermería y mientras eran atendidos. Ese día Willow no entró a la casa Bakechemist hasta que los padres de Boscha se cansaron de esperarla e hicieron la comida.

Boscha por otro lado logró salvarse de la enfermería ese día, pero no de las actividades de Willow. Willow tenía algo así como un grupo de estudio los viernes, más bien, ella ayudaba a otros chicos con materias con las que tenían problemas, sobre todo historia, geografía, matemáticas y magia de plantas.

«Que mal momento para no ser una nerd como Park», pensó Boscha refunfuñando.

No es que ella fuera mala en esas materias, pero no tenía paciencia o humor para soportar las preguntas estúpidas de los alumnos, tampoco sabía nada sobre magia de plantas, así que sus compañeros seguramente reprobarían el próximo examen, junto con ella. Y lo hacía completamente gratis, además de enseñarle a cocinar, Boscha le daría algunas cuantas clases de administración a Park.

Llegando a casa las cosas no mejoraron, ahora debía sacar a pasear a ese aracnotauro con nombre de perro, lo que le pareció una estupidez, ¿Por qué tendría que sacar a pasear a un toro? Pero no tenía otra opción, le puso correa y salió con él al parque, donde en varias ocasiones fue arrastrada por todo el pasto cuando el animal entraba en frenesí de ataque contra algunos brujos. Tuvo que sacarse pasto de entre los dientes durante diez minutos, por lo menos aprendió algo ese día, el mito que los aracnotauros macho se enfurecen con el color rojo era solo eso, un mito, ninguno de los brujos que persiguió la mascota de Willow tenía algo color rojo, de hecho ahora que lo pensaba, todos habían hecho movimientos bruscos tratando de alejar un hada o brincaban tras tirarse algún objeto pesado sobre el pie.

—¿Qué miras? —preguntó Boscha rudamente a un brujo que pasaba, observando al aracnotauro comerse un arbusto del parque.

—Boscha, finalmente te encontramos —dijo Luz apareciendo junto a Amity.

—Humana, ¿Qué haces aquí? ¿No deberías estar buscando como regresarme a mi cuerpo? —preguntó molesta.

—En teoría si, aunque creemos estar cerca de la solución, además, queríamos invitarte al spa —dijo Luz directamente.

—¿Al spa? —preguntó Boscha impactada.

—Si, mañana en la tarde —complementó Amity.

—¿Suelen ir al spa con Willow frecuentemente? —preguntó Boscha ya más curiosa que molesta.

—De hecho no, a Willow no le atrae la idea de ir a un spa, así que ir contigo sería como ir con ella... Indirectamente —aseguró Amity.

—Wow, es increíble saber que de no ser porque tengo la cara de Willow no me invitarían a salir con ustedes —chilló Boscha con tono fastidiado.

En el cuerpo de la casi-brujaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora