En el cuerpo de la casi-bruja

Te Invito Al Baile

Esa mañana fue especialmente alegre para Willow y Boscha, para la primera chica porque había terminado por hacerse el autodelicioso la noche anterior, por lo que se sentía bastante bien, tuvo que meter a Maya en un cajón para que no molestara pero de ahí en fuera no tenía quejas, el cuerpo de Boscha era increíble, incluso no tuvo problemas en masajear un poco sus pechos cuando se metió a bañar.

Boscha se sentía completamente feliz, nuevamente había pasado tiempo en la cocina haciendo su actividad favorita, cocinar, después estaba manosearse en el cuerpo de Willow, cosa que evidentemente había hecho como la horny gay que era.

Dirigiéndose a la escuela, ambas chicas se encontraron, era impresionante pensar que hace menos de tres semanas las chicas se odiaban a muerte, pero ahora una amistad nacía entre ellas. Llegaron a la escuela y vieron a sus amigos que parecían estar planeando algo y que incluso llegaban cargando algunas cosas.

—No puedo creer cuantos problemas tuvimos por unas rocas que al final terminamos tomando igualmente —dijo Bria ayudando a Gus y Matholomule a llevar bolsas cargadas con rocas de ilusionista.

—Es increíble que me hayas despertado a las seis de la mañana para desactivar las trampas de esas ruinas —chilló Matholomule.

—Lo verdaderamente increíble es que nos hayan permitido tomar las rocas después de todo lo que pasó —comentó Gavin.

—Todo por el mejor ilusionista que haya visto en los últimos cuarenta y tres años —dijo el guardia de las ruinas.

—Ahhh, ¿Qué está pasando aquí? —preguntó Willow confundida.

—Chicas, les agradará escuchar esto —aseguró Luz.

—Hoy las regresaremos a sus cuerpos aunque sea lo último que hagamos —dijo Amity.

—¿Esta vez va enserio o será otra visita a la enfermería? —preguntó Boscha cruzándose de brazos.

—Esta vez va enserio, ninguno de nosotros durmió tratando de encontrar la forma de deshacer el hechizo de Luz —explicó Hunter con una cara que demostraba locura, ya que en efecto, no había dormido.

—Chicos, no es necesario que se auto exploten, podemos esperar a que regrese Eda...

—No Willow, no podemos, no pensamos volver a camuflar a Boscha mientras cocina, fue la tarea más cansada de la vida —chilló Gus, quien traía ojeras muy marcadas.

—Incluso tuvimos que hablarles de su cambio de cuerpo a algunos más para que nos ayuden —comentó Palmer acercándose.

—¿A quienes? —preguntó Boscha preocupada.

—En primer lugar, a ellos —contestó Edric señalando a Bria, Math, Gavin y Angmar, que parecían escuchar atentamente y maravillado algún relato del guardia de las ruinas.

—Y a Barcus —agregó Callum.

—¡¿Y por qué les dijeron sobre... Esto?! —preguntó Boscha no muy convencida de todo.

—Bueno, ayer encontré un antiguo ritual de la era de la magia salvaje que podía deshacer la mayoría de hechizos y maldiciones, pero era un conocimiento el cual había quedado extinto salvo en la tribu de la especie de Barcus —explicó la pelirroja mostrando un dibujo en un libro.

—Así que fuimos con Barcus a pedirle ayuda, pero nos explicaron ahí que el ritual requería una enorme cantidad de energía mágica, magia la cual la especie de Barcus no tiene —continuó Edric la explicación de su novia.

—¿Barcus no tiene magia? —preguntó Boscha sorprendida.

—¿Por qué crees que toma clase de pociones y oráculo? Son las clases de los demonios sin magia —ese comentario del peliverde no alegró mucho a Boscha, sabía que era verdad, pero era una verdad que le dolía aceptar a todos los alquimistas y oráculos —. Pero eso no es lo importante.