Matrimonio De Libertad (Fushiguro Toji X Reader)

Ocho

La mañana llegó muy temprano con el rocío bañando con suavidad el jardín, cuando el reloj marcaba las 6:30 A.M. T/N había despertado solo unos minutos después de que Toji lo hiciera. A él le pareció gracioso ver cómo la chica se levantaba y como si estuviera tratando de recargarse, solo se quedó sentada viendo con sueño a la nada.

Sus ojos estaban ligeramente hinchados, la noche anterior se había quedado dormida durmiendo mientras lloraba en sus brazos. Por más que el la consolara y tratara de calmarla, su llanto simplemente no paró. Se sintió abatido en el momento en el que ella se disculpaba por llorar, y él diciendo que podía llorar cuánto quisiera mientras acariciaba su espalda fue lo que hizo que la chica finalmente lograra dormirse.

T/N observó como la luz clara y el poco sol iluminaba al jardín, el clima aún era frío. A penas despertó pudo ver cómo Toji estaba abriendo la puerta corrediza, pero no dijo nada y solo se quedó viendo al estanque.

El pelinegro se acercó a la chica sentada en la cama, colocó su mano en su rostro y con su pulgar repasó con suavidad debajo de su ojo su párpado rojizo e hinchado. Ella se quedó quieta aún con el sueño sin dejarla hacer demasiado, solo se dejó en manos de él.

La voz de Nao se escuchó del lado fuera de la habitación, preguntando a Toji si deseaba desayunar.

—Trae el desayuno hasta aquí.—habló sin despegar su mano de T/N. Nao evitó fruncir el ceño, ¿Había pasado algo para que no pudiesen tomar el desayuno fuera como siempre? Sin embargo, su miedo a la respuesta no le permitió realizar ess pregunta y sin más se dirigió a buscar el desayuno tal como su superior le había pedido.

T/N en cambio, sintió la calidez de su esposo en ese momento con su suave tacto, podía ignorar con facilidad lo que había alrededor para solo tener sus ojos en él. Sus ojos se dirigieron perezosos a los azules del pelinegro, reposando ligeramente su cara en la palma de su mano, extendió una pequeña sonrisa en su dirección.

—Me gusta tanto Toji-sama.—soltó como si nada, luego como si se hubiese dando cuenta apenas de lo he había dicho, sus mejillas enrrojecieron y sintió tanta vergüenza que ni siquiera pudo apartar su mirada de la de él.

Mucho menos pudo hacerlo cuando apreció la media sonrisa que Toji mostró, lo miró con sorpresa sin poder creer que ahora el le sonreía con esa clase de aprecio.

—Ayer me dijiste que me querías, ¿De qué te avergüenzas? —preguntó sin quitar su sonrisa landina.

Antes que ella pudiese responder, Nao llamó a la puerta. La sonrisa de Toji se desvaneció al tiempo en el que se separaba de T/N para abrir la puerta. Lo normal hubiese sido que el le permitiera pasar y llevar el desayuno, sin embargo, para sorpresa y terror de Nao, se encontró de frente al gigante hombre abriendo la puerta sin dejarle ver dentro de la habitación, con sus ojos fríos tomó la bandeja con la comida y la quitó de sus manos para luego deslizar la puerta en su cara con uno de sus pies. Aunque nada malo estaba pasando dentro, eso solo hizo empeorar las sospechas y preocupaciones de Nao sobre si algo le había sucedido a T/N, lo que no sabía, es que Toji por primera vez estaba actuando con capricho, sin querer dejar que alguien viera a T/N recién levantada y con el rostro de haber estado llorando. El pensaba que el borde de sus párpados rojizo al igual que su nariz, además de sus labios rojos por lo mismo, la hacía ver jodidamente encantadora, por lo que algo dentro de él no quería que ni siquiera Nao la viera.

Era su esposa, por lo que, ¿No tenía nada malo que en ese momento la quisiera solo para él, cierto? Pues eso era lo que su mente maquinaba.

T/N observó con atención como Toji se acercaba a la cama con la bandeja de comida, sin saber muy bien como reaccionar ni que hacer. El colocó la comida frente a ella, y se sentó al otro lado.