Tal como el líder del clan lo había ordenado, Naoya había mantenido encerrada a la mujer que hacía llamarse madre, a pesar de que no tuviera ni las iniciales de ese título.
Naoya, al ver a la mujer que servía a T/N entrar a la oficina principal sin ningún tipo de aviso, frunció su ceño y estuvo dispuesto a escupir una par de palabras nada agradables.
—¡Es T/N-sama! —gritó, con el aliento faltandole—. Finalmente, Toji-sama ha dado la orden de encerrar a la madre de la señorita. Me ha pedido indicarle que la custodie hasta la mañana.
El hombre sin pensarlo dos veces, buscó a la señora que tanto había perjudicado a T/N. Tenía la orden de permanecer solo en el ala de su habitación y sintió sus dientes apretarse en cuando la encontró en medio del jardín en el que la joven solía pasar sus tardes recibiendo el atardecer. No dudó ni un segundo en enredar sus dedos en la cabellera de la mujer, sin importar los gritos de cerdo que esta sacó, la arrastró todo el camino hasta su habitación.
No negó que por dentro se retorcía de satisfacción al ver a la mujer caer en el suelo, con el rostro enrojecido y lleno de lágrimas. Su cabello estaba hecho un desastre e incluso sentía algunas hebras en su mano, de seguro las había arrancado mientras la arrastraba, al igual que su kimono se había rasgado en alguna parte y ensuciado.
—¡¿Cómo te atreves?! —gritó limpiando su rostro, rojo de furia—. ¡¿Quién te has creído?!
Naoya la observó, regio y altivo, dedicándole una mirada llena de desprecio y superioridad.
—¡No eres más que un don nadie en este clan! ¡Un inútil sin autoridad! —siguió gritando—. ¡Una vez que le diga a mi hija lo me has hecho, te sacarán a patadas de aquí!
Sin siquiera preverlo, sintió el golpe de su cabeza contra el suelo. Había caído hacia atrás debido a que Naoya se encontraba tapando su boca, estrujandola y empujándola hasta que cayera. Fue tan rápido y fuerte que el golpe la hizo marearse por segundos.
Mientras, su agresor acercó su rostro al suyo, con la mandíbula tensa y los ojos inyectado de odio.
—¿Tu hija? —escupió—. No mereces que su nombre salga de tus mugrosos labios, mucho menos te atrevas a seguir emparentadote con ella —una sonrisa malévola cruzó su rostro antes de continuar—. Es demasiado tarde, anciana de mierda, T/N no piensa aguantarte un segundo más —al ver el rostro asustado de la mujer, este rio—. Veremos que hará Toji cuando el amanecer llegue.
En cuanto ella trató de gritar y sollozar, Naoya tomó su rostro entre sus dedos y lo estrelló con fuerza con el suelo. No la había matado, pero la dejaría inconsciente hasta que fuera el momento adecuado. De todas formas debía vigilar que no se saliera con la suya de nuevo, por lo que a medida de prevención, ató sus manos y tobillos, para así evitar que huyera.
La satisfacción llenó su cuerpo, hacia tiempo que quería poner sus manos en esa maldita vieja, pero no lo hacía debido a la manera tan precavida de actuar de Toji. Esperaba que fuera el momento en que esa mujer abandonara la vida de T/N de una vez por todas.
Para cuándo el alba se hizo presente, T/N ya se encontraba despierta. Había caído dormida con rapidez, estaba muy cansada cuando lo hizo, pero sentía una especie de ansiedad que causó abriera los ojos al mismo tiempo que el Sol. Por fin, se encontró con los brazos de su esposo alrededor de su cuerpo, cualquier malestar que sintiera parecía desaparecer al estar segura siendo abrazada por él.
Con sus ojos contemplando el reciente amanecer, se acurrucó entre los brazos del hombre, pensando que nunca quería salir de allí. Debía afrontar la situación que le esperaba, pero una parte de ella, muy pequeña, deseaba solo ignorar todo y ocultarse, dejar que Toji se encargara de todo y no tener nada que ver en lo que sucediera.
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Matrimonio De Libertad (Fushiguro Toji X Reader)
FanfictionFushiguro Toji ha regresado al clan Zen'in para convertirse en el sucesor. Adoptando nuevamente el apellido Zen'in, debe de desposar a una mujer por órdenes de su padre para poder tomar el mando de clan. Sin embargo, nunca específico que mujer debía...