Uno

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Los dos hombres caminaban a través del pasillo, uno de ellos profundamente intimidado por la presencia del otro.

—Toji-sama —habló el sirviente temeroso—. ¿Está usted seguro de que su padre no se enojará por esto?

—¿Seguro? No me hagas reír —dijo con una mueca de sonrisa en el rostro—. Se enojará tanto que querrá matarme, pero ese maldito viejo no me podrá poner ni un dedo encima —seguido de eso soltó una risa seca—. Además, el viejo solo quería que desposara a una mujer, ¿No es así? Nunca dijo que tenía que ser alguien importante del clan.

—Pero aún así, Toji-sama... —las palabras murieron en la boca del sirviente al notar la mirada de reojo que su superior le dió.

Tragó grueso y no se molestó en seguir hablando, solo se limitó a seguir guiando a su amo. Al lugar a donde iban, Toji nunca lo había visitado aunque estaba dentro de sus territorios.

No es un lugar que tenga un nombre preciso, pero todos los que han ido lo llaman "Las Jaulas", y al llegar, Toji entiende el porque. Un pasillo largo, con habitaciones a lo largo del mismo. Si el tuviera que darle un nombre, lo llamaría más como una cárcel. Las pequeñas puertas de madera con una ventana pequeña con barrotes que dejaba ver hacia dentro de las habitaciones oscuras a penas iluminadas por las luces en el pasillo.

—Todas ellas son en mayoría huérfanas que nadie quiso acoger, otras tienen deudas y tratan de pagarlas aquí.—explicó el sirviente.

—Supongo que al menos debería escoger a la mejor.—Toji sonrió.

El sirviente se ahorró un suspiro, trató de despreocuparse, después de todo no podía contradecir a su amo. Caminó guiandolo por el largo pasillo, Toji no giró a ver a las demás habitaciones ni una sola vez. El sirviente se detuvo en la habitación del fondo, a diferencia de las demás, la ventana de esta puerta tenía una corrediza de metal además de los barrotes.

—Como lo ha pedido, esta es la mejor, es la más solicitada —habló—. Sin embargo, no estamos seguros de su edad, pensamos que ronda entre los dieciocho y veinte años ahora...

—¿Desde cuándo está aquí? —preguntó Toji, extrañamente intrigado.

—Escuche que desde hace seis años —respondió—. Al parecer quedó huérfana cuando mucho más pequeña y cuando la encontraron la trajeron aquí.

Toji se quedó callado por unos momentos.

—¿Qué es lo que hace a esta zorra tan popular?

El sirviente tardó en responder.

—No podría asegurarlo, Toji-sama, pero realmente todos dicen que tiene una belleza incomparable —pensó un poco más—. Ciertamente, creo que cualquiera hubiese desposado a la chica solo por su belleza, pero siendo fruto de alguien del clan Zen'in con alguien extranjero, indiscutiblemente fue rechazada... Además...

—¿Además? —lo incitó a continuar.

—No posee energía maldita, señor.

Siendo lo último obviamente un gran defecto en esta familia, teniendo un efecto contrario, llamó poderosamente la atención de Toji.

Con un ademan, le indicó al sirviente que abriera la puerta. Este primero abrió la corrediza que impedía que la luz entrara dentro. Los ojos curiosos de Toji observaron dentro, apreciando una cama y lo que se veía como un futón con varias sábanas regadas encima.

—Uno, tienes visita.

Toji rio por dentro, ¿"Visita"? ¿Era eso lo que le decían a esta chica cada vez que alguien venía a follarla?. El sirviente la llama por segunda vez y es cuando las sábanas en el futón comenzaron a moverse. De pronto la figura de una mujer acostada aparece boca abajo de entre las sábanas. Perezosamente se levanta, dando la espalda a la puerta, su cabello es muy largo y a pesar de que cubre mucho su cuerpo, se puede apreciar que su cuerpo es delgado y esbelto. Lentamente, gira su rostro carente de alguna expresión hacia la ventana, dejando ver su perfil débilmente iluminado por la luz del pasillo.

Matrimonio De Libertad (Fushiguro Toji X Reader)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora