Matrimonio De Libertad (Fushiguro Toji X Reader)

Nueve

¿Puede una sola y pequeña mentira poner a una persona tan nerviosa? La respuesta es claramente si, y esa persona era T/N. El mayor problema de su pequeña mentira, era que esa no había sido la última vez que la pequeña niña sin nombre aparecía en el jardín.

Por una semana completa, la pequeña niña había aparecido por las tardes, justo cuando Nao se iba luego de servirle el té. Cómo si fuera adivina, siempre se iba justo antes de la misma o Toji llegaran. Además, ahora tenían la pequeña costumbre de hacer aquellas coronitas de flores, por lo que las de la pequeña cada vez quedaban mejor y su habitación tenía unas cuantas. Toji seguía pensando que era ella quien las había hecho, cuando todas las que había hecho la niña se las había llevado también.

Quizás cualquiera que este era un secreto inofensivo, pero para T/N, se sentía como revelarse ante su esposo cuya orden había sido muy clara. A excepción de Megumi y sus amigos, todos tenían el paso al ala este estrictamente prohibido, por sobre todo, cerca de su habitación y jardín. Sin embargo, temió no solo por la niña, sino por su familia. ¿Y si Toji se enojaba con ellos por eso?

La idea de al menos contarle a Nao pasó por su cabeza, pero de inmediato fue descartada. En el caso de que Toji se enterara, no sabía lo que podía pasar con Nao por haberla encubierto, o quizás ni siquiera tendría el valor de guardar el secreto, aunque estaba casi segura de que sería lo primero.

Aún así, la posible solución era pedirle a la pequeña que no regresara más, pero un solución tan simple se había convertido en una muy difícil. La pequeña niña cuyo nombre aún desconocía, le alegraba tanto las tardes como si sus amigos la visitaran. Era tan adorable y aunque no hablara sus ojos se expresaban de manera perfecta. Era como si sus ojos fueran los que hablaran por ella.

Por eso, cuando se dió cuenta, estuvo pidiéndole a Nao que trajera algunos dulces para ella, cuando en realidad los guardaba para compartirlos con la pequeña. Sus tardes que estuvo lejos de ver aburridas aunque solo se quedase viendo al estanque, ahora se sentía mucho más divertidas cuando jugaba con aquella pequeña niña. Quizás le brindaba la sensación de tener una hermana menor.

El viernes se veía tranquilo, en el almuerzo, T/N le recordó a Nao traerle dulces para la hora del té, la cara de la niña era una lindura cuando comía los dulces.

Para sorpresa de T/N, esa tarde en la hora del té, la niña no vino a verla, pero no tenía tiempo de sentirse preocupada. La razón para ella era sencilla, y es que cuanto Nao entró con la bandeja de té y los dulces, una taza extra estaba allí, y no mucho después Toji atravesó la puerta.

No podía ocultarlo, estaba sorprendida de que el estuviera allí con ella.

—Toji-sama —dijo con sorpresa y cierto toque de anhelo en su voz que no pudo ocultar—. No sabía que vendría tan temprano hoy.

Cuando vió sus profundos ojos e hizo una seña para que se acercara, no dudó en ir hasta a él. Él seguía siendo el disparador para lo que a continuación iba a hacer, ya que a ella aún le costaba actuar así por su cuenta. Caminó paso a paso jugando con sus dedos, cuando estuvo frente a él, colocó sus dedos en el pecho firme de Toji para apoyarse en el y subir sobre sus pies lo suficiente como para con suavidad colocar sus labios sobre los de él en un beso casto y tierno.

—Bienvenido, Toji-sama —dijo aún cerca de su rostro, sé sintió avergonzada pero inevitablemente sonrió—. Que bueno es tenerlo conmigo antes de la cena... —los ojos de T/N eran sinceros con él, que lo observaban con anhelo.

Un sentimiento indescriptible se posó en su pecho al tenerla viendolo de esa manera. Un pequeño grito salió de los labios de T/N al sentir los fuertes brazos de Toji cargarla. No pudo evitar que una risa saliera de sus labios divertida por lo que el hacía de repente. Él con ella en brazos aún, se sentó en el piso de madera fuera de la habitación justo al lado de la bandeja con el té, sin soltar a T/N dejándola sentada sobre su regazo.