Capitulo 2:

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Katrina consideró la idea de bajar a cenar, pero prefirió quedarse en cama; literalmente se sentía muy cansada luego del viaje y como aún le esperaban varios días en la mansión de Pine optó por guardar fuerzas para los siguientes días; pero mientr...

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Katrina consideró la idea de bajar a cenar, pero prefirió quedarse en cama; literalmente se sentía muy cansada luego del viaje y como aún le esperaban varios días en la mansión de Pine optó por guardar fuerzas para los siguientes días; pero mientras ella se ponía un pijama de tirantes de satín y se sentaba en la cama, West el mayordomo de Jonathan golpeó su puerta y al ir a abrirla Katrina observó un carrito frente a ella -con la cena- y una nota al costado con la letra de Jonathan.

Ella la distinguía perfectamente, pues había observado los documentos de su padre en intercambios poco nobles y podía incluso recordar su firma; cuando West se marchó ella sonrió y tomó la nota "Tuviste un viaje largo, por favor, come" Katrina se sentó al borde de la cama y se tiró de espaldas observando el techo -Hay Jonathan, quiero comer, pero comerte a ti ¿Eso es mucho pedir? - cerró los ojos para intentar evadir su sensación palpitante dentro de ella con el simple hecho de pensar en él -Mierda- pensó -sí él supiera cuantas veces me había tocado pensado en él, si supiera cuantas veces su nombre salió de ms labios usando mi sola imaginación- quizá qué pensaría Jonathan de ella, qué era una pervertida -seguro- pero no podía evitarlo.

Y aunque su mano bajó tentativamente hacia su sexo, Katrina se detuvo mordiendo su propio labio inferior -No, ésta vez reservaré todo para ti, Jonathan, aunque tenga que rogar-.

Pine despertó inusualmente temprano al sentir ruido venir desde el jardín; se levantó, se duchó y salió de su habitación. Caminó hacia el final del pasillo donde una enorme ventana abarcaba toda una pared, aquella ventana daba perfectamente hacia el jardín trasero, desde ahí podía ver el jardín, el laberinto de arbustos y la alberca, no había mucho movimiento, excepto por una sombra femenina que estaba apoyada en el balcón de la planta baja, el cabello de Katrina se agitaba con el frío viento y ella solo estaba escondiendo su cuerpo bajo una bata de satín -¿Está loca? - Jonathan se apartó de la ventana e intentó olvidarla, bajó los escalones y buscó a sus invitados.

Nada, todos dormidos. Anoche habían estado hablando de negocios hasta tarde, se alcoholizaron y Jonathan los dejó a solas antes de que quisiera reventar sus cabezas en las mesas una y otra vez sin control; organizó entonces para los siguientes dos días, paseos por la ciudad y salidas a clubes nocturos y lugares donde Roper y sus secuaces tuvieran un poco más de diversión que verle la cara de ibecil.

Entró en la cocina y observó a sus empleados saludarlo con amabilidad, se sentó en su lugar de siempre y tomó su café en silencio, hasta que la puerta de la cocina -donde solo entraba él siempre- se abrió para dejar entrar a Katrina.

Por poco y Jonathan escupe todo el café en su boca; la chica había aparecido descalza, con el pijama de satín de color negro que le llevaba hasta más arriba de la rodilla y la bata abierta, dejándole ver los pezones marcados.

-Mierda - escupió limpiándose la boca, ella sonrió y se acercó a la mesa apoyando la palma de sus manos sobre ésta, observando a Pine divertida. Jonathan se perdió en la hendidura media de sus pechos, en las siluetas que se podían ver en la posición en la que ella se había inclinado - Katrina ¿Qué necesitas?

Savage ━ Jonathan Pine. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora