Capitulo 30:

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Katrina

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Katrina

Sebastián regresó justo cuando  alguien llamó a Max por teléfono, fue una orden directa de Roper porque asintió mirándome fijamente. Seb dejó la comida que traía sobre la mesa de estar y se acercó a Max quien le susurró algo al oído. Seb asintió y se acercó a mí.

Aún estaba, tendida en el suelo en un rincón aferrada a mis piernas mientras no dejaba de temblar.

—Yo la llevo — murmuró Max con las cejas juntas.

—Ni te atrevas — Seb me miró de reojo — es mi novia, se verá menos sospechoso que vaya de mi mano que de la tuya.

Max no respondió, se quedó mirando a Seb desconfiado pero terminó apartándose.

Seb se acercó a mí, puso sus manos alrededor de mis caderas y me ayudó a levantarme. Me dolían las piernas y los moretones. A penas pude mirarlo.

—¿Qué pasa? — pude preguntar a penas.

—Haremos limpieza — susurró mirándome de reojo al ver a Max moverse para alistarse antes de salir. Era bastante obvio entonces que tenían intenciones de matar a Angela y sus agentes que se encontraban en el hotel. El miedo me subió a la garganta — pero tú, tranquila. Harás lo que te diga.

Max apareció para darle la señal de salir.

Asentí como pude, me dolían las mejillas. El mentón.

Seb me dió el brazo y salimos de la habitación. Max nos llevaba la delantera mirando a todos lados y finalmente nos detuvimos en una puerta donde Max golpeó varias veces.

—Servicio a la habitación — murmuró moviendo la manilla — bien, con permiso.

Empujó la puerta y sacó el arma al mismo tiempo. Sebastián, me agarró de las manos y entró rápidamente al cerrar la puerta. Pude ver, por el rabillo del ojo a Angela escondida en una de las habitaciones mientras Max apuntaba su pistola a la otra habitación. Ella intercambió una mirada con Sebastián y entonces él me abrazó, cubrió mi cuerpo con sus brazos y disparó. Grité ante el terror del sonido, el grito ahogado que salió después del disparo. Y ahí, escondida entre sus brazos, asomé la cabeza de a poco para ver a Max tendido en el suelo sobre un enorme charco de sangre.

Mi cuerpo todabía temblaba, me llevé las manos a la boca mientras Sebastian me abrazaba.

—Ya, ya — decía — ya todo está bien, estás a salvo.

Angela se acercó y al verme herida casi se puso a llorar. Me abrazó, era la primera vez que la veía y sin embargo al verme hace unos minutos atrás yo sabía que era ella.

—Ven cariño — susurró — te curaremos esas heridas, te pondrás bien.

Asentí sostenida de Seb.

—¿Y Jonathan?

—Aún no sabemos nada, supongo que nos queda esperar — puso una mano sobre las mías — si todo sale bien, estará aquí con Roper para enfrentarlo. Esperemos que no de manera violenta.

Savage ━ Jonathan Pine. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora