Capítulo 4:

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En pocos minutos, la ambulancia estaba ahí, un par de policías que eran íntimos de Roper que hicieron parecer todo como una simple cosa de rutina; subieron a Jonathan a una camilla y lo metieron dentro de la ambulancia, Katrina tuvo que contenerse...

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En pocos minutos, la ambulancia estaba ahí, un par de policías que eran íntimos de Roper que hicieron parecer todo como una simple cosa de rutina; subieron a Jonathan a una camilla y lo metieron dentro de la ambulancia, Katrina tuvo que contenerse a sí misma para no irse con él, de todos modos su papá no se lo hubiera permitido, envió a Frisky con Jonathan y todos volvieron a casa con normalidad.

Katrina sentía el corazón apretado, pero mantuvo sus labios en una linea sin preguntarle nada a su padre, el silencio era su mejor aliado en ocasiones y ésta vez debía contenerse. Pero como dolía, como dolía la sensación de saber que Jonathan había sufrido una grabe paliza por defender a su hermano, ella misma quería encontrar a quien lo había hecho y hacerlo pagar, aunque de seguro tendría que pedirle a Frisky que lo hiciera porque sus muñecas eran débiles.

Richard contestó el teléfono un par de veces en el trayecto de vuelta a casa, lo que hizo no más que incrementar la curiosidad de Katrina por saber más de Pine, su lengua se movía dentro de su boca sin parar completamente inquiera por ser escuchada; finalmente cuando se bajaron de las lanchas, ella observó a su padre colgar una llamada y sus ojos se encontraron, él estaba tenso, pero su cuerpo reflejaba una tranquilidad absoluta.

— ¿Estará bien? — finalmente preguntó ella, tratando de sonar todo lo desinteresadamente posible.

Richard asintió sin más.

—Lo estará, ve a descansar cariño

Katrina asintió cuando su hermano pequeño la tomó de la mano.

—¿Puede Katrina quedarse conmigo hoy hasta que me duerma? — Roper lo miro hacia abajo con una expresión burlesca.

—Supongo que sí, tengo asuntos que atender así que está bien por mí

Richar dio la vuelta y se marchó con los demás, ella y su hermano caminaron en dirección al cuarto de éste ultimo, Dany se puso la pijama y se acostó. Katrina lo cobijó y se recostó a su lado acomodando la cabeza del niño en su regazo, sentirlo cerca de ella la hizo recordar el pavor de hace unas horas atrás, no podía atreverse a volver a pasar por lo mismo, lo aferró más contra sí con cariño, acariciando sus mechas duras de la cabeza.

—Tuve mucho miedo Kath — él dijo — no quería morirme.

—No digas eso tonto, no va a pasarte nada, antes me pasa algo a mí que yo permitir que alguien te ponga siquiera un dedo encima — habló perdiendo el aliento

—Ese hombre me salvó la vida — Dany dijo pensativo — ojalá no se muera, para poder darle las gracias.

Katrina dejó escapar un suspiro de su boca lleno de conmoción y angustia.

—No va a morir — ella dijo, pero pareció habérselo dicho a sí misma — no puede.

El niño se durmió al cabo de un rato y Katrina salió de la habitación de puntillas, cerró la puerta y llamó a uno de los guardias para que se quedase custodiando la puerta de su hermano; al volver a su cuarto, ella no pudo dormir por la ansiedad, se la pasó pegada al balcón por si oía algo afuera o en la puerta por si los murmullos traspasaban las paredes; lo mismo pasó por las siguientes 24 horas. Katrina no supo nada de Jonathan por 24 horas demasiado tortuosas, su corazón ya había perdido la esperanza de volver a verlo y comenzaba a planear la forma de ir a verlo en caso que hubiera ido a recuperarse a su casa.

Savage ━ Jonathan Pine. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora