𝐈𝐫𝐫𝐞𝐯𝐞𝐫𝐬𝐢𝐛𝐥𝐞

OO2

NUEVA VIDA

Para ella las tres semanas corrieron rápidamente, la anterior semana empezó a empacar, llevándose lindos vestidos que usaba, faldas su manera de vestir era delicada como una princesa siempre tuvo buenas cosas, gracias a los padres. El departamento donde ellos vivían fue rentado así tendría dinero no era necesario pero era algo.

Compraron cajas para meter cosas que podía llevar, en el escritorio guardo una fotografía de sus amigos, los iba a extrañar la primera vez que llegó no podía hablar inglés, nadie en la escuela le hablaba por ser la chica extranjera, pero después que entro a la preparatoria todo cambio hizo amistades inimaginables, ayudaron a enseñarle inglés o más bien sus modismos como: ilysm, lol, ttyl, blt entre otros.

Los padres ya la habían dado de baja en dos días tendría que tomar un avión haciendo escala a Londres para irse en dirección a Corea era una escala corta pero muy larga por las horas. Llevarían a Tay en el embargué.

Los amigos quisieron hacerle una fiesta de despedida, el lugar donde la verían era en casa de Cristine una de sus amigas, todos habían venido al lugar. Llenaron el jardín trasero con globos, serpentinas poniendo una mesa con diferentes botanas estaba feliz de poder compartir su último día con sus verdaderos amigos. Hasta llegó el chico que le gustaba desde hace meses Evan habría asistido a su fiesta de despedida no podía creerlo.
La fiesta había llegado a su fin a las once de la noche quería seguir estando con todos ellos, sus padres la recogieron ni siquiera se molestaron por haber terminado tarde.
A la mañana siguiente la levantaron a las seis de la mañana para poder darse un baño, desayunar estando todo listo cuando se vayan. Y así lo hicieron antes pasaron a la pastelería que tanto les gustaba vendían deliciosos panecillos de diferentes sabores llevando una docena.

— Cariño extrañare la pastelería — decía su esposa.

...

Ya de haber finalizado catorce horas llegaron a la capital donde los esperaba un taxi, en hora y media aproximadamente llegarían a su destino la antigua casa donde ellos habían estado toda su vida.
Bajaron a Tay de la cajuela dejándolo soltar enseguida. La rubia no muy conformada entro a su antigua casa, pareciera que los padres hubieran contratado a personas de la limpieza se veía impecable sin ningún rastro de polvo.

Le tomó minutos recordar su infancia cuando nació sus padres ya habían comprado la casa con el tiempo fueron fincando algunas cosas que les faltara. Subió al primer piso su habitación aún estaba como lo dejó hace cinco años.

— Cielo dejamos así tu cuarto para que lo puedas decolorarlo a tu manera solo me dices que cosas necesitas para ir ¿de cuerdo? — asiente satisfecha.

Por lo menos sus padres lo dejaron así.

La habitación era rosa pastel con cientos de muñecos. Tomó una bolsa tirando todo.

El padre subió de nuevo a la pieza llevándole leche y galletas.

— ¿Vas a tirar todo esto? — entro a su pieza diciéndolo triste.

— Si, no me gusta.

— Pero eran tus favoritos.

— Papá ya crecí no necesito estas cosas, no lo voy a tirar haré donaciones junto con ropa que no me quede.

— Lo entiendo solo tienes una semana para que entres a la escuela ya estas inscrita tu mamá hizo el papeleo en línea.

— Está bien buenas noches.

Aún no se reconciliaban ambas mujeres sino lo hacían la casa sería un caos.