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ENTRADAS

En la tarde Margot servia otra ración de sopa de crema que su madre preparó con mucho amor. Hoy su padre llegó temprano para comer con su familia.

— ¿Que tal tus clases Margot? — pregunta su padre animoso.

— Bien papi me sigo adaptando en las clases.

— Eso es bueno cielo. ¿Tu mi cielo mayor?

— Los horarios son muy cortos y tengo como diez clases en un día es complicado espero que pueda adaptarme lo antes posible — responde algo quejumbrosa.

— Yo tengo algo que decirles mis niñas —atentas a lo que diría su padre— ¡Este fin de semana conseguí entradas para ver la NFL en el estadio olímpico de Seúl! que les parece.

Ambas se miraron hasta soltando un sonoro grito que su madre se tapó los oídos.

— ¡Papá eso es grandioso! — finalmente hablan al unísono.

— Se lo merecen han estado un poco estresadas igual que yo así que busquen su jersey en las cajas del ático.

Terminaron de comer y como niñas pequeñas ambas subieron al ático para encontrar en las cientas cajas polvorientas Yunseo por una parte y Margot en la equina encontró una encima de la otra nombrada "aniversarios" que curiosamente abrió encontrando cientas de cartas de colores pastel, con fotografías.

— Encontré los jerseys —grita la mayor quien estaba llena de polvo hasta por el cabello curiosamente se acerca para sacar una foto— Es mamá.

— Si lo se y este de aquí es papá, sabias de la existencia de todo esto — mira ahora su mayor.

— No en absoluto apenas me vengo enterando pero es tan romántico — menciona felizmente.

— Y qué pasó con tu anterior novio.

— Agh ni me digas terminamos.

— Que mal me caía bien.

— Lo se pero ese chico no era mi tipo — Yunseo hacía comillas que después soltó una risa escandalosa.

— Bien tomare unas dos cartas y después las devuelvo.

— Genial yo tomaré esta foto que me gusto mucho iré a enmarcarla.

Bajaron yéndose directo a sus habitaciones cerrando la puerta Margot abrió la primera carta con letra legible.

"Querida Hyo-ri:

Esta es la primera carta que te escribo debe de ser una especial cierto, aquí podré expresarme de lo mucho que siento por ti desde la primera vez que cruzaste el salón siendo que robaste mi corazón por completo, tu mirada, tus ojos cautivaron a este adolescente enamorado.

En estos meses sigo aún enamorado de ti y ya era hora de expresar lo que siento por ti... por favor veme en el receso en la parte de los árboles del jardín quiero darte algo especial no faltes.

Kang Byeok"

Terminando el último renglón algo en Margot revoluciono quien diría que sus padres guardaban las cartas que ambos se escribían, su padre era siempre dulce con Hyo-ri hasta el momento ella misma sentía que quería un amor lindo y sincero... Jungwon quien se mostraba todo lo que ella quería.

Sale de su habitación para hablar con su padre quien le diría que era un romántico desde su juventud pero esa idea quedó en segundo plano Jungwon estaba de frente de los Kang.

Todo pasa por algo.

— Cielo iba llamarte un chico muy guapo vino a verte — su padre quien habla se mostraba molesto por ese chico.

— Papá deja de comportarte así.

— Mira nada más es chico es muy guapo como quieres que me ponga.

— Richard vamos ellos tienen que conversar — menciona su esposa.

— Jungwon... que sorpresa es verte — Margot se acerca.

— Eh si, vine a dejarte tu liga — extiende su mano entregándosela.

— No recuerdo haber traído una...

— ¡Es tuya!

— ¿Quieres salir un rato...? — cambia de tema rápidamente.

— Si me parece bien.

Ambos salen del lugar para caminar el sol había bajado estaba sombrío con el aire fresco caminaban despacio para llegar a pequeño parque de enfrente, encontrando columpios libres rápido corre hacia uno de ellos.

— ¿Te empujo?

— Si por favor.

Jungwon lo hacía despacio mientras Margot empezaba a elevarse. El pelinegro hizo la misma acción balanceándose en el otro columpio. Margot sacaba carcajadas Jungwon veía que esto le divertía.

— Se ve que te gustan los columpios.

— Mucho, elevarme es como tener alas y puedes ver mi casa.

— Y a mi me gusta verte sonreír.

Margot quiso frenar pero no podía entonces el chico se levanta para pararlo que ambos estaban por chocar cabezas.

— Me gustaría decirte algo...

𝐈𝐫𝐫𝐞𝐯𝐞𝐫𝐬𝐢𝐛𝐥𝐞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora