OO4

364 48 9
                                    

NUEVA ESCUELA

— ¡Margot deprisa que se te hace tarde!

Para la rubia aún le resulta difícil levantarse temprano el horario es muy diferente. Deprisa pone zapatos en es tiempo cepillaba su cabello y lavaba los dientes todo en un dos por tres.
Su madre la esperaba con el luch en las manos.

— ¡Mamá nadie toma el luch con estampado de tinker bell! — reprocha temprano.

— Ándale que se hace tarde — la ignora acompañando afuera.

— Adiós querida — su esposo se despide desde el auto.

Rápido cambio las loncheras poniendo su comida a la de su padre que era azul.

— Oye cielo me harán burla en el trabajo por llevar una de tinker bell rosita.

— Es lo mismo que me hubiera pasado si llevo eso a mi primer día de escuela.

— Cambiando de tema observa como me estoy yendo para que aprendas el camino y después te vayas sola.

No prestaba mucha atención se estaba poniendo maquillaje no era la típica chica que se pone los kilos de maquillaje es tenue y sencillo, traía puesto su uniforme escolar planchado por su mamá a ella le valdría si esta o no.

En aproximadamente quince minutos llegó a su destino, el papá la había dejado en la esquina pero los padres que llevaban auto podían dejar a sus hijos hasta la entrada a la escuela. La rubia bajó enseguida.

— Me voy cielo, ten un lindo día y por favor te lo ruego no quiero llamadas de los profesores en una semana o mejor dicho en todo el año entendido.

Arrancó el auto, su padre sabía que su hija tenía el carácter de su madre, en Nueva York los primeros días resultaron para ella muy difíciles se había golpeado con alumnas de otros grados, esperando a que no pase nada aquí sería un alivio para sus padres.

Se quedó minutos viendo la nada hasta que tomó respiración para poder enfrentar el primer día.

"No me gusta el uniforme" pensó consistía en una blusa blanca, chaleco negro al igual que la falda, con calcetas blancas largas y por último usando zapatos de charol negros.

Entro a la institución viendo en donde estaba la dirección para indicarle dónde estaría entrando a clases. Pregunto a un chico que pasaba a su lado este caballeroso la llevo hasta el lugar dejándola, le agradeció.

Después de arreglar papeleo la misma secretaria la llevo al salón donde justo ahora la maestra empezaba la clase.

— Es nueva se la encargó mucho.

— Bien mi niña preséntate con la clase — nerviosa quiso dejar a un lado el nerviosismo y ser ella misma.

— ¿Que tal? —sonó a pregunta— Yo soy Margot Kang y es un gusto poder estar aquí.

La clase aplaudió pero "margot" sonaba nombre en inglés.

— ¿Vienes del extranjero? — pregunta alguien.

— Si, exactamente de Nueva York.

Todos se asombran.

— ¿Y haya venden mucha pizza?

— Jóvenes basta dejen a su compañera después le hacen preguntas.

...

Terminando las primeras clases tocaba el receso entonces sus compañeros vieron la oportunidad de hacerle el cuestionario de hace rato, la rubia estaba empezándose a sofocar.

— Estupidos que no ven que la están incomodando — alguien gritó apartando a toda la gente.

Tomó la mano de la castaña llevándola afuera, agradeció a la pelinegra que estaba enfrente.

— Creo que debí omitir esa parte antes.

— No lo creo aquí son tan estupidos que no han viajado ni a Japón por cierto soy Park Raemin — le sonríe.

— Es un gusto, gracias por lo de ahora.

— Ven conmigo te llevo a la cafetería.

Había lugares disponibles no debía necesidad de apartar mesa, se fueron a la barra a ver que había aún ella no se acostumbrada a la comida, tomó una leche, cereal en caja y fruta.

Su compañera tomó lo mismo se sentaron juntas en las mesitas.

Para no tener un ambiente incómodo ella le platicó sobre Nueva York, la otra chica atenta se mostraba interesada desde que llegó quiso hacerle las mismas preguntas que sus compañeros le estaban haciendo pero tampoco quería llegar a ese punto espero que ella se lo contara.

Terminaron llevándose sus charolas con la platica la rubia choca con alguien tirando ambas charolas se disculpó viendo la cara de aquel chico castaño casi se abren sus ojos pero quiso simular no saber quien era, por otro lado el castaño la vio y la supo reconocer.

— Entonces así va a ser cada vez que nos veamos chocaremos — sonríe.

— Disculpa no te conozco — levanto rápidamente la charola tomando el brazo de Raemin.

A Jungwon se le borró la sonrisa levanto su charola mirando por última vez a la rubia. Ambos amigos se le acercaron.

— Acabo de ver a Yang Jungwon coqueteando.

— Que tonterías dices Jay — lo codea molesto.

𝐈𝐫𝐫𝐞𝐯𝐞𝐫𝐬𝐢𝐛𝐥𝐞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora