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COMIENZO

Sus padres habían tenido esta conversación hace dos años ahora era el momento de decirle a su hija los planes a futuro pero les falló ese detalle.

— ¿No quieres volver?

— Mamá tengo lo que quiero aquí, tengo a mis amigos, tengo mi escuela, los tengo a ustedes que más necesito en Corea no tengo nada.

— Margot haya tenemos todo, naciste allá, viviste la mitad de tu vida, puedes iniciar tus clases, tener nuevos amigos.

— No papá me niego, además déjenme aquí ¿se irán un mes cierto? — tenía la esperanzas que saldrían por asuntos del trabajo.

— No, nos quedaremos a residir allá.

Con eso derramó la gota de esperanza.

— Entonces me quedo aquí — se cruza de brazos.

— Tienes que venir con nosotros es una orden.

— Puedo cuidarme sola.

Su madre estaba perdiendo la paciencia.

— Te recuerdo que tienes dieciocho años aquí eres menor de edad, necesitas tener veintiuno para poder hacer lo que quieras.

— Mejor llévame con Yunseo — mustiaba.

— Tu hermana esta en Africa viendo changos. Ella no tiene la responsabilidad de cuidarte.

¡Oh my god! madre ella esta en el Congo viendo el habitad de los simios, no sabes lo que estudio tu hija mayor.

— Es lo mismo — rodó los ojos la típica respuesta que muchas madres dicen.

— Tienes tres semanas apúrate a hacer las maletas — ya no quiso hablar del tema y se fue a la cocina.

— Estoy harta los odio — la rubia se levanta arrastrando la silla yendo a su habitación dando un portazo.

— ¡KANG NARI AHORITA VAS A VER!

— ¡NO ME LLAMO ASÍ SOY MARGOT MARGOT! — gritó desde su cuarto.

Su mamá se sostuvo la cabeza le estaba empezando a doler, su esposo la coloca en su hombro dándole apoyo.

— Creí que iba a aceptar, nos equivocamos.

— Tranquila se le pasará es adolescente.

Ayudaron a limpiar la mesa terminando todo decidieron salir de casa a comprar el mandado dejando el hogar vacío.

Por otro lado Margot estaba tan deprimida que llamo a su amiga lvy diciéndole lo que pasó hace rato. La chica estaba asombrada sobre el chisme que le contaba, ayudo en dar ánimos.

— Margot tampoco debiste ponerte al tu con tus padres ellos aún tienen poder sobre ti.

Ahora la rubia estaba más deprimida por haberle contestado a su madre de tal forma.

Dejo la llamada y se volvió a acostar pensaba en lo mucho que extrañaría Nueva York.

𝐈𝐫𝐫𝐞𝐯𝐞𝐫𝐬𝐢𝐛𝐥𝐞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora