Eran las 12 del día y el silencio inundaba un techo de un edificio sin escaleras para bajar.
Ahí estaba un héroe arrepentido suplicando el perdón de una chica, que cruzada de brazos, miraba hacia abajo intentando buscar la manera de bajar de ahí, sin tener que romper la ley del hielo que le estaba haciendo al gato.
Pasara lo que pasara, la ojiazul no le iba a hablar de nuevo, o se dejaría de llamar Marinette.
Ella solo le estaba contando sus problemas seriamente a Chat, y este la ignoró majestuosamente, poniendo una cara de baboso y seguramente burlándose de ella en su interior.
Si que estaba realmente enojada esa ocasión.
Además tenía que aprovechar que no era Lady Bug y que podía enojarse bien con él, porque siempre llegaba un akúma o un sentimoustro que la obligaba a hablarle denuevo.
Como quiera, ella no necesitaba más amigos rubios, con Adrien sobraba y bastaba.
Mientras ella estaba en sus dramáticos pensamientos, el rubio que estaba tras de ella sentía la dureza de su silencio y la crueldad de su espalda.
-Marinette, no me ignores.
El ojiverde negó, lamentando haber dicho eso.
Claro, si alguien que te ignoró todo el rato te dijera que no lo ignores, definitivamente no le harías caso.
Tenía que pensar en algo lo suficientemente bonito como para ganar su perdón ¡Ya!
-No quería hacerte enojar. No fue con la intención ignorarte. Perdón.
La chica de las coletas azabaches ni siquiera lo escuchó, pues buscaba con desesperación como bajar de ahí, el sol de medio día comenzaba a enrojecer su piel.
El chico lo notó y cambió su tono por uno más autoritario.
-Sabes, vas a tener que hablarme denuevo algún día. Estamos aquí arriba y yo soy la única manera de bajar. No hay escaleras. Te darán ganas de ir al baño o de tomar agua y se te olvidará tu absurda ley del hielo.
El rubio miró el panorama despreocupado. Ella iba a hablarle denuevo porque iba a hablarle denuevo. ¿Para qué se preocupaba?
Él era su único pase de bajada, y solo la bajaría hasta que ella le hablara.
Pronto la chica comenzó a retroceder, mirando eso el rubio, como una victoria.
Seguro ya estaba por hablarle.
-Ves, es tan sencillo como girar, darme un abrazo y hablarm... ¡Marinette no corras hacia la orilla!
Cuando menos se dió cuenta, la ojiazul había saltado de un edificio a otro, lograndolo con éxito.
¡Marinette había saltado una distancia de casi 4 metros, sin poderes! Eso había sido muy Lady Bug de su parte.
Dupain al reponerse del salto caminó despreocupadamente hacia a las escaleras que ese edificio sí tenía, y las comenzó a bajar.
¿Por qué no hizo eso media hora antes? Cierto, quería darle más dramatismo al asunto.
Fue cuando el rubio saltó donde ella, y regresó a las súplicas.
-Por favor, Marinette, perdóname. No estés enojada conmigo.
Ella siguió caminando como si el ojiverde estuviera pintado, hasta que sin querer algo rozó lo descubierto de su brazo, sintiendolo arder.
Se había quemado con el sol y eso era malo ¡Ella nunca quedaba bronceada, ella quedaba roja!
¡No quería ser una camarón!
Chat también sentía dolor en sus mejillas, pero el dolor de la indiferencia de Marinette era peor.
Sabía que tenía que prestarle más atención, pero le era imposible. Ella era demasiada distracción para él.
Fue cuando supo que era momento de sacar su as bajo la manga.
-Marinette espera. Todo este tiempo estuve pensando en un plan para desmentir a Lila.
Ella se detuvo, giró su torso y lo miró.
Continuara...
Muero por ver el Señor Pichón 72. Siento que va a estar épico.
De por si el tráiler me voló la cabeza.
Pero por ahora, tengo que seguir actualizando esta historia porque estoy atrasada :(
Ojalá les esté gustando.
En fin, disfruten.
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¿Por qué no? (Mayo mes del Marichat 2021)
HumorLas circunstancias propiciaron una linda amistad, la cual simplemente comenzó con un "¿Por qué no?"