ATRAPADOS EN LA ESFINGE

AQUI ESTOY Y AQUI ESTARÉ Y NO ME IRE

(***)

Asami se dirige a sus dos hombres de confianza y les dice: -Rápido lleven a estos ancianos al helicóptero que les den atención medica. - Cada chico agarró un anciano. Kerishima se iba del sitio también esperando que su jefe lo siguiera, pero de pronto. -Kerishima ven le dice algo en el oído. - Este peló los ojos como diciendo que pasó? y se retiró. Cuando Asami iba adentrándose más a la caverna escucha dos detonaciones y unos fuertes gritos. Cerró sus ojos y siguió caminando.

Su corazón empezó  a latir muy rápido, su respiración estaba muy acelerada, su cuerpo empezaba a sentir que le hacía falta su droga personal, su mayor tesoro era ese malgeniado mocoso, solo de pensar que estaban tan cerca sentía que cada segundo era un siglo.

De pronto baja por un vereda muy rocosa y estaba  más angosta que por donde había bajado, se veía oscuro y muy peligroso, el se deslizaba agarrándose de las mismas piedras. No tenía temor de seguir avanzando a pesar que se veía oscuro y peligroso. Recordaba que  el anciano le dijo que estaba más al fondo, así que no le importaba correr peligro, si ese mocoso estaba allí, él lo encontraría.

De  pronto ve una escasa luz, poco alumbraba el entorno, la tenue luz dibujaba en las piedras  una pequeña silueta, la misma  estaba sumamente delgada, se veía que esa silueta estaba inerte o  profundamente dormido.  Al mayor se le vino un chispazo y recordó que el anciano le dijo que Akihito estaba muy mal herido.

Lo vio a lo lejos, tenía ganas de decirle mucho, pero su ser no lo dejó,  pensó en gritar el nombre AKIHITO, y lo hizo, pero  su grito le salió más bien con un gemido desesperado y susurrante, hasta el mismo sintió vergüenza de que tan desesperado había sonado ese nombre,   corre para asegurarse que era Akihito, se le  acerca, lo mira, quería despertarlo pero en ese momento su mente desvariaba, lo tocaba por todas partes para asegurarse que estaba entero, que no le falta una parte de su cuerpo.

Pudo apreciar que  el  pequeño tenía  poca ropa, sus ojos que en ese momento se volvieron luces de Alcón, miraron perfectamente ese delgado cuerpo. Lo tocaba, lo tocaba desesperadamente y cuando terminó de palpar  el cuerpo que estaba totalmente inconsciente lo observó por unos segundos,  si se dijo, su tormento estaba allí, estaba frente a él, lo  encontró, desmayado pero enterito, no le faltaba ninguna parte de su cuerpo.  Pensó que se  desmayó apenas llegó a ese sitio,  ya que no tuvo tiempo de abrigarse y la noche estaba muy fría. Ni siquiera le dio el tiempo para  ponerse algo más grueso y no aguantar frío.  La caverna estaba bastante húmeda.  Asami lo toma en sus brazos y lo aferra a su cuerpo y susurraba, Akihito, Akihito, Takaba Akihito. Quería que se despertara, que lo mirara, que supiera que él estaba allí, tal como se lo había prometido,  lo abrazaba con desesperación y un poco nervioso, ya quería ver esos hermosos ojos color azul que tanto amaba. 

Pasaban los minutos y lo mantenía  aferrado en su regazo, así lo mantuvo  por mucho tiempo. Cuando pudo calmar un poco su corazón, agarró unas sabanas y se dijo: si esos viejos, enviaron aquí a este mocoso, debe ser que es un sitio seguro. Sintió terror de que algún animal salvaje lo hubiera devorado o alguna culebra venenosa lo hubiera picado ya que por lo que pudo apreciar ese lugar se prestaba para todos esos peligros. Con su hermoso chico en sus brazos y arropados, prendió a su máxima expresión la lámpara de querosín y atrajo hacia él una mochila que estaba al lado del chico. Encontró una nota que decía:  Akihito no te preocupes, aquí estarás a salvo por mucho tiempo, mi vieja y yo amamos este lugar, verás que es un paraíso y  sabemos que te va encantar. Antes de tu llegada vine a rociar alrededor de la cueva todo tipo de repelentes para víboras o animales rastreros de temer. Eso es para que duermas tranquilo.  Tienes comida para mucho tiempo, como también puedes agarrar frutas de los arboles, mi vieja esta preocupada porque te ve muy delgado.  Te dejamos una pistola, machetes, cuchillos, ropa, sabanas, repelentes, colchas, mucho querosín y linternas en fin,  tienes de todo para estar tranquilo algún tiempo.  Por supuesto te dejamos un mapa del sitio y algunas cosas que están escondidas en lugares no visibles. Por cierto en el mapa te marco sitios donde te puedes esconder, si de repente alguien llegase a encontrar este lugar. Toma este tiempo para calmar tu corazón y tener un poquito de paz.  Te queremos la vieja y yo.