LA NOCHE ENLOQUECIÓ LOS AMANTES..

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Maick-Maickol me serví más licor, Ahhh, Ahhh! quiero que me tomes ahora mismo...

El ruso lo vio como un verdadero Ángel, amaba a Feilong y tal como le dijo Yoh, en el amor y la guerra todo se vale, así que llegó la oportunidad que estaba esperando...Por fin Feilong será mío y ya nada ni nadie me lo quitará, esta noche le haré despertar esos sentimientos que alberga en su corazón y me pertenecen, porqué en el fondo se cuánto me ama y ahora sé cuánto lo amo.....perdóname Fei, no es la mejor manera pero no tengo otra alternativa, si aún con esto no logro derretir tu corazón no me daré por vencido ....

- No Liu, después dirás que fue culpa mía, mejor déjame descansar un rato para irme no me siento nada bien.- El ruso se tira a la cama, Feilong comienza a temblar ya no podía hacerse el cool, su cuerpo estaba siendo poseído por una extrema lujuria.

-No aguanto, no aguanto me duele el cuerpo - Se saca el pene de su pantalón, el ruso se lo mira erecto, recordó cuando le hizo un oral en la oficina de Yoh. Recordó su sabor y lo que despertó en él, se levanta y le termina de quitar el pantalón al chino, pega su boca en ese erecto pene y comienza a frotarlo, la primera vez que embestía el pene de Liu, pensó en Michiharu le subiría de rango y le aumentaría la paga.

- Ahhhh Ahhhh Maick...Maickol me corro me corro - Está bien me lo tragaré todo. El chino embistió y se le salió un chorro de semen, el ruso se lo tragó todo, no lo quiso soltar.

- Feilong ¿ya estás bien?

- No, quiero más, no aguanto, pero tengo vergüenza, mucha vergüenza no quiero que me veas así por favor no me veas.-Es tan adorable pensó el ruso, tal como en su época de jóvenes, tan tímido y tan divino

- Está bien mi amor, será como tú digas, - Maickol se levantó y agarró unas pañoletas que reposaban en un Buró que estaba en el cuarto del chino. Se desnudó por completo, estaba muy erecto y babeante.

Regresó a la cama, tomó al tembloroso Feilong, le tapa sus ojos y le amarra sus manos en la cama Feilong, desnudo gemía alto.

Para el ruso ese era el mejor espectáculo de su vida, ver el desnudo cuerpo del chino, su cuerpo era blanco inmaculado, igualito como en años atrás, no había cambiado, su pene era perfecto. Comenzó a lamer cada parte del cuerpo de Feilong, mientras le susurraba su nombre en su oído.

Feilong Liu te amo, te amo, no lo olvides, esto para mí es un regalo, y aunque mañana no recordemos nada, piensa que estamos en el internado, dónde solo éramos tu y yo por favor, por favor, no pienses en más nada. Te prometo que nunca más te voy fallar, te prometo que desde hoy y como siempre solo estarás tú en mi vida.

Te confieso que miraba todos los días tu fotografía, pero ellas no me decían nada, las besaba y les decía cuanto te añoraba.

Feilong le agarraba los labios, y se los chupaba, en ningún momento quería soltarlos. Dejó su mente en blanco y se deja llevar, por las dulces palabras del ruso.

Por su parte Arvatob, comienza a lamer sus pezones estos le parecían el mejor banquete jamás probado por su boca, se los mordía discretamente con sus labios, para luego jugar con ellos con su lengua.

No quería soltarlos, estaban muy sensibles, el chino se restregaba entre sus sabanas que hacían juego con su tono de piel, se veía malditamente hermoso.

El ruso aún más enamorado, subió a su cuello y le hizo pequeños chupetes para que no olvidará lo que había pasado esa noche. Feilong tomaba su cabeza y se la apretaba insinuándole que le hiciera más duro, que devorara su cuello.

El pene del ruso pulsaba, estaba en su límite, agarra el trasero del Chino y se lo lleva a su boca, metía su lengua y lubricaba con su saliva, mete un dedo, luego el segundo, ya el tercero entró con mucha facilidad, el chino estaba completamente entregado.

ATRAPADOS EN LA  ESFINGEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora