Cap 4

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- Gracias por todo, pequeña. Debo irme-
- ¡Joo!- protestó cuando bajábamos las escaleras- Quédate a cenar-
- No puedo, en casa está Tom- le dije, y la miré- Escúchame bien: te prometo, que yo nunca rompo más las promesas, que el sábado ceno contigo. Cómo mañana vengo, hablaré con tu madre, y os venís conmigo a cenar. Yo invito- reímos- Prometido- junté nuestros meñiques, ella sonrió-
- Está bien. El sábado, entonces- asentí- Ya hablamos la hora-
- Sí- me asomé a la cocina- Gracias por todo, señora Schmidt-
- A tí, muchacho. Ven cuando quieras- sonreí-
- Hasta mañana- le dije, y me fui con ella a la entrada de su casa- Gracias a tí también, enana-
- No, gracias a tí- abrí la puerta- Ten cuidado, es de noche-
- Lo tendré- le dije, y nos miramos- Bueno, hasta mañana-
- Hasta mañana. Descansa bien, Billy- nos dimos nuestro abrazo de despedida. Me puse rojo cuando me besó la mejilla, noté mi corazón a mil, y sentí una calor por todo el cuerpo- Dale recuerdos a tu hermano-
- Vale- le sonreí como un tonto adolescente enamorado-
- Hasta mañana- dijo, y me miró sonriendo para después cerrar la puerta-
- Eres tanto- ahora que estaba conociendo el amor, me encantaba. Llegué a casa muy feliz, cogí a mi madre, y los dos nos fuimos a mi habitación- Ya he llegado, mamá- le dije, y la puse frente a mí- Sabes, estoy enamorado- reí- Nunca pensé que me pasaría esto- miré el tarro donde estaba metida- Se llama Ginny Schmidt, y es como yo. Le gustan los tatuajes, la música, reír, pasar el tiempo haciendo algo, como dibujar, y es tan adorable. Nos sentamos juntos, desayunamos juntos, y ahora resulta que soy su profesor de inglés- seguí mirándola- Le...le conté sobre lo que pasó hace dos años- dije, y cogí el tarro abrazándome después a él- Porque, ella tampoco lo pasó bien. De pequeña se burlaban de ella, el novio de su madre la maltrataba, y una vez la apuñalaron. Una niña de su antiguo instituto atravesó su costado con un cuchillo de cocina, y tuvieron que ir corriendo al hospital. La niña no ha vuelto, está en un correccional claramente. Pero, además, era la que le pegaba todos los días. Ella está bien, es muy feliz, y además que es muy tierna. Hoy se ha emocionado con nuestra historia, y eso me ha hecho feliz. Saber que alguien me entiende me ayuda a seguir con este cambio, me resultó muy difícil dejarlo, lo sabes bien- suspiré, y volví a hablar a los segundos- Hoy le he dejado las cosas claras a Marcus, le he metido una buena paliza. Es que, ha empezado a molestar en la salida. Me cansé, y también me peleé por ella. No la dejaba en paz, y encima, la ha tirado al suelo dos veces, una de ellas haciéndole daño en el costado que tiene mal por culpa de la otra niña- la solté en mi mesa de noche, y me levanté para quitarme la chaqueta- Y bueno. Después fuimos a su casa, almorzamos juntos, conocí a su madre, y estuve ayudándola con el inglés. Después de terminar todo, vimos alguna película en su habitación, y jugamos a las palabras encadenadas. Con ella me divierto mucho, mamá, me lo paso genial. Sí la pudieras conocer- suspiré de nuevo- Créeme cuando te digo que...que soy un idiota- me tumbé en la cama, y miré el tarro, que estaba al lado de mi cabeza sobre la mesita de noche- Te echo de menos, muchísimo. No sabes cuánto me arrepiento de lo que pasó, no quería que eso sucediera. Sé que llevas escuchando lo mismo dos años, pero, me siento el peor...vamos a decir hombre, del mundo- aparecieron los malos recuerdos, y de cómo la vi de...en fin- Te quiero mucho, mamá- volví a abrazarme al tarro poniéndolo en mi cama- Lo siento- esta será la primera vez que me ven de llorar, tan mal, tan triste. Me sentí de lo peor. Mi padre quería ir a esparcirla, pero, yo le dije que no. No quiero que se vaya del todo- Sé que te decepcionaste de mí, sé muy bien lo que pensabas. Ojalá pudieras verme ahora, he cambiado, de verdad- ella me faltaba, y mucho- Lo siento, me pongo sentimental- reí secando mis lágrimas- Y bueno, las clases han ido bien. El sábado he quedado para almorzar con ella-
- ¿Bill?- mi hermano abrió la puerta de mi habitación-
- ¡Primero se pega, idiota!-
- Ni que te hubiera pillado haciendo otra cosa- me enfadé cuando lo entendí, tanto, que le lancé una almohada- Eh, agresivo-
- Cállate ya- se sentó a mi lado- Le estaba hablando-
- Yo también la echo de menos- me miró- Pero, oye, fue un accidente. No te sientas culpable-
- Fue por mi culpa- lo miré- Porque fui un desgraciado- siempre que estaba mal, venía él. Puede que nos insultemos, nos peleemos de vez en cuando, y todos esos rollos de hermanos. Pero, él luego era mi grandísimo apoyo, y yo también lo quería mucho. Es mi hermano, jolines-
- Ven aquí, bebé Bill- empezamos a reír, y lo abracé, igual que él me abrazó a mí- Eres tan pequeñito a veces-
- A veces- reímos- Gracias, Tom-
- No tienes que agradecerme nada. Por mucho que nos matemos, siempre te voy a consolar, a ayudar, y a cuidar. Al fin y al cabo, tú eres el menor- reí- Y, eres mi hermano. Yo también te quiero aunque no lo parezca-
- Y yo a tí, bobo- me gustaba que la gente me quisiera, y me gustaba la forma en la que mi hermano conseguía calmarme. Cuando me acariciaban el cabello, me dormía enseguida, y eso lo conseguía él. Cómo soy tan delgado, me dejó sentarme en sus piernas, aunque muchas veces protesta porque le clavo los huesos. Pero, al final, no puede aguantar y me vuelve a sentar. Sí yo fuese homosexual, andaría con mi hermano. Sé que él a veces es algo vulgar, pero, cuando lo conoces igual de bien que yo, te das cuenta de lo tierno y atento que es. Así, saliendo de un hombre como yo, suena muy marica, lo sé. Pero, yo aprecio mucho a mi Tomy, y lo quiero mucho. Me ha salvado de tantas cosas que no sé cómo pagárselas- Deja, párate, me haces cosquillas- dije riendo, y él también rió- Es que, me gusta contarle mis días-
- Yo lo hago a veces, cuando me sucede algo especial, o cuando me da el bajón- lo miré-
- ¿Cuándo tienes bajones?- bufó rodando los ojos, como si estuviera contando las veces que le dan-
- No mucho, pero, cuando me da es fuerte. ¿No te acuerdas el miércoles, cuando me preguntaste qué me pasaba y te mandé a tomar por saco?- asentí recordándolo- Pues, ese día por ejemplo-
- Anda que pagarlas con el menor de la casa- sonreí diciéndolo, y él rió-
- El menor, que se está intentando ligar a la bombonazo del instituto-
- Pues, no podrás creerlo. Marcus se metía con ella- abrió la boca- Sí, sí-
- Ese no sabe lo que se pierde mientras va criticando a los demás- asentí-
- Por cierto. Ella me pidió que te diera recuerdos de su parte, Tom. Le gustaría conocerte- él sonrió-
- Mañana me presentaré adecuadamente, señorito Kaulitz- reí-
- Así pareces un estirado-
- Es como usted actúa delante de ella, señorito- reí-
- Intento parecer amable- le respondí-
- Usted es un pelota, señorito Kaulitz- reí más fuerte aún- Te quiero, no lo olvides, aunque me meta contigo a veces-
- ¿Cómo no?- dije rodando yo los ojos- Y yo a tí, trenzas- rió-
- No, los mayores siempre más- lo miré-
- No tiene nada que ver que seas el mayor-
- Claro que sí. Tengo dies minutos más que tú, yo te quiero más-
- Para ya, marica- los dos reímos- Sabes- nos miramos- Voy a cenar con ella-
- ¡¿Cuándo?! ¡¿Sin mí?!- reí de nuevo-
- Por favor, déjame está oportunidad. Le estoy empezando a caer bien a la madre, y, ella fue la que me dijo de cenar juntos. El sábado por la noche, a las siete iré a por ella. La llevaré de paseo, y luego, la invitaré. Pero, poco a poco-
- Me gusta la idea. Está bien, te o aceptaré- me despeinó de nuevo, pero con cariño-
- ¡Mi cabello, idiota!- rió- ¿Te hace gracia?-
- Sí- cogí una de sus trenzas rápidamente y se la desmoroné- ¡Noooo!-
- Toma ya- me levanté de sus piernas cuando volvió a intentar despeinarme- ¡Me voy a duchar, no entres!- dije entrando en una carrera al baño, y cerré la puerta. Empecé a reírme yo solo en la ducha, me sentía feliz después de desahogarme tanto hoy, me hacía falta. La ducha me relajó mucho, de mientras pensé en ella. Me relajaba su risa, que retumbaba en mi cabeza, y pensé en la cena del sábado. Deseaba cenar con ella, y la llevaría a un lugar bonito- ¿Qué haces de cenar, Tomy? Huele de maravilla- dije entrando a la cocina, y me terminé de poner la camiseta de mi pijama-
- ¡Sorpresa, niño mimado!- dijo tapándome los ojos, y me llevó al salón riendo- Quédate ahí-
- Vale- de mientras busqué qué había en la televisión, y encontré un reportaje sobre Alemania nazi- ¡Tom, mira!-
- ¡¿Qué?!- vino con dos platos de comida- Anda. Ese pedazo de escoria humana, desde luego. Déjalo, está interesante- cuando terminamos de cenar, que hizo una pasta especial con salsa de mostaza, ketchup, y leche. Raro, pero delicioso. Además, la cebolla le daba un toque increíble, y sumándole el queso con el orégano, ni te cuento- Que barbaridades hicieron- asentí mirando la televisión-
- Para mí, es una vergüenza. Ha dejado a mi país como un país racista después de esto. Ya todo el mundo, cuando hablan de alemanes, sacan la conclusión de que somos unos nazis-
- Estoy de acuerdo contigo- asintió- Ha dejado a Alemania en vergüenza-
- Desde luego- yo respeto las creencias, ideologías, y todo de cada persona. Pero, lo que Adolf hizo, fue una total masacre, y hay que admitirlo- Tom, tengo sueño- dije tirándome sobre, me gustaba dar la lata a mi hermano mayor-
- Pues vete a dormir- me dejé caer más- ¡Me aplastas!- dijo riendo- ¡BILL!-
- Vale, vale- me levanté- Buenas noches, Eustaquio-
- Buenas noches, don risueño- siempre nos dábamos así las buenas noches-
- Duerme bien- me miró-
- Igualmente- él terminó de ver el reportaje, y yo me fui a mi habitación. Lavé mis dientes, me quité el maquillaje, y me salí del baño para irme a mi cama. Llevé a mi madre a su sitio, y la miré antes de volver a mí habitación-
- Buenas noches, mamá- le dije, y acaricié el tarro por fuera con una sonrisa. Me acosté derrotado en mi cama, y volví a pensar en ella. Sentí que me faltaba, me faltaba a mi lado, a mi izquierda, donde había un hueco vacío en el colchón. Miré hacia esa dirección, y me puse de lado hacia ella. Mi hermano tiene tres almohadas, una para el sofá de su habitación. Así que, cogí esa de su cuarto, y volví al mío. Me abrazé a ella poniéndola en el lado izquierdo, y al poco rato, me dormí-

07:00 a.m Alarma instituto

- Jolín, cállate ya- dije apagando mi alarma, y bufé. Volví a darme una ducha, me hice mi café y le dejé a mi hermano. Me vestí, me peiné, me maquillé, y me cepillé los dientes. Me los miré, relucientes y limpios, como me gusta- ¡Tom, te he dejado café!- dije asomándome a su habitación-
- Está bien, gracias- dijo terminando de arreglar su gorra, y salió- ¿Ya te vas?- asentí-
- Voy a ir a recogerla- sonrió-
- Estás que te sales- me encogí de hombros-
- Hasta luego, te veo en el instituto-
- Vale- nos despedimos con un abrazo, y yo salí casi corriendo hacia su casa. Ella ya salía, así que decidí esperarla en la entrada. Cuando abrió la verja, la miré-
- Buenos días- le dije, y ella me miró-
- ¿Qué haces tan temprano aquí?- sonrió-
- Me gustaría acompañarte- le sonreí- Si no te importa, claro- negó-
- Vamos- hoy se puso unos pantalones de campana, una camiseta negra de manga corta, y una chaqueta vaquera negra. Está tan guapa que todos la miraban, incluidas mujeres-

¡Hola! ¿Cómo están? Espero que bien. Bueno, pronto actualizaré la esperada charla entre Emer y Bill de "¿Enamorado de una vampira?", y el viaje a Ankara de la parejita. Gracias por leer, comentar, y votar🦋✨💕❤️

Black. (Bill Kaulitz-Tokio hotel)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora