Cap 9

264 18 7
                                    

- ¡Ya han dado las vacaciones!- me dijo contenta mientras sostenía sus calificaciones en la mano- ¿Cómo las sacaste?-
- Geniales- le respondí- ¡Las tengo todas sobresalientes!-
- ¡Igual que yo!- sonreí- Ven a comer conmigo-
- Está bien- sonreí- Avisaré a Tom- Hace mucho que no comía con ella, así que hoy me apetecía-
- ¡Estamos en casa!- gritó ella-
- ¿Estamos?- entré yo después de mi pequeña- ¡Hola! Hacía mucho que no te veía, Bill-
- Igual digo, señora Schmidt- sonreí- ¿Cómo está?-
- Bien. ¿Y tú?-
- Bien también- sonrió- Espero no molestar-
- ¡Qué va! Yo hago comida para una rebelión entera- reímos los tres- Estás en tu casa-
- Gracias-
- Vamos arriba- me dijo, y los dos subimos a su habitación. Nos pusimos nuestra musiquita como siempre, y nos echamos a hablar en la cama. Amaba hablar con ella, me contaba todo, igual que yo a ella. Estoy mejor, estoy más animado, y todo se lo debo a ella. Ha venido a mi casa a almorzar también, hemos jugado con Tom, hemos reído, hemos visto películas juntos, nos hemos disfrazado, nos hemos puesto a llorar juntos, muchos sentimientos compartidos en realidad. Ha habido alguna que otra vez que nos hemos quedado a nada del beso, o que nos hemos rozado sin querer, esas cosas me ponían tan vergonzoso después. Una de veces de las que se sentó en mis piernas, se echó más para atrás de la cuenta y pasa lo que pasa. Se puso encendida como yo. Recordaré eso siempre, nunca se me olvidará la vergüenza que pasé. Pero, ella sabe que yo no voy a tocarla porque quiero, como hace Georg o Gustav, sabe que es sin querer. Aunque luego pienso, y digo "Me gusta sentirla cerca mía", por mucha vergüenza que me dé. Le pediré salir el día de la fiesta de Georg, que es dentro de una semana. Aún nos quedan siete días para eso- Y bueno, mi padre...- bufó- Ni siquiera lo conozco-
- Lo siento- negó-
- Mejor. Porque, para tener un padre que no se preocupa de sus consecuencias, ¿para qué lo quiero entonces?- sonrió- Tú te comportas como si fueras mi padre-
- Porque, eres la pequeña- rió- ¿Es mentira a caso?-
- No. Me gusta ser la pequeña-
- La bebé- asintió- Y a mí me gusta cuidarte. Así que, no hay problema- me abrazó- Aish, que tierna-
- Tú lo eres más- me miró- Y, respecto a tu bajoncillo. ¿Estás mejor?- asentí- Me alegro-
- Gracias a tí- no me pude resistir a su mirada de niña pequeña, y acabé dándole un beso. Así es, la besé, y no sé de dónde saqué el valor. Me lo siguió, y cogió mi rostro con sus manos, dándole caricias a mis mejillas sonrojadas-
- Bill...- dijo al abrir los ojos, y empezó a reír- ¿Te has visto la cara?-
- No quiero vermela- dije escondiendome- Adelante, odiame. Estoy listo-
- ¿Odiarte? No te odio, Billy-
- ¡Te acabo de dar un beso!- le dije en medio susurro-
- ¿Y?- me impresionó- No me molesta, tonto. Al revés, besas muy bien, me ha gustado- sonrió-
- ¿De verdad?- asintió-
- ¿No me crees?- le di una mirada de "Más o menos"- Oh, no me crees. Está bien- se me acercó muy rápido para darme otro beso, y esta vez no pude evitar sonreír-
- La primera chica que no me odia por darle un beso-
- Porque tal vez le gustes a esa chica- mis mariposas interiores empezaron a volar, y le empecé a devolver besos sin parar- Bill, me gustas-
- Y tú a mí- los dos nos sonreímos, y finalizamos esa sonrisa con un último beso más-
- Estas navidades van a ser las mejores- asentí- Tengo pensado hacer un montón de cosas-
- ¿Sí?- asintió-
- Patinaje sobre hielo, jugar con las bolas de nieve, montar el árbol, hacer la cena de Nochebuena, comprar los regalos, e ir a la fiesta de Georg contigo. Por supuesto, tú te vienes conmigo a hacer todas esas cosas-
- ¡Me encanta!- dije contento, y los dos empezamos a reír- Te quiero, ¿lo sabías?-
- Y yo a tí-

¡La navidad que se van a pegar estos dos! Hago mataron, por eso tardé en actualizar.

Black. (Bill Kaulitz-Tokio hotel)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora