Cap 7

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- Tengo ganas de que llegue esta noche- le dije sonriendo-
- Me tengo que afeitar y todo- reí-
- No, por favor. Déjate la barba-
- Es incómoda y pincha un huevo- me miró- Además, debo estar presentable para la señora Schmidt-
- Pero, te queda muy bien. Me gusta mucho- sonrió-
- Eres la única a la que le gusta- acaricié su rostro, porque me encantaba su barbita. No la tenía muy larga, pero, era notable por sus mejillas. Le queda muy bien y está muy tierno- Pero, si empiezas a hacerme eso, me las dejo-
- Dejatelas entonces- le dije, y él rió-
- ¿Estás mejor que ayer?- asentí- Se te nota. Ayer tenías más mala cara que hoy, y el cuerpo pachucho-
- Hoy estoy mejor. Y, el helado me sentó muy bien-
- Eres tan golosa- reí- Mi pequeña golosa-
- ¿Tu pequeña golosa?- asintió, y me volvió a mirar- Tú eres un león-
- ¿Un león?- reí asintiendo-
- My black lion-
- Black- volvió a sonreír- Me gusta. ¡No, espera! Me encanta-
- Soy muy buena para los nombres- rió, y se bajó del murito-
- Vente- me dijo-
- ¿A dónde?-
- Te invito a algo- me encanta este chico-
- No hace falta, Billy. Llevo dinero. Vente a mi casa un rato, anda-
- Vaaaale- me bajé yo también- Ahora sí eres pequeña-
- Cállate, anda-
- Es la verdad- me miró- No te piques, pequeña-
- Que gracioso eres- le dije cuando crucé los brazos- ¡Bájame, Bill!- le dije cuando me cogió por sorpresa- ¡BILL!-
- ¡Eres achuchable!- dijo aún haciéndome cosquillas, así que reí. La gente nos miraba raro, pero, me daba igual, yo quería que él fuese así conmigo-
- ¡Me vas a matar!- me bajó después de hacerme una pedorreta en el cuello, lo que a la vez me encantó. El cuello es uno de mis puntos débiles, y él dio justo en el clavo- Ay, por dios-
- Te falta el aire- dijo riendo-
- ¡Ven aquí!- le dije, y él salió corriendo. Estuve corriendo hasta que llegamos a mi casa, donde ya paró, porque nos faltaba el aire-
- Yo sí que me voy a morir- dijo con su mano en el pecho, y yo llegué a su lado como él-
- Ven, en casa tengo agua fresca. Te vendría bien- hoy es sábado, eso significa que no hay nada de clases por la mañana. Así que, quedamos para vernos por la mañana y luego cenaremos por la noche- ¡Mamá, está Bill conmigo!- dije cuando entré-
- ¡Hola!- dijo ella sonriendo-
- Hola, señora Schmidt- dijo él-
- ¿Cómo estás, muchacho? No te veo desde el jueves-
- Bueno, se puede ir tirando- sonrió- ¿Y usted?-
- Bien también. ¿Cómo es que habéis venido? Pensé que os quedaríais en la calle-
- Pues, hace mucha calor- le dije- Nos estábamos derritiendo-
- Tengo cosas fresquitas. ¿Queréis helado?-
- Eres la mejor- le dije, y ella nos sacó la tarrina y un par de cucharas. Fuimos arriba, a mi habitación, y pusimos música- ¿Qué piensas hacer con tu padre?- le pregunté, pues ayer estuvimos Tom, él y yo de paseo, y me contaron su encuentro físico-
- Pienso echarlo de casa como nos vuelva a tocar. Ese desgraciado está todo el día drogado o bebido, y recuerda cosas que aún duelen. Mete el dedo en la herida- suspiró- Le gusta hacernos sufrir. Pero, el día que me harte, se va a acordar de Bill Kaulitz-
- Que chungo eres- le dije, pues era verdad-
- Que procure no enfadarme- se sentó a mi lado- El helado está muy bueno, cambiando de tema-
- Mamá lo compra de mi sabor favorito-
- Tienes buen gusto, pequeña- empezó a sonar "Somebody to love" de Queen, y los dos miramos el vinilo que puse. Amo demasiado a Queen, me encanta, me flipa- Me encanta-
- Y a mí- sonrió-
- Baila conmigo- me pidió poniéndome ojitos-
- ¿Para qué quieres bailar?-
- No lo sé, por hacer algo-
- Está bien- dejé la tarrina a un lado y me levanté poniéndome frente a él- No sé bailar muy bien-
- Yo te enseño- cogió mis brazos poniéndolos alrededor de su cuello, y sus manos juntó las mías en su nuca- Oye, no te pongas roja-
- Lo siento. Es que, ningún otro chico había hecho esto antes- dije nerviosa-
- Lo que tienes que hacer es relajarte, así se te quita todo- y fue cuando noté sus brazos bajar por mi cuerpo hasta la cintura. Sus manos se juntaron también, y me apretó pegándome a él. Tuve que agachar la cabeza, me daba tanta vergüenza, pero me gustó que hiciera eso. Me dejé llevar por la música, simplemente hice eso, y justo vi a mi madre pasar. Ella nos vio, y yo sonreí igual que ella, nos entendimos a la perfección. Ella se fue a su habitación, y yo seguí con mi Billy bailando. Me encanta que sea así conmigo- Imagínate que estás bailando sola, con un maniquí-
- Ay, no. Que cosa da eso- reímos- Prefiero pasar la vergüenza-
- Pero, ¿por qué vergüenza? A mí me gusta bailar contigo-
- Porque, ya te lo he dicho. Eres el único que ha bailado conmigo- sonrió-
- Los mayores hacen felices a sus menores, ¿o no?- sonreí- ¿Ves? Me gusta hacerte feliz-
- Gracias- solo lo abracé más fuerte, igual que él, y aproveché para aspirar su perfume. Me gustaba su aroma, me encantaba, y siempre llevaba el mismo perfume, el que me vuelve loca- Eres el mejor amigo que puedo tener, Billy-
- Me alegra oír eso- sonrió-

Black. (Bill Kaulitz-Tokio hotel)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora