Cap 11

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- Feliz Nochebuena, pequeña- le dije por teléfono-
- Feliz Nochebuena, Billy- sonreí-
- Te quiero-
- Y yo a tí-
- Brindo por tí- rió-
- No puedo beber, así que brindó con mi refresco- reí yo ahora- Por tí también, amor- me terminé mi copa, y estuve un rato más hablando con ella- Y bueno. Estoy deseando dormirme para ver qué me trae Mamá Noel-
- Aquí ya ha pasado. Te ha dejado un regalo, cielo-
- A tí también te ha dejado algo- sonreí de nuevo-
- Te comería si pudiera- volvió a reír- Acuérdate que dentro de cinco días es la fiesta de Georg-
- Sí, lo sé- se escuchó unos ruidos por detrás- ¿A dormir ya? Joo-
- ¿Tienes que irte a dormir?-
- Sí, Billy. Lo siento, quería hablar más contigo-
- Da igual. Buenas noches, princesa. Ojalá se comporte Mamá Noel contigo-
- Igualmente. Feliz Navidad, amor-
- Feliz Navidad, peque- después de lanzarnos un beso por la línea, colgué-
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- ¿Qué se cuenta tu novia?- miré a mi hermano-
- ¡No es mi novia, zoquete!- rió, y se sentó a mi lado- Bueno, no sé. Nos comportamos como si lo fuéramos-
- Tranquilo. Oye, sabes que yo os apoyo- sonrió- Son las doce de la noche-
- Feliz Navidad, Tomy-
- Feliz Navidad, Billy- ambos brindamos, y acabamos viendo una película. Yo me quedé dormido en el sofá, cómo no, y Tom me tuvo que llevar a la cama- Bill, pesas mucho-
- Si soy un saco de hue...sos- le dije medio dormido-
- Por eso mismo- rió- Venga, ayuda un poco-
- No pu..edo-
- Estás pedo-
- ¡No lo...estoy!- le dije medio riendo, y me dejó en mi cama-
- A dormir, bebé grande. ¿Quieres un biberón ahora también?-
- Quiero que duerma conmigo- él rodó los ojos-
- ¿Quién?-
- Ella- volvió a reír- Y que me haga el a...-
- Ya, ya, ya. Estás pedo, fin. Buenas noches, feliz Navidad- me despeinó cariñosamente, y se fue de mi habitación. Me dormí como un bebé, sí, tenía razón, no podía conmigo. El sueño me venció-

***
- Allá voy- dije frente a la puerta de su casa, y suspiré algo nervioso. Pegué al timbre, y su madre me abrió- ¡Hola!- dije sonriendo-
- ¡Hola, Bill!- sonrió- Espera. ¡GINNY, TU NOVIO!- me sonrojé mucho antes esa frase-
- ¡Mamá!- se le escuchó de reír, y se asomó-
- Os dejo solitos- la madre se fue-
- Buenos días, mi amor- me dijo enrollando sus brazos en mi cuello, y después la hice saltar para cogerla-
- Me acabo de dar cuenta de que me encanta verte en pijama- ella rió-
- ¿Qué dices? He engordado-
- Mentirosa- la cogí bien, y le di unos cuántos de besos haciéndola reír- Estás preciosa, tonta-
- Ñeñeñe- la bajé- Pasa. Estaba abriendo mi primer regalo, fue mi madre. Siento que me hayas pillado en pijama, jeje-
- Estás muy mona, me gusta- sonrió- Yo también traigo algo-
- Aquí hay una cosita para el nene Bill. Por favor, siéntate- dijo señalando el sofá, y yo me senté- Muy bien- se puso delante mía, y me sonrió-
- Me encantas despeinada-
- Cállate, bobo. Que me sonrojas- reímos- Para tí- cogí la caja que me dio, bueno, eran dos. Una voluminosa y otra plana y grande-
- ¿Qué es esto que pesa tanto?- se sentó a mi lado, y me miró-
- Ábrelo, sin más. No pienses qué puede ser- me llevé una sorpresa al ver unos patines para hoy negros. Me encantaron, son muy yo como siempre digo-
- ¡Ginny!- dije sonriendo- ¡Me encantan!-
- ¿De verdad?-
- Por supuesto- le dije sonriendo, y me los probé-
- ¿Son cómodos?- asentí- No hace falta descambiarlos, ¿no?-
- Carilo, son perfectos- le dibe sonriendo, y me volví a poner mis botas- Gracias-
- No hace falta darlas- sonrió- Te queda ese aún-
- Es verdad- se sentó a mi lado- A ver. Te has pasado cinco pueblos-
- Es Navidad, nadie se pasa en estas fechas- abrí lo segundo, y tampoco me lo pude creer-
- ¡SCORPIONS!- dije contento haciendo un bailecito- ¡Gracias, Ginny! ¡Me encantan!-
- Me alegro- me volvió a sonreír-
- Bueno, bueno- sonreí- Esto es para tí- dije dándole sus regalos, y a la vez le di un beso en los labios haciéndola reír-
- ¡Me moría por tener estas botas calentitas!- dijo contenta sacándolas de la caja, y se las probó- ¡Me encantan!-
- ¿Sí?- asintió-
- ¡Son preciosas!- me gustó verla así de ilusionada-
- Y- dije dándole el segundo- For you-
- ¡I LOVE YOU SO MUCH!- se tiró encima de mí dándome besos por todos lados, eso me hizo reír- ¡Que tierno eres!-
- ¿Quieres venir conmigo a ese concierto?- la miré-
- ¡Por supuesto que sí, Bill!- ambos nos pusimos de acuerdo para darnos ese beso, y nos volvimos a mirar con las mejillas rojas. Eso me hizo reír en mis adentros, ambos estábamos igual-
- Te quiero- le dije, y le di un beso en la frente. Era la primera vez que enamoraba de verdad, sí, he estado con chicas, aunque hayan sido pocas. Me arrepiento de las cosas que hice, andaba todo el día en la calle con una y con otra. Pero, jamás he amado de verdad, jamás he querido como la quiero a ella. Se podría decir que es mi primer amor-
- Espero no estar interrumpiendo algo, chicos- dijo su madre entrando al salón, y se sentó donde ella estaba antes- Esto es para tí, Bill. Feliz Navidad-
- No tendría que haberse molestado, señora Schmidt- sonrió- Gracias- le dije sonriendo también, y la solté un momento para abrir el regalo. Ella se agarró a mi nuca para no caerse de mis piernas- Oh, señora- le dije al ver mi regalo, y sonreí de nuevo- Esto vale un pastizal-
- Es Navidad, nadie se pasa- la misma frase de la hija-
- Muchas gracias a las dos, me han encantado- sonreí, y a la madre le di un beso en cada mejilla-
- ¿Te lo dije o no?- la miré- Unas navidades a lo grande, Billy-
- Contigo, todo se hace a lo grande- le dije juntando la punta de mi nariz con la suya, y ella rió-
- ¿Quieres estrenarlos?- me preguntó señalando a mis patines para el hielo-
- Me encantaría-
- Espérame, me vestiré- yo asentí, y ella subió a su habitación-
- Bill- miré a su madre- ¿Puedes venir un momento?-
- Claro- le dije, y me levanté del sofá. Ella entró a la cocina, y yo entré detrás de ella- ¿Qué ocurre?-
- No quiero incomodaros- me miró- A ver, la pregunta-
- Vale-
- ¿Qué sois vosotros dos?-
- Pues, a ver. Siendo sincero, su hija me gusta, y yo a ella también. Quiero pedirle que sea mi novia estás vacaciones-
- Entiendo- sonrió- Sólo quiero que sea feliz-
- Y lo será, tranquila. Prometo no fallarle nunca, y yo soy un hombre de palabra- le dije- Puede quedarse tranquila-
- Gracias- me dijo-
- Toc, toc. ¿Quién soy?- dijo tapando mis ojos con sus manos en forma de concha, así no me estropearía el maquillaje-
- No lo sé. Mmmm...¿la pequeñaja?-
- Diste en el clavo- dijo riendo, yo también reí- Nos vamos a patinar, mamá-
- Tened cuidado-
- Sí- dijimos a la vez mientras nos cogíamos de las manos, y los dos nos reímos. Los patines los llevábamos en sus bolsas, hoy me enseñaría a patinar, hace mucho que no lo hago. Llegamos, y cogimos nuestro sitio- Bien. Ponte los patines, señor Bill-
- Está bien, amore- le dije, y ella me miró sonriendo. Después de ponernos los patines, nos metimos en el lago congelado- Ay, que me mato- dije intentando mantener el equilibrio-
- Tranquilo. Estás muy tenso, debes relajarte- me cogió de las manos-
- Hace mucho que no patino-
- Se te nota. Mírame- la miré- ¿Ves cómo estoy?- asentí- Así tienes que estar tú. Tienes que relajar el cuerpo, no puedes ir tan tenso. Déjate llevar-
- Lo intentaré- y me fue saliendo, ¡sí!-
- ¡Bien!- sonrió- Y ahora, haz lo que te plazca. Imagina que eres una medusa flotando en el agua del mar- empezó a patinar cuando se soltó de mis manos, y no se le daba nada mal- ¿Tienes que sentirte cómodo-
- Patinas de maravilla- me cogió de las manos otra vez, y empezó a avanzar- ¿Qué haces? No, no para. ¡Me voy a caer!- le dije riendo, y ella también rió-
- ¡No saques culo, que me las enamoras!- me sonrojé al máximo- ¡Bill, recto! ¡Nos vamos a caer!-
- ¡Eso intento!- sip, nos caímos, y no paré de reír- Lo siento-
- No pasa nada, se tiene que aprender- se levantó de encima mía, y me ayudó a levantarme- ¿Te has hecho daño?-
- En el trasero, y me mojé- dije tocando mi abrigo, y ella no paraba de reír-
- La próxima vez no te inclines sacando culo, así mira lo que pasa. Te caes y yo me peleo con las chicas- volví a reír- Venga, otra vez- volvió a coger mis manos-
- Vale- le cogí el truco esta vez, y empezamos a patinar juntos. Nos caíamos, sí, pero también nos reíamos sin parar. De hecho, hice unas cuantas fotos, igual que ella. Tenemos tres favoritas. La primera es ella de espalda entrelazando mi mano con la suya; la segunda es una nuestra poniendo caras tontas; y la tercera es una que hice en el momento justo del beso. Esas tres me las guardaría muy bien-

"Todo iba a salir bien"

"Porque le ha hecho caso al angelito"

"El demonio también lo ha ayudado, chaval"

"Sí. El demonio que quería irse sin pagar del restaurante, que quería estrenar caderas, que quería espiarla en la ducha de las chicas, y el demonio que quería tocarla. Claro, ¿se nota la ayuda, verdad?"

"Debe de haber algo de salseo en las relaciones, jolines. Tú eres un aguafiestas"

"Y tú un marrano"

"Habló el que es un angelito y bebe vino"

"No tiene nada que ver"

"Se supone que eres sagrado"

"¡Que me dejes ya! ¡No sé ni de dónde saco está paciencia contigo, patán!"

"¡Adiós!"

"¡Cómo me vuelvas a pegar la patada, te va da enterar! ¡Suelta mis alas, no las ates! ¡DEJA MI HALO!"

"¡TARDE, JAJAJA!"

Dejen de pelear, ¿sí?
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- ¿Te lo pasaste bien?- asentí- Te has matado varias veces, pero bueno- reí recordando las veces que me caí-
- Soy muy malo-
- Todo es práctica. No abandones, así la próxima vez se te dará mejor- la abracé-
- Gracias por todo, Ginny-

"Aprovecha ahora que no está el angelito y pídele salir"

¿Qué tiene que ver el angelito aquí? ¿Y tú?

"Hazlo y ya, le va a encantar"

- Ginny- le dije nervioso, y dejé de mirar mi hombro izquierdo-
- ¿Qué pasa?-
- Te quiero decir algo- me miró-
- ¿Qué ocurre?- me levanté del banco- ¿Todo bien?-
- Sí. Escucha, yo...- la miré- Sabes que me gustas-
- Y tú a mí- "Hora de hacerlo bonito" pensé, y me arrodillé delante de ella-
- No vale llorar- le dije cuando noté sus ojos así al hacerlo- Mira, hasta me arrodillo- reímos- Cariño, ¿quieres ser mi novia?-
- Si me lo pides así, te digo que sí a todo- sonrió, igual que yo- Sí quiero, bobo- se inclinó para darme un beso, y entrelazó nuestras manos- ¿Te vas a dejar la barba ahora?- reí-
- Si quieres, lo hago- acarició mis mejillas- ¡Joder, se me han dormido la piernas en la nieve!-
- ¡Ay, levántate!- dijo riendo, y me ayudó a levantarme-
- Duelen-
- Normal- me miró, y yo la miré-
- Entonces, ¿es oficial?-
- Es oficial. Te quiero mucho, Billy-
- Y yo a tí- nos quedamos un rato más hablando en ese banco. Ya sé que podré bailar con ella el día de la fiesta de Georg-

¡Feliz Navidad!

Black. (Bill Kaulitz-Tokio hotel)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora