18. Primer Encuentro

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-Señoritas… a sus clases - - dijo Proteus señalando la salida, las dos hicieron una reverencia y salieron corriendo.

Los gemelos rieron nerviosamente, pero se fueron atrás de ellas, mientras Proteus reía entre dientes.

Hope se fue de inmediato a las clases de Cuidado de Criaturas Mágicas… su corazón saltaba de emoción… lo vería ¡Lo vería! El viejo profesor Hagrid estaba ahí, con un par de hipogrifos, dando una amplia explicación…

Ella se coló entre los alumnos buscando… buscando hasta que sus ojos se encontraron con aquel que buscaba con ansias… Andrew Donovan estaba acicalando otros dos hipogrifos mientras les daba de comer, a unos metros de los alumnos…

Pero como todos estaban tan azorados con los que tenia Hagrid a sus espaldas, no notaron cuando ella avanzo hacia Andrew… tenía una necesidad imperiosa de hablar con él, escuchar su voz, quitarse las intrigas y de una vez, saber que sentía su corazón realmente.

Andrew detuvo su cepillado cuando sintió algo a sus espaldas

Lentamente se volvió y la vio…

Era ella… el ángel de la mañana que una vez viera en el viejo caldero chorreante… ¿Qué hacía ahí ese ángel? Si, seguro era alumna modelo de ese colegio… el uniforme le sentaba bien.

Sus ojos se cruzaron y los dos, al mismo tiempo, sintieron un calor interno que les recorrió todos los poros de su piel, chispas de electricidad se desprendían de sus pieles perfectas, aquel pirata hermoso, lo era más de cerca, sus ojos eran la cosa mas divina que ella pudiera haber visto de otro ser humano y su cabello castaño que le caía por mechones sobre su rostro aniñado, le sentaba tan bien, era todo lo que ella deseaba.

¿Por qué su pirata tenía que ser perfecto?

Su muñeca rubia… su ángel… los rizos de su pelo le caían como suaves cascadas y si estiraba la mano quizás pudiera tocarlas, parecían gotas de lluvia de plata que se enroscaban en espirales sobre su precioso rostro de porcelana… los ojos eran más impresionantes en vivo, aunque su color era semejante al de él…

La nariz era perfecta, recta y sin una sola imperfección… y sus labios… sus preciosos labios llenos y sugerentes ¿Cómo una niña podía ser así de preciosa? Trató de no comportarse como un idiota y opto por una frialdad especifica… finalmente, ella era un niña rica y él un pobre empleado.

-¿No son muy agresivos? - Preguntó Hope y entonces, Andy sintió que si, que los ángeles cantaban…

El tragó saliva y respondió amablemente

-Si no les tienes respeto, son agresivos - Musitó y ella supo que esa voz tan varonil, recién había pasado la pubertad, su cara de niño le indicaba que apenas y tendría pasados los 16…

-¿Y tú cómo te llamas? - Trató de preguntar como quien no quiere, como más interesada en los hipogrifos.

-Andrew…

¡Oh, Andrew, Andy! Su corazón latió de alegría y miraba de reojo a su hermoso pirata… ¡Con cuanto gusto brincaría a sus brazos y pegaría sus labios con los suyos! Con cuanto gusto le diría que su corazón vibraba con él …

-¿Y eres el nuevo guardabosques?

-Algo así - murmuró incómodo ¿Qué querría en verdad la princesa? Claro, no le desagradaba para nada… pero una niña como ella, al ver sus ropas viejas, jamás se acercaría a él, aunque le gustara físicamente.

-¿No te da miedo? Dicen que el bosque es… peligroso…

-¿No te estás perdiendo la clase? - Dijo él un tanto irritado… una cosa es que la muñeca le gustara un montón y otra muy distinta que ella se quisiera burlar de él. Sabía cual era su sitio, cual era la distancia… así que ella no se burlaría de él, nunca.

Solo Quédate en Silencio II Donde viven las historias. Descúbrelo ahora