66. Let it be

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Sadie, 25 de enero de 1969

- Lo único que digo es que la guitarra debe ser más simple en esta parte de la canción.- dijo Paul
- Ok, Paul, está bien, tocaré lo que sea, o quizá no toque absolutamente nada, lo que sea para complacerte.- dijo George exasperado.-

Bufé fuertemente, no podía soportar una pelea más.

- ¿Alguien me recuerda el porqué estoy aquí?, ¿No se suponía que tenían una estúpida y machista regla de que no entraban mujeres al estudio mientras hacían música?-
- Bueno, esa regla seguiría vigente si alguien no la rompiera todos los días.-

Todos miramos en dirección a John y a Yoko, los cuales se miraban fijamente casi sin pestañear.

- Bueno, como sea, ¿Pueden no pelear por esto?, se los ruego.- dije - Paul, finalmente es la canción de Geo, deja que el trabaje en el maldito riff si quiere.-
- Solo trato de ayudarlo.-

George iba a decir algo, pero al final se quedó callado.

- Mira, de verdad no quiero ser como Yoko y meterme en sus discusiones musicales, saben que solo me he metido en su música cuando me involucra directamente a mí.- dije - Pero Paul, aunque seas tan egocéntrico y vanidoso que no puedas ver más allá de tu propio talento, Geo es un gran compositor que no necesita de tu condescencia.-

George asintió.

- Y que sepas que no siempre estas en lo correcto McCartney, no todas tus ideas son las mejores siempre.-
- Bueno, pero bastantes sí, eh, y es verdad eres un gran compositor, no necesitas de mi ayuda.- dijo McCartney- Aunque para mí siempre serás el niño tímido que se tomaba dos horas para siquiera tocar un acorde.-

Ambos rieron, de manera genuina. Me alegré, pues desde el incidente en el que George se enojó tanto que dejó la banda unos días, el ambiente no había dejado de estar tan tenso hasta ahora.

- Por eso te necesitamos acá, Sai, eres quien nos ayuda a no matarnos entre nosotros.- dijo Ringo.
- Sí, bueno, pero nos falta una persona para hacer que el ambiente se aligere más.- dije

De pronto la puerta de abrió para revelar al hombre que había sido nuestro salvador.

- ¡Billy!- grité

Corrí a abrazarlo. Billy Preston era un pianista que los chicos conocían desde Liverpool, pero no lo habían vuelto a ver hasta hasta George lo vio tocando para Ray Charles; decidió invitarlo invitarlo ser parte del disco, lo que había sido la salvación pues su espectacular personalidad y humor, hacía que todos comenzaran a relajar los conflictos y a tontear y jugar como siempre lo habían hecho.

- Menos mal que llegaste, estoy a una pelea más de irme de aquí.-
- Oh, vamos mujer, no puede ser para tanto.- dijo él- mejor baila conmigo.-

Billy comenzó a moverse a un ritmo imaginario a lo que yo decidí seguirlo.

- Bien, ¿Con qué empezamos hoy?- dijo él, interrumpiendo el baile y poniéndose serio.

Todos los chicos trataron de trabajar en algunos temas, excepto por John, que ese día en específico, decidió no trabajar. Últimamente se había estado drogando muchísimo más de lo normal, lo que hacía que que casi no pudiera ver a Circe y mucho menos hacerse cargo de ella.

Mientras que con Billy discutían algunas cosas, me senté a pensar lo que había pasado las últimas semanas.

Circe preguntaba como loca por sus padres, pero no hallaba manera de decirle a una nena de cinco años: "Uh, cariño, lo que pasa es que uno de tus padres está muy drogado como pata verte y el otro está obsesionado con la perfección de sus canciones en su nuevo rancho en Escocia, así que vas a tener que acostumbrarte a no verlo muy seguido".

𝘀𝗲𝘅𝘆 𝘀𝗮𝗱𝗶𝗲 ↝ 𝙩𝙝𝙚 𝙗𝙚𝙖𝙩𝙡𝙚𝙨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora