26."Dejarte ir"

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Me encontraba sentada en el sofá, trataba de mirar la televisión pero sentía una pequeña inquietud que no me lo permitía, con el control remoto en la mano cambiaba de canal a cada momento, nada llamaba mí atención. Estaba en cuerpo, más no en mente, mis pensamientos se encontraban en otro lugar muy lejano que no me dejaba accionar de manera acertada.

Depronto, los golpes que azotaban la puerta me sacaron del lapsus en el que estaba, me levanté del sofá para ver quién era y al abrir la puerta me encontré a James con su rostro afligído y la mirada gris, me extrañó demasiado su apariencia, no ver a James con sus ojos brillar y la sonrisa deslumbrante de mejilla a mejilla me preocupó.

-¿Qué sucede James?-pregunté cerrando la puerta.

-Vengo a hablar contigo-musitó y nos dirijimos al sofá para conversar.

-Dime, ¿De que quieres que hablemos?-volví a preguntar y por el rostro que traía, no era nada bueno. Tomó mis manos depositando un beso en ellas y yo lo miré extrañada.

-Vale, lo que te voy a decir no es fácil, ¿Sabes?-suspiró y cerró por un instante sus ojos para luego mirar los míos.

-James me estas asustando-apreté sus manos al ver que sus ojos comenzaban a cristalizarse.

-Es mejor que te lo diga y arranque esto de tajo.

-¿De que hablas?-musité.

-Lo he pensado mucho y he decidido que... lo nuestro debe terminar-articuló, sin más ruedo y mí ya muy maltratado corazón dejó de latir por un segundo, no podía, no quería creer lo dicho por él, logré gesticular una débil sonrisa en el rostro, una sonrisa frustrada llena de dolor.

-¿Es enserio? Después de amarnos cómo locos me dices que esto ha llegado a su fin-mascullé débilmente, la voz comenzaba a quebrarse al igual que mis ojos.

-Perdóname-pronunció James, después de haber destruido un montón de sentimientos sin piedad alguna.

-¿Perdón, es enserio James? ¿Y crees que con eso se concilia el daño que me estas haciendo?-respiré profundo, cerré los ojos y las lágrimas comenzaron a correr por mís mejillas.

-Creeme que a mi también me duele en el alma...

-¡Pero no estas sufriendo más que yo! ¡Porqué para mi desgracia yo sí me enamoré!-repliqué, el dolor y enojo no eran buenos aliados en una situación así.

-Yo también lo hice Gemma-masculló débilmente con lágrimas derramándose por su rostro.

-¿Entonces porqué me haces esto?-dije sollozando.

-Porque no puedo hacerle daño a Daniela y destruir mí familia.

¿Pero a mí sí?-interrumpí.

James se quedó en silencio por unos segundos y sin decir palabra alguna mató por completo la ilusión que llevaba dentro. No fue necesario que hablara, su mudo acto fue suficiente para darme cuenta de su respuesta.

-Creo que se han terminado tus palabras-dije irónicamente.

-Más bien, ya no hay nada más que decir-articuló levantándose del sofá.

Miraba al suelo distraídamente, ya no había nada más que decir, se habían acabado los argumentos, todo se había terminado. Escuché los pasos de James dirigiéndose a la puerta, voltié y lo miré parado frente a ella con el dilema de girar o no la perilla, volví a darle la espalda cuando James decidió hablar.

-¿Esto es todo?-preguntó, volví a voltear y al ver su rostro opacado y decaído no pude evitar lanzarme a sus brazos, aferrándome a su torso, él no dudo en estrecharme fuertemente. Sentí un beso suyo en mi cabeza mientras acariciaba mí cabello y lo escuché sollozar sobre él.

-Quiero sentir tu calor por última vez, oler tu aroma y que él se quede impregnado en mí-musité sobre su pecho y voltié a mirarle su rostro el cual estaba lleno de lágrimas, acaricié su mejilla y él se acercó a mí lentamente para pegar sus labios a los míos uniéndolos en un cálido y delicado beso haciendo de este el más mágico y nostálgico.

-No hagamos esto más difícil-susurró encima de mís labios.

-No creo que esto pueda serlo más-lo miré a los ojos por un segundo, no podía más, su mirada me quemaba y dolía, dolía demasiado.

-Dejemos morir nuestro romance en silencio, será lo mejor.

-No lo creo, pero si es lo que tú quieres no me queda más que aceptarlo, aunque sea contra la voluntad de mí corazón-dije, el nudo que había en mi garganta la estaba destrozando.

Y entonces el silencio se volvió a hacer presente en el hombre que me hizo tan felíz y que ahora estaba destruyendo por completo todas aquellas ilusiones que él formó poco a poco en mí corazón. Suspiró frustrado mientras miraba el suelo, estubo así unos segundos para después darse la media vuelta y dirigirse hacia la puerta.

-Sólo espero que no te arrepientas de esto y que si algún día piensas volver yo ya no este disponible para tí-dije mientras él estaba frente a la puerta a punto de girar la perilla y no hizo más que voltear y matarme de una vez por todas con sus palabras.

-No creo que eso vaya a suceder... Adiós.

Y se fué llevándose con él la mitad de mí vida y el alma entera, dejándome con el dolor y la amargura de su adiós. Sus palabras fueron tan cortantes, que estas se clavaron cómo daga en lo más profundo de mí corazón dejándome morir con esta angustia y esta pena. Es triste aceptarlo, pero lo perdí... perdí al hombre de mís sueños.

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¡Hola! Primero que nada, una disculpa si las hice llorar:') Espero que les haya gustado el capítulo, no olviden votar y comentar, las quiero bebeshes:3 Nos leemos la próxima semana, adiós!

Eres Casi El Hombre Perfecto|James Rodríguez|Editando|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora