Llamé a Marc para decirle que no podría ir esta noche a cantar, mí garganta no daba para más, la voz muy apenas me salía y estaba completamente mal. Tomé mí móvil y teclé su número, esperé a que contestará, hasta que lo hizo.
-Hola Marc-saludé haciendo un esfuerzo para que mí voz fuera entendida.
-Que tal linda, ¿Que te pasa? Te escucho mal-preguntó Marc al escuchar mí ronca voz.
-Bueno de eso quiero hablar contigo-dije-Estoy enferma y me temo que esta noche no podré presentarme a cantar.
-Pero claro, tu ni te preocupes por eso, primero tu salud, ve con un doctor y tómate el tiempo que quieras hasta que te recuperes-dijo de muy buena manera, conociendo a Marc sabía que no tendría problema.
-Gracias Marc, te tomaré la palabra.
-No hay de que linda.
-Bueno te dejo, te aviso cuando pueda volver.
-Vale, hasta luego.
-Adiós-dije por último y colgué.***
-Vale señorita usted tiene una severa infección en la garganta, tiene que guardar reposo-dijo el doctor después de haberme revisado.
-¿Y cuanto tiempo?-pregunté.
-Mínimo dos semanas-respondió.
-¿¡Dos semanas!?-repetí impresionada al escuchar lo que me había dicho el doctor, era demasiado tiempo para no estar trabajando.
-Sí, primero es su salud-me dijo, con mucha tranquilidad.
-Pero esque. Verá, yo trabajo cantando en un bar y dos semanas es mucho tiempo para mí-repliqué, aún no estaba en casa guardando 'reposo' y ya me sientía desesperada.
-Entiendo, pero por su bien debe guardar reposo. De igual manera viene la siguiente semana para ver como va su recuperación-dijo el doctor, yo seguía sin resignarme, pero creo que no me quedaría de otra.
-Esta bien-musité, ya más calmada después de que el doctor me lavo el cerebro con todo lo que me dijo.
-Le recetaré este medicamento-dijo mientras escribia en la receta y me la entregó-El jarabe es cada tres horas y las pastillas cada dos.
-Vale-respondí casi de mala gana.
-Entonces nos vemos la siguiente semana Gemma-me sonrió emotivamente a lo cual correspondí.
-Claro, hasta luego.
"Ya qué" pensé.Tomé mí bolso levantandome de la silla y salí del consultorio. Me comporte como una niña frente al doctor, es increíble que aún siga odiando el tener que visitar a los doctores.
Pasé a la farmacia por el medicamento y de ahí tomé un taxi rumbo a mi casa.
Al llegar una tranquilidad y silencio me recibió, palabras con las que disfrazo la soledad que me rodea, que me abruma y que por algunas ocasiones me deprime.
Apenas cerré la puerta, cuando alguien tocó asustandome un poco y sacandome del pensamiento en el que estaba, tal sólo me giré para poder abrir y ver quien era.
-¡Mí amor!-cerré la puerta y no dudé en lanzarme a sus brazos envolviendolo fuertemente, deseosa de sentir su calor y respirar su aroma.
-Te extrañé-musitó cerca de mí oído mientras acariciaba mi cabello y yo voltié para poder besarlo.
-Yo aún más-lo miré y volví a besarlo. Es maravilloso como James puede cambiar mi estado anímico en un instante.
Tomé su mano y nos dirigimos a la mesa de mí pequeña cocina, hice que tomara asiento mientras yo preparaba chocolate y algún refrigerio y en cuanto terminé llevé la comida a la mesa.
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Eres Casi El Hombre Perfecto|James Rodríguez|Editando|
Fanfic"Sus profundos ojos marrones me dan un sentimiento tan cálido por dentro." ©chichadiosx