39."Piénsalo"

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Hi!
Primero que nada les pido una disculpa por la tardancia, aún así aquí les traigo este capitulo. Les informo que hubo un cambio en la novela, he decidido ponerle un nombre al personaje por que rayita ya me estresabaXD
La "_____" ahora será Gemma, ahora si, las dejo, disfruten del capitulo y espero que les guste:'3

¡Les mando un beso enorme en sus cachetotes! bai:'v

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Los días pasaban y parecía que todo iba bien, o al menos eso quería aparentar porque la verdad es que no, no estaba bien.

James no ha dejado de llamarme y mandarme mensajes que no he contestado, regalos caros que llegan cada día a la puerta de mi casa con tarjetas que llevan el mensaje escrito "Vuelve, te necesito". Me duele ignorarlo y hacer como que esto no me importa, siendo que sucede lo contrario.

No miento, he estado a punto de llamarle, a punto de seder a él, correr a sus brazos y decirle cuanto lo amo, pero no, no lo haré.

Admito que estoy confundida, entre la espada y la pared, porque muero por volver con él, decirle cuanto lo extraño y besarlo hasta que nuestra respiración se corte. Pero también en mi pecho guardo un orgullo y una negación posiblemente más grande que mi corazón, quizás lo único inquebrantable que me queda... Por ahora.

Descansaba plácidamente en mi sofá, un libro y una taza de café me acompañaban en la cálida tarde de la ciudad.

Me encontraba concentrada en mi lectura, adentrada en la historia y en cada párrafo que leía, hasta que el timbre de la puerta comenzó a sonar y maldije a quién haya interrumpido mi momento de lectura.

De manera lenta y paciente me levanté del sofá y me dirigí a la puerta.

-Hola bebe-saludó Dario con un beso en la mejilla en su manera muy particular.

-¡Dario!-articulé abrazándolo-Anda, pasa.

Nos adentramos a mi "humilde morada" y le ofrecí a Dario que tomara asiento mientras hacía más café.

-Y ¿Qué novedad me cuentas?-preguntó Dario tomando la taza de café que recién había hecho para él.

Suspiré y mordí mi labio inferior levemente dedicándole una mirada pícara a Dario.

-Lo más nuevo que te traigo es que... James quiere volver conmigo-articulé y Dario escupió el café que tenía en su boca.

-¡Pero que carajos pasa por la mente de ese tipo!-replicó con una risa burlona y sarcástica.

-¿Qué te causa tanta risa?-pregunté y Dario calmó su risa.

-Vale, perdón-mencionó tapando su boca con ambas manos-Sólo quiero que me digas una cosa.

-¿Cuál?

-¿Volverías con él? Dime la verdad, sin titubeos-mencionó Dario posando su mirada en la mía, esperando una respuesta concreta de mi parte.

-No lo sé-alcanzé a decir, Dario suspiró y rodeó sus ojos como señal de disgusto a mi respuesta.

-Ese "no lo sé" me suena como un "sí"-musitó y lo miré extrañada.

-No... Bueno, quizás-dije-Es que no te imaginas el caos que hay en mi cabeza en estos momentos-mencioné con desespero.

Dario volvió a soltar un corto suspiro y apoyo su mano en mi hombro, levantó mi rostro y habló.

-Haz lo que tu corazón indique-respondió.

-No es tan fácil-musité, devolviendo mi mirada abajo.

-¿Lo quieres?-preguntó y enseguida mi mirada se devolvió hacia él.

-Ni siquiera hace falta que lo preguntes-respondí, era muy obvia la pregunta a decir verdad.

-Entiendo-mencionó-Quiero mantener mi cuerpo y mente precavida para cuando me llegues con la dichosa noticia de que ya volviste con él-dijo de una forma burlona, comienzo a pensar de que a Dario no le agrada James del todo y eso que no lo conoce.

-¿Y quién dijo que volveré con él?-pregunté guardando una risa para la respuesta de Dario.

-Yo-respondió muy seguro.

-¿Tú que sabes baboso?-volví a preguntar.

-Instinto femenino-respondió y no pude evitar soltar una gran carcajada.

-Cariño, te recuerdo que no eres mujer-dije y a este pareció darle gracia y rió de forma cáustica.

-Cariño, te recuerdo que soy gay, por lo tanto tengo algo de ese instinto-dijo, este chico va hacer que mi caja de risas estalle.

-¡Claro! Es demasiado obvio-dije entre risas.

La plática entre Dario y yo se desvió por completo y de la seriedad pasamos rápidamente a las bromas y las risas, con este chico es imposible no reír.

Después de varios minutos ambos retomamos la plática con algo que inquietaba a Dario decirme.

-Gemma-musitó Dario atrayendo mi atención.

-¿Qué sucede?-pregunté intrigada.

Dario tomó mis manos entre las suyas y comenzó a masajearlas suavemente.

-En una semana volveré a Italia-articuló.

-¿Qué? Pensé que volviste para quedarte.

-¡Claro que no!-contestó, como si fuese muy obvio-Allá tengo mi trabajo, mi carrera y gran parte de mi vida-contestó y lo miré haciendo algo parecido a un puchero.

-No quería que nos separaramos otra vez-suspiré y escuché a Dario soltar una pequeña risa.

-Pero no lo haremos-dijo, ¿Trataba bacilarme acaso?

-¿Ah, no?-pregunté un tanto confundida con la situación.

-No-respondió-Tú vendrás conmigo-articuló y me sorprendí ante su respuesta.

-Dario, me encantaría pero...

-No te preocupes, tienes varios días para pensarlo-me interrumpió, dejándome con media frase inconclusa.

-No estoy muy segura-musité.

-Piénsalo, te hará muy bien salir de la ciudad...

Eres Casi El Hombre Perfecto|James Rodríguez|Editando|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora